Policía despidió el año con amigos y luego intentó asesinar a tiros a su ex novia en comedor de Pinto

"¡Yanina vení, hdp!, gritó amenazante ayer a la madrugada el policía, Cristian Velázquez, mientras sostenía su pistola 9 mm. En segundos, las instalaciones de un conocido comedor de Pinto, Aguirre, se transformaron en literal trampa para la empleada, quien recibió un tiro en el abdomen y anoche permanecía en Terapia Intensiva del Hospital Regional con "pronóstico reservado".

La pesadilla de la empleada fue obra del efectivo con funciones en el área de Prevención de la Departamental Nº 17 en Pinto. 

La reconstrucción de esta tragedia indica que eran novios y que el vínculo se hizo añicos seis meses atrás, "debido a las infidelidades de Cristian", confió una amiga de Yanina. Ella trabaja en el Comedor El Padrino, a la vera de la ruta 34.

Con insistentes pedidos para reencontrarse, pero con una flamante novia, el policía antenoche habría cenado junto a sus colegas en el Club Social Pinto. ¿El motivo? La antesala a la Navidad y despedida del año.

Comida y "brindis"

Los camaradas señalaron que Cristian no bebió ni más ni menos que sus compañeros. Para muchos testigos sí estaba ebrio. Se retiró casi a las 6:30 de la madrugada en su motocicleta. Fue directo al comedor, donde Yanina empezó a trabajar desde las 6 en la parte de limpieza del local. Según las cámaras, el efectivo se presentó a las 6:45. Antes, la habría llamado por celular, sin éxito. Ya en el comedor, con casco, el funcionario habría destruido los cristales en una de las puertas y se mandó al interior.

Yanina había escuchado el caño de escape de la moto y buscó refugiarse corriendo hasta la puerta trasera. Pero Cristian la interceptó, dio alcance ya fuera del comedor y bramó de furia. En segundos, su 45 vomitó un disparo que afectó la zona de la pelvis de la mujer.

Con Yanina en el piso y una línea de sangre en su zona media, Cristian huyó. En minutos, aceleró y se internó en una zona montuosa. Habría enviado mensajes de whatsapp, convencido en que había dado muerte a Yanina.

Desesperación

Un transeúnte alertó a la policía y ésta a la fiscal Sobrero, quien ordenó el inmediato cierre de rutas. Nadie ingresaba ni se retiraba de Pinto sin pasar por el filtro policial.

Con la desesperación lógica, los paramédicos ascendieron a Yanina a una ambulancia rumbo al Hospital de Pinto. Dado a la dimensión de la herida, resolvieron derivarla al Cis Banda. En la ruta, habría sufrido un paro cardíaco, pero los profesionales la estabilizaron y el transporte pasó directo al Regional de Capital.

Sin perder tiempo, los cirujanos la recibieron en el quirófano y sometieron a una delicada intervención quirúrgica. "El proyectil tocó la vejiga e intestinos", señalaron los familiares "con orificio de entrada y salida", enfatizaron los médicos "... y su cuadro es muy delicado".

Cadenas de oración y se vienen 72 horas vitales

Entre shoqueados y decididos, familiares y amigos organizaron ayer cadenas de oración por Yanina. Por redes sociales y estados de whatsapp, era replicada la solidaridad y la tristeza.

El cuadro de la víctima era grave y los cirujanos no descartaban una segunda intervención quirúrgica. Cautelosos, informaron a la madre de la paciente que esperarían la evolución y después definirían nuevos análisis.

El entorno de Yanina señaló que ella había cortado (puso fin a la relación) porque Cristian "jugaba a dos puntas", es decir le endilgaron infidelidades. Ello sonó coincidente en el grupo de tres amigas, a quienes la víctima confiaba sus desencuentros con el funcionario. Sin embargo, clarificaron que no recuerdan antecedentes de violencia.

Interrogantes

¿Qué pasó entre la noche del lunes y la madrugada de ayer? El enigma ahora será resuelto por la fiscal, quien dispuso el secuestro del celular del victimario y de la víctima.

A ello, debe añadirse que los efectivos incautaron ropa de los dos y los expertos de Criminalística cumplieron con pericias exhaustivas en el comedor, dentro y fuera, destacaron los voceros afectados a la causa.

Al cierre de esta edición, la fiscal Sobrero facultaba a forenses del Poder Judicial para trasladarse al nosocomio capitalino, a fin de interiorizarse sobre le evolución, aún a sabiendas y sin obviar que tras un operación sobrevienen 72 horas clave.

La fiscal trabaja con personal de Añatuya, comanda procedimientos y aloja a Velázquez en Centro Único

"Homicidio en grado de tentativa agravado" por la condición de funcionario policial, es la acusación. Ni bien quedó preso se aferró al silencio y apenas verbalizó unas pocas incoherencias, atribuidas quizá al alcohol.

Después, la fiscal fijó una estrategia de trabajo, respaldada por efectivos del personal de la Comisaría 4ta del Menor y la Mujer y sus pares de la División Criminalística de la Departamental Nº 13 de Añatuya.

Los voceros señalaron que Sobrero fácilmente concretó media docena de procedimientos, en sintonía con la Justicia de Control y Garantías. En la siesta, los efectivos habrían incautado el arma reglamentaria empleada en el ataque a Yanina.

Sin alejarse un renglón del protocolo y las normas, la Justicia asistió luego a Velázquez con personal de Sanidad, 20 minutos después de entregarse tras haberse ocultado en una zona montuosa.

Directo a Santiago

Posteriormente, una comisión policial lo subió a un patrullero y trasladó al Centro Único de Detenidos. La orden fue vigilarlo las 24 horas, ya que eran las 15 y Velázquez no terminaba de caer, tanto en lo personal, como en las consecuencias para Yanina.

Los funcionarios indicaron que será alojado en una celda de Infantería, junto a otros policías que también enfrentan procesos penales y las leyes los habilitan a no ser ubicados junto a detenidos de la población civil.

Es imposible establecer la fecha de indagatoria, pero en rigor de las fiestas es casi seguro que estará frente a la fiscal, la semana entrante. El trámite podría cumplirse en forma presencial, o bien vía zoom, es decir que Velázquez no sea retirado de Infantería, salvo para las audiencias de conversión y/o prisión preventiva.