Por Karen Hutch.
¿Trabajas con tu cónyuge? Cómo manejar los conflictos ¿Trabajas con tu cónyuge? Cómo manejar los conflictos
Si has decidido iniciar un emprendimiento con tu cónyuge, o bien, si se conocieron en la empresa y ahora trabajan juntos, comprenderás que en ocasiones no es sencillo, sobre todo cuando hay conflictos en el hogar o mientras van de camino al trabajo.
Cuando estos conflictos no se resuelven; o bien, salen de la pareja y se exponen ante los demás, puede dañar -además de a la pareja- a la empresa o a sus empleados.
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Un acuerdo para separar los conflictos
En entrevista para Aleteia, Ángel Villa y Jocelyne Gonzalez, un joven matrimonio que llevan tres años casados nos comparten algunas claves para superar estos conflictos. Ellos llevaron su pasión por la música y el canto a un ministerio en común, por lo que ahora comparten su talento y experiencia en cada Misa o evento católico al que asisten como músicos.
Nos comparten un punto esencial para todas las parejas:
"Lo principal es poder madurar la idea de que somos dos personas imperfectas conviviendo todo el tiempo y que, por ende, es importante contemplar que la casa y el trabajo son dos mundos diferentes. Una vez entendido eso comienzan los acuerdos (nada de hablar de calcetines tirados en el trabajo y nada de hablar de cables en la cena)".
Esto fomenta el crecimiento mutuo como pareja, mientras que se ataca a los conflictos en tiempo y de forma clara y objetiva.
Ambos forman un equipo
Al ser un equipo, ambos deben de estar de acuerdo en que entre los dos se complementan como equipo y están para apoyarse en momentos buenos y no tan buenos.
Sin embargo Joss y Ángel señalan un consejo importante para tener mayor claridad sobre este punto y poder estar en acuerdo mutuo:
"Para que todo lo dicho anteriormente funcione es importante que ambos estemos conscientes de que somos 2 que conforman 1 hacia un objetivo, tanto en casa como en el trabajo".
Qué hacer en momentos de conflicto en el trabajo
Es normal que como humanos no siempre se esté de acuerdo con el otro, por lo que en el Evangelio de Mt 5, 13 - 16 señala "ustedes son la sal de la tierra, si la sal se vuelve insípida ¿con qué se le devolverá el sabor?
Esta cita ha ayudado al matrimonio de Joss y Ángel a centrar su apostolado juntos y resolver conflictos que pueden aparecer. Ya que, señalan que "el objetivo de la sal es potencializar el sabor de los alimentos y nosotros entendemos eso como una gran responsabilidad en nuestro apostolado", explicó Ángel.
Por esta razón es importante no bajar la guardia y estar atentos a cualquier desacuerdo que llegue de imprevisto, de lo contrario estos sucesos pueden volverse insípidos, afectando a la relación.
Todo esto, con el fin de no dañar a los compañeros o clientes con los que se está tratando, ya que la vida de ustedes como matrimonio puede ser un reflejo del amor de Dios para los demás.
Entonces ¿Cómo resolver conflictos de pareja sin dañar el trabajo juntos?
Estos son algunos consejos que nos compartieron Ángel y Joss, desde la experiencia de su ministerio juntos.
1 Tener juntas nupciales
En estas reuniones, se pueden tocar temas de todo tipo, en donde pueden abordar temas que vayan desde los desacuerdos, hasta aspectos positivos que quieran destacar.
Estas juntas municipales deben tener como principio "no minimizar nunca el sentir del otro. Recordando que son dos contra el problema".
2 No dejen que la molestia entorpezca el apostolado o trabajo juntos
Muchas veces, cuando uno de los dos o ambos están molestos, pueden llegar a haber actitudes o comentarios ofensivos que puedan exponer y dañar la integridad del otro o de ambos como matrimonio.
Por lo tanto, es necesario que en esos momentos puedan tratarse conscientemente y de forma amable tanto con los demás como entre ustedes mismos, recuerden que hay un tiempo y lugar para todo.
3 Ten presentes los beneficios de trabajar juntos
Trabajar juntos, los puede llevar a tener ideas más creativas, conocerse más cada día y cómo ambos pueden reaccionar y actuar ante ciertos inconvenientes. Para ello es necesario mantener una actitud humilde y no pensar que podemos hacer todo solo nosotros, sin apoyarnos en el cónyuge.
Fuente: Aleteia.








