Por el Dr. Conrado Estol.
El Liberal y la ciencia de la longevidad El Liberal y la ciencia de la longevidad
En la nueva ciencia de la longevidad buscamos que las personas puedan cumplir cien años o un poco más con un cuerpo y una mente plenos. El diario El Liberal de Santiago del Estero ha alcanzado, con creces, ese logro: celebrar sus 127 años de vida con la lucidez, vitalidad y compromiso de sus mejores tiempos.
Eran otros el mundo y la ciencia que El Liberal describía en sus páginas cuando nacía, en 1898. En aquellos años, Pierre y Marie Curie descubrían el radio y el polonio, abriendo el camino a una nueva comprensión de la materia y de la energía. Un joven Albert Einstein estudiaba en Suiza, aún lejos de publicar su teoría de la relatividad, pero ya gestando la revolución que cambiaría nuestra visión del universo.
También te puede interesar:
Mientras tanto, Estados Unidos concluía la guerra con España y anexaba Hawái, y en la Argentina, Florentino Ameghino proponía su controvertida teoría del "hombre fósil de Miramar", según la cual el ser humano habría tenido su origen en América del Sur.
Desde entonces, El Liberal ha sido testigo y protagonista de una transformación sin precedentes. En poco más de un siglo, la humanidad ha avanzado más que en los milenios anteriores: duplicamos la expectativa de vida, exploramos el espacio, secuenciamos el genoma humano y conectamos al planeta entero en una red de información instantánea.
Hoy, los cambios ya no son lineales sino exponenciales. La inteligencia artificial, la biología sintética, la computación cuántica y la neurociencia están redefiniendo qué significa ser humano. Y en ese contexto vertiginoso, el papel de los medios se vuelve aún más esencial: no solo informar, sino dar sentido a un mundo que se transforma más rápido de lo que podemos asimilar.
Como decía el emperador Adriano en sus memorias: "Todo queda por hacer."
Y El Liberal, con 127 años de historia y una mirada siempre renovada, seguirá haciéndolo: liderando la conversación, ayudando a pensar, y recordándonos que la verdadera longevidad de los cuerpos o de las instituciones se mide en la capacidad de seguir aprendiendo, adaptándose y evolucionando.








