Un ganadero cría vacas wagyu y exporta carne premium desde el noreste santiagueño

En el noreste de Santiago del Estero, una iniciativa ganadera está transformando el paisaje productivo de la región. De la mano de Antonio Marengo, productor agropecuario y responsable del establecimiento E.A. Agropecuaria, la provincia se ha convertido en uno de los pocos lugares del país donde se cría ganado Wagyu, una raza bovina japonesa famosa por su carne de altísima calidad y su inconfundible marmoleado.

"El Wagyu es originario de Kobe, Japón, y su carne es reconocida mundialmente por su terneza y sabor. Nosotros decidimos producirla en Santiago del Estero como parte de un proyecto integral que combina ganadería y agricultura bajo riego por goteo", explicó Marengo en diálogo con este medio.

El proyecto comenzó a gestarse entre 2019 y 2020, luego de que un inversor del sector agropecuario decidiera apostar por el potencial productivo de la región. "Inicialmente no pensábamos en Wagyu, pero el desafío era producir carne de alta calidad para exportación y, al mismo tiempo, disminuir los riesgos climáticos de la agricultura tradicional. Así nació esta idea", contó el productor.

De Santiago del Estero al mundo

Actualmente, el establecimiento está repartido en tres unidades productivas ubicadas en Nueva Esperanza, El Bobadal y La Fragua donde cría alrededor de 1.500 vientres, con el objetivo de alcanzar los 2.000 animales en los próximos años. El plan es ambicioso: para 2030, la meta es producir y vender mil novillos Wagyu por año bajo marca propia.

La empresa también forma parte del consorcio Argen Wagyu, integrado por cinco productores de distintas provincias, con el que concretaron las primeras exportaciones a Estados Unidos, Brasil y España. "Hoy faenamos aproximadamente una jaula de novillos por mes, y proyectamos triplicar esa cifra en los próximos dos años", adelantó Marengo.

Toda la producción tiene destino de exportación, dado que la carne Wagyu es considerada una de las más exclusivas del planeta. En el mercado internacional, su precio puede alcanzar hasta 200 dólares por un solo bife, dependiendo del nivel de marmoleado o grasa intramuscular —una característica genética que le otorga su textura y sabor únicos—.

"Hay consumidores dispuestos a pagar precios muy altos por un producto con alto marbling. Pero también hay segmentos para cortes intermedios. Por eso estamos aprendiendo mucho sobre los distintos mercados", explicó el productor.

Adaptación, ciencia y genética

Lejos de limitarse a la cría tradicional, el proyecto en Santiago del Estero incorpora investigación científica, inseminación artificial y transferencia de embriones, junto con un cuidadoso seguimiento nutricional.

"Estamos haciendo mucha investigación genética, utilizando semen y embriones de distintas líneas y midiendo resultados con ecografías. Lo interesante es que el Wagyu, aunque requiere cuidados, es un animal bastante rústico y puede adaptarse a la zona si se manejan bien los procesos", señaló Marengo.

El cuidado alimentario es otro de los pilares del sistema. "No hay una dieta especial, pero sí un equilibrio muy preciso entre proteínas, fibra y energía. Si se falla en esas proporciones, se pierde calidad en el marmoleado. Todo está pensado para obtener una carne perfecta", explicó.

Un modelo con potencial para replicarse

Además de los desafíos técnicos, Marengo destaca que el mayor obstáculo para expandir este tipo de proyectos en la provincia es la falta de infraestructura y de capital humano capacitado.

"En Santiago hay un potencial agroganadero enorme, pero cuesta mucho formar equipos y vincular la educación con el sector productivo. Necesitamos fortalecer la relación entre las universidades, las escuelas rurales y las empresas. También mejorar la logística y reducir la burocracia para atraer inversiones", subrayó.

Aun así, el productor se muestra optimista: "Si se generan las condiciones, no tengo dudas de que pueden venir muchos más inversores. La provincia tiene todo: tierra, sol y un potencial de desarrollo impresionante".

La carne que conquista al mundo

El nombre Wagyu —"vaca japonesa"— ya es sinónimo de excelencia. Su carne, famosa por la textura sedosa y el sabor intenso que le otorgan sus vetas de grasa intramuscular, se ha convertido en un símbolo de lujo gastronómico. Y ahora, desde los campos de Santiago del Estero, comienza a escribir su propia historia argentina.

"Cuando tocás una puerta con carne Wagyu, todo el mundo te escucha. Desde un frigorífico hasta un cliente en Dubái. La demanda es infinita", asegura Marengo.

Con pasión, ciencia y visión empresarial, el emprendimiento santiagueño demuestra que la innovación y la calidad también pueden nacer en el corazón del monte.