Marcos Santillán le contó a EL LIBERAL todo lo que hizo para poder estar presente el domingo en los 10k.
Con la fe en Dios y el traslado de un motociclista, llegó a tiempo al Maratón Con la fe en Dios y el traslado de un motociclista, llegó a tiempo al Maratón
El Maratón del Diario EL LIBERAL-Copa 60 años de Canal 7 fue una auténtica fiesta el domingo y los miles de atletas pudieron disfrutar de una jornada que tuvo de todo. Entre ellas increíbles historias que representan las ganas y el deseo que tienen los corredores de ser parte de un evento que es patrimonio de Santiago del Estero.
Marcos Santillán es un padre de familia de 33 años, oriundo de Clodomira, hoy viviendo en la ciudad de Añatuya y con su madre que tiene casa en Fernández. El domingo, después de pasar la noche en la "Capital del Agro", se levantó a las 5 de la mañana para llegar a capital a correr los 10 kilómetros del Maratón y tuvo que pasar por una situación que casi lo deja fuera de la competencia.
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"Estuve una hora y media prácticamente haciendo dedo en la ruta vieja para que me trasladen a la capital y nadie paraba. Los vehículos pasaban a toda velocidad y mi desesperación se acrecentaba porque a las 8 era la largada del Maratón de EL LIBERAL y no sabía si podía llegar. Después de orar y pedirle a Dios que me ayude ante esta situación, apareció un motociclista que tuvo la gentileza de traerme y dejarme en la autopista. Así pude llegar a tiempo y participar otra vez de la competencia", comentó Marcos que reconoció que se confió en que podía contar con el colectivo que sale en las primeras horas de la mañana hasta Santiago.
"El primero sale entre las siete y siete y treinta de la mañana, pero sabía que no podía llegar. El sábado había publicado en las redes para ver si podía conseguir gente que venía en vehículo ea Maratón, pero no pasó nada. Ahí fue que decidí levantarme a las 5 y venir hasta la ruta vieja con la esperanza de que alguien se solidarice conmigo. Ya venía equipado con la remera del Maratón para correr por las dudas llegaba sobre la hora", amplió Marcos.

El hombre que se dedica a la preparación física y que hace trabajos de rehabilitación a personas con problemas de salud, dijo que es muy creyente y que siente que Dios le dio una gran mano.
"Estoy seguro que escuchó mis pedidos y lo mandó a este muchacho que volvía de ver a su novia desde Fernández. Se llama Juan Bustamante y por él, que me prestó hasta su chaleco porque yo venía desabrigado y hacía frío, pude estar el domingo en el Maratón. Fue algo que nunca me había pasado y pienso que Dios lo puso en la ruta para que yo pueda estar presente en la carrera", finalizó.








