"El impuesto al cheque nació como un tributo de emergencia por un año y lleva 24. No mide capacidad económica, solo grava transacciones".
"El país necesita una reforma tributaria estructural, la Argentina hoy tiene 154 impuestos vigentes" "El país necesita una reforma tributaria estructural, la Argentina hoy tiene 154 impuestos vigentes"
(MAR DEL PLATA, ENVIADOS ESPECIALES).- En el marco del Coloquio de IDEA, uno de los ejes más debatidos por empresarios y expertos fue la necesidad urgente de una reforma tributaria estructural en Argentina. En ese contexto, el reconocido tributarista César Litvin, del estudio Lisicki, Litvin & Abelovich, fue contundente: "La presión fiscal, la complejidad del sistema y la exorbitante cantidad de tributos vigentes son algunos de los mayores obstáculos a la competitividad del país".
Argentina cuenta hoy con 154 tributos vigentes entre Nación, provincias y municipios. Para Litvin, esto no solo es insostenible, sino que impide que el sector productivo crezca y se modernice: "Si realmente queremos mejorar la competitividad, debemos reducir tanto la cantidad de impuestos como su peso sobre la actividad productiva. Pero, sobre todo, hay que eliminar los tributos más distorsivos".
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Consultado sobre cuáles son los tributos que más afectan la economía, Litvin no dudó en establecer un ranking:Ingresos Brutos: "Es el más distorsivo. Es plurifásico, se traslada en todas las etapas de producción, afecta exportaciones y se ha incrementado fuertemente en los últimos 20 años. Además, las provincias lo cobran por adelantado, generando un crédito fiscal que muchas veces las empresas no pueden recuperar".
Derechos de exportación (retenciones): "Reducen la competitividad de nuestros productos frente al mundo. En los 90 no existían, y desde 2002 se reimplantaron, afectando severamente al sector exportador".
Impuesto a los débitos y créditos bancarios: "Nació como un tributo de emergencia por un año y lleva 24. No mide capacidad económica, solo grava transacciones. Fomenta la informalidad y perjudica a empresas con márgenes bajos".
Litvin advirtió que cualquier intento de reforma tributaria debe ser integral y consensuado: "No sirve que el gobierno nacional baje algunos tributos si las provincias y municipios siguen recaudando de forma regresiva y distorsiva. Se necesita un gran acuerdo entre Nación, provincias y municipios. De lo contrario, es inviable".
También criticó el mecanismo de recaudación anticipada que utilizan las provincias: "Es un sistema perverso. El contribuyente paga por adelantado y luego debe peregrinar para recuperar ese dinero. Hay empresas que necesitan ese capital de trabajo, y en lugar de usarlo para crecer o generar empleo, está retenido por el Estado provincial".
La urgencia de una reforma estructural
Para el tributarista, la Argentina necesita una reforma profunda, no un parche. "Debemos repensar el sistema tributario completo. No puede ser que tributos distorsivos como Ingresos Brutos o las retenciones se hayan naturalizado. La única manera de crecer de forma sostenida es con un sistema más simple, equitativo y que no penalice la producción y el trabajo".
En cuanto al desempeño de la AFIP, Litvin fue más moderado: "A diferencia de las provincias, la AFIP tiene mecanismos más ágiles para compensar saldos y no acumula grandes stocks de créditos fiscales a favor de los contribuyentes. La mayor dificultad hoy pasa por el sistema de percepciones y retenciones anticipadas que utilizan las provincias". En un país donde la presión fiscal roza niveles récord, la voz de especialistas como César Litvin cobra peso en el debate público. Su mensaje es claro: sin una reforma tributaria estructural y coordinada entre los tres niveles del Estado, Argentina seguirá postergando su desarrollo económico.








