Una investigación encabezada por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires permitió desarticular una estructura dedicada a la venta de productos importados sin respaldo legal.
Allanamientos simultáneos y secuestros en una causa por contrabando de productos Allanamientos simultáneos y secuestros en una causa por contrabando de productos
El operativo incluyó ocho allanamientos simultáneos realizados en los partidos de Lanús y Quilmes, donde se incautó una gran cantidad de mercadería de origen extranjero, además de dinero en efectivo, vehículos y dispositivos electrónicos.
Las tareas estuvieron a cargo de la División Investigaciones de Organizaciones Criminales, con apoyo de la Unidad Técnico Operativo Judicial (UTOJ) del Ministerio de Seguridad porteño, bajo directivas del Juzgado Nacional en lo Penal Económico N°2, a cargo del juez Pablo Yadarola. La UTOJ, creada para asistir en causas del fuero penal económico federal, tuvo un rol clave en el desarrollo del caso.
También te puede interesar:
Durante los procedimientos se requisaron viviendas particulares, depósitos, oficinas comerciales, un barrio privado y un local ubicado dentro de un centro comercial. Como resultado, los agentes secuestraron más de 700 bultos con artículos de diversos rubros, principalmente tecnología y electrónica. Entre lo incautado había más de 70 teléfonos celulares, electrodomésticos, perfumes, juguetes, ropa y herramientas. Además, se decomisaron más de 20 millones de pesos, cerca de 50 mil dólares, computadoras, teléfonos móviles, vehículos y documentación considerada relevante para la causa.
El ministro de Seguridad porteño, Horacio Giménez, destacó que el operativo es producto del trabajo articulado entre las fuerzas de seguridad, el Ministerio y la Justicia, y subrayó la importancia de retirar del circuito comercial productos ilegales que afectan al comercio formal.
La investigación comenzó a principios de septiembre tras una denuncia de la UTOJ, que alertó sobre la comercialización de mercadería importada sin aval aduanero. A partir de ese aviso, los investigadores detectaron perfiles en redes sociales que ofrecían productos tecnológicos y electrónicos, todos vinculados entre sí.
El análisis de información bancaria, societaria, migratoria y registral permitió reconstruir el esquema de funcionamiento de la organización. Según la causa, uno de los integrantes se encargaba de la promoción en redes, otro de la compra y administración comercial, un tercero de la logística y los envíos, y un cuarto del acopio y traslado de la mercadería.
Las tareas de vigilancia confirmaron la existencia de varios depósitos conectados, una oficina destinada a ventas presenciales y un movimiento constante de carga y descarga. El estudio de más de 800 envíos mostró un patrón repetido de traslados desde zonas fronterizas, principalmente desde Paraguay y Brasil, con mercadería de origen chino.
Para consolidar las pruebas, los investigadores recurrieron a la figura del agente revelador, realizando compras controladas en los puntos bajo sospecha. Esta estrategia permitió reunir evidencia directa y avanzar con los allanamientos, señaló La Nación.






