La iniciativa formó parte de la segunda y última experiencia del año en curso, del proyecto de Turismo Educativo.
Se concretó con éxito otro viaje educativo de Los Pereyra a Figueroa Se concretó con éxito otro viaje educativo de Los Pereyra a Figueroa
Un grupo de alumnos de la Escuela Rural Nº 862 "Madre de la Merced", de Los Pereyra (departamento Robles), realizó una emotiva visita a sus pares de la Escuela Nº 848 "Nuestra Señora de La Candelaria", ubicada a 5 kilómetros del Río Salado, en el departamento Figueroa.
La iniciativa formó parte de la segunda y última experiencia del año en curso, del proyecto de Turismo Educativo impulsado para conocer la Región de la Mesopotamia Santiagueña, siendo en el contexto general, la 4ª excursión a dos años de iniciado el programa.
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La delegación, integrada por 20 estudiantes y docentes, recorrió un itinerario que les permitió vivenciar un intercambio profundo entre ambas comunidades escolares, como un gesto simbólico para unir el río Dulce con el río Salado en Santiago del Estero.
La propuesta se inscribe en el trabajo de la Región de la Mesopotamia Santiagueña, que busca fortalecer la identidad regional, promover el conocimiento del territorio y recuperar dimensiones históricas, culturales, geográficas, lingüísticas y productivas.
El grupo partió a las 7.30 por Ruta Provincial 1, continuando por la RN 34 y luego por la Ruta 206 hasta llegar a Colonia El Simbolar. Allí fueron recibidos por el mentor del proyecto territorial Raúl Jorge Castillo; por Beto Santalises, en representación de la Comisión Municipal que encabeza Ángel Iñiguez; y por Tito Sayago, docente jubilado, músico y quichuista e integrante de la red.
Posteriormente, la delegación se trasladó a La Cañada, donde recorrieron el predio donde, en 2026, se emplazará el Museo Ferroviario. Allí compartieron un desayuno para luego continuar el camino hacia Villa Figueroa, punto central del encuentro educativo.
Ya en Villa Figueroa, las autoridades educativas de la Escuela N° 848 recibieron con brazos abiertos y cánticos a sus pares de Los Pereyra.
Hacia el mediodía, alumnos, docentes e integrantes de la Región de la Mesopotamia Santiagueña compartieron obsequios y un almuerzo comunitario. Las risas, los cantos y una gran ronda de chacarera marcaron el final de la jornada. En medio de esa gran algarabía, los niños volvieron a trazar un puente simbólico entre el Dulce y el Salado. Una despedida que no sólo cerró un viaje, sino que abrió nuevas maneras de mirar la tierra propia, sus ríos y sus voces.








