Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Santiago

¿Por qué nos gustan tanto los cuentos y novelas policiales?

Por Amalia Dominguez. 

23/11/2025 06:00 Santiago
Escuchar:

¿Por qué nos gustan tanto los cuentos y novelas policiales? ¿Por qué nos gustan tanto los cuentos y novelas policiales?

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

 En una entrevista a Alejandro Dolina le preguntaron cómo había comenzado a incursionar en las letras. Y él contestó que fue a través de la lectura. ¿Qué leíste primero? quisieron saber. Y Dolina, con un poco de vergüenza, dijo que empezó a gustar de los libros a través de la colección El Séptimo Círculo, de novelas policiales.

 El género policial, aunque infravalorado, es lo más leído tanto en literatura como en periodismo. En estos tiempos en que la inseguridad campea a sus anchas, las notas policiales del diario ponen el foco en la víctima, es decir, potencialmente, en todos los lectores. A través de ellas vivimos sensaciones y emociones al identificarnos con ella o sus familiares, que son entrevistados por el periodista cuando lo que se cometió fue un asesinato. Como lectores proyectamos sus miedos, sus angustias, sus problemas, sus reclamos e incluso sus esperanzas. Lo que le pasó a esa persona, pudo sucedernos a nosotros también. 

También te puede interesar:

Las noticias policiales, a modo de alerta, funcionan como una brújula que ayuda a conocer los diferentes modus operandi de los delincuentes. Leemos policiales para saber de qué hay que cuidarse, para prevenirnos y conocer cómo actuar en casos similares al de la noticia. Ya no se trata de un ejercicio morboso sino que pasó a convertirse en una sección de consulta cotidiana, pues nos reconocemos como actores de la realidad.   

EL LIBERAL, por ejemplo, pone el foco en resguardar a la víctima y mostrar que, potencialmente, todos los lectores podemos serlo. Las noticias policiales de este matutino son tamizadas por valores inmateriales como la justicia, la moralidad, el respeto a la propiedad, entre otros.

 Hoy los casos policiales se han derramado hacia la política y su difusión en los medios crea una especie de control social, que a mi modo de ver, fortalece a la democracia. Gracias al periodismo de investigación se pudo llevar a la Justicia a encumbrados personajes no solo de la política, sino también del ámbito judicial.  

De folletines, a bestsellers

 En sus inicios, a principios del siglo XIX, cuando recién aparecían los cuerpos de policía y en un contexto de creciente interés por el crimen, la literatura policial era seriada. Se editaba en los diarios como folletín, cada semana una nueva entrega. Su público eran los sectores populares.

 La estructura del formato mantenía un enigma central a ser resuelto, en torno al cual giraba la historia. El protagonista solía ser un detective o un policía que investigaba, recolectaba pistas y resolvía el misterio a través de la lógica y la deducción.

Edgar Allan Poe creó al primer detective literario, Auguste Dupin, en su cuento "Los crímenes de la calle Morgue". Pero el arquetipo del detective fue y siempre será, al parecer, Sherlock Holmes, el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle, del que se dice, tomó sus características de uno de sus profesores de la Universidad de Edimburgo, el Dr. Joseph Bell, de quien fue su asistente. Esto lo llevó a observar sus métodos de cerca, es decir su capacidad para deducir detalles sobre sus pacientes con solo observarlos detenidamente.

 En el siglo XX, sin duda la más prolífica y leída autora de policiales fue Agatha Christie, quien creó a Hércules Poirot, el detective belga que reside en Londres y es ayudado por el inepto coronel Hastings, que homenajea al Watson de Sir Arthur Conan Doyle.

 Nuevas historias De Holmes que no escribió Conan Doyle

 Hasta hoy, muchísimos autores escriben historias policiales que parecen "parte del canon", en las que el personaje principal es Sherlock Holmes. Así tenemos los pastiches de Denis O. Smith (El libro Mamut de Nuevas Crónicas de Sherlock Holmes); Lindsay Faye (colección de cuentos El arte completo de la detección); la premiada Carole Nelson Douglas (tiene una serie de Irene , cuyo primer libro se llama "Buenas noches, Sr. Holmes"); Neil Gaiman ("Un estudio en esmeralda" y "Aventuras improbables"), entre los más renombrados en lengua inglesa. En castellano, lo tenemos a Rafael Marín ("Elemental, querido Chaplin", editado por el Fondo de Cultura Económica), en la que no sólo tiene como personajes a Sherlok Holmes, sino también a Charles Chaplin como su coequiper, y a Fumanchú y AleisterCrowley como villanos, es decir, una fusión de personajes de ficción y otros reales; Rodolfo Martínez (Los archivos perdidos de Sherlock Holmes series), entre los más renombrados. El personaje ha sido revisitado por miles de autores de todas las etnias, incluso japoneses, chinos e hindúes.

En la Argentina

 Borges y Bioy Casares fueron los autores de la famosa colección "El séptimo círculo", que reunía novelas policiales. En su libro "Borges, oral" (1979), el autor de "El Aleph", nos dice: "He intentado el género policial alguna vez, no estoy demasiado orgulloso de lo que he hecho. Lo he llevado a un terreno simbólico que no sé si cuadra. He escrito "La muerte y la brújula". Algún texto policial con Bioy Casares, cuyos cuentos son muy superiores a los míos. Los cuentos de Isidro Parodi, que es un preso que, desde la cárcel, resuelve los crímenes. ¿Qué podríamos decir como apología del género policial? Hay una que es muy evidente y cierta: nuestra literatura tiende a lo caótico. Se tiende al verso libre porque es más fácil que el verso regular; la verdad es que es muy difícil. Se tiende a suprimir personajes, los argumentos, todo es muy vago. En esta época nuestra, tan caótica, hay algo que, humildemente, ha mantenido las virtudes clásicas: el cuento policial. Ya que no se entiende un cuento policial sin principio, sin medio y sin fin. Estos los han escrito escritores subalternos, algunos los han escrito escritores excelentes: Dickens, Stevenson y, sobre todo, Wilkie Collins. Yo diría, para defender la novela policial, que no necesita defensa; leída con cierto desdén ahora, está salvando el orden en una época de desorden. Esto es una prueba que debemos agradecerle y es meritorio", escribió Jorge Luis Borges.

 Actualmente la literatura policial, fiel a su contexto histórico, es más realista y violenta. Su trama añade elementos como factores políticos y psicológicos más complejos y también el espionaje. En nuestro país, autores como el columnista de este diario Jorge Fernández Díaz ("Cora"), y Pablo Maurette ("La niña de oro") son reconocidos bestsellers.

 Es de destacar que en sus novelas policiales la que investiga es una mujer. Cora, por ejemplo, es una detective "del corazón", pues expone a los maridos infieles. En tanto, Maurettelleva a una digna  secretaria de la fiscal, a investigar, desde el ámbito judicial, y junto al policía que le brinda los datos, un crimen que parece común y corriente. Pero con solo rascar un poquito las pistas descubre aristas inusuales.

 Sin duda, Fernández Díaz, quien es además periodista político, es quien mejor describe la realidad del país en sus libros. En "Cora", por ejemplo, uno de los sospechosos del crimen, un gremialista muy famoso, a quien reconoceremos por sus características y estrategias de manipulación, con el poder político de su lado, puede hacer que la hermana de la protagonista sufra el acoso de la Afip (en aquel entonces), para evitar que la detective siga metiéndose en sus secretos.

 Aunque en ambos libros la imagen que presentan de la policía es negativa (en "Cora", quien encubre todo es el comisario y en "La niña de oro", el policía que está a cargo de la investigación es un vago que le presume a la abogada), los autores se apañan para redimirlos aunque sea un poquito.

Cuando Sherlock Holmes y Hércules Poirot investigaron en Santiago

 El santiagueño Carlos Virgilio Zurita es, además de poeta laureado, un escritor todoterreno. En su último libro "Vidas ajenas", se destacan sus cuentos policiales.  

El escritor Pablo De Santis, autor entre otros de "El enigma de París", afirma que Zurita "frecuenta en estas páginas tanto el género negro, donde hay más acción que investigación, y donde el mundo se revela dominado por el mal, como los cuentos de los detectives razonadores, donde siempre hay una posibilidad de redención.  

Dos de estos cuentos serán los primeros en llamar la atención de los lectores ("Dinero de otro mundo" y "El misterio de la estancia El algarrobo"). En sus páginas, Sherlock Holmes y Hércules Poirot visitan Santiago del Estero. Pero no lo hacen por mero turismo sino para resolver enigmas: un misterio económico desvela a Holmes y un asesinato exige la presencia de Poirot. Zurita convierte estas visitas ilustres en cuentos ingeniosos donde disfrutamos tanto de la peripecia intelectual como del cruce entre la mitología policial y el paisaje argentino. (Si bien Holmes acude a Santiago del Estero a raíz de un pedido de Scotland Yard, tampoco la visita de Poirot es del todo caprichosa: en Los cuatro grandes Agatha Christie nos cuenta que el capitán Hastings, el fiel amigo de Poirot, vivió una temporada en Argentina, como aprendiz de estanciero)", afirma De Santis.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy