Miguel Carabajal, camino a los Premios Gardel

Miguel Carabajal es un cantor santiagueño radicado en la Ciudad de Córdoba desde hace 5 meses. Llegó a nuestra provincia con el material crudo de su último disco bajo el brazo, a la búsqueda de alguna productora local o de Buenos Aires que se interesara por su música. Aquí fue donde conoció a Antonio Cobo (director de Edén SRL), quien fue la persona que aprobó su material y dispuso las estructuras para que el sueño se materialice. El 15 de diciembre del 2015 Grito Santiagueño salió al mercado en las disquerías más importantes del país.

Sobre su último álbum, Carabajal detalló: “La consigna era plasmar en el disco el sonido que más me identifica. Así fue que con guitarra, bombo y piano (al estilo Hermanos ábalos), en una semana, tuvimos grabado todo el material. Personalmente estoy muy feliz con este trabajo. Me identifica mucho, lo escucho y sé que soy yo sonando a mí mismo. Las 12 canciones que componen Grito Santiagueño tienen mucha sintonía de repertorio, sonidos, prolijidad y estética, hay mucha relación entre lo auditivo y lo gráfico”.

Miguel, con 28 años y 10 en el camino de la música, ha recogido, de la mano de este disco, grandes satisfacciones en menos tiempo del que esperaba. A poco más de dos meses de su lanzamiento, el artista recibió la noticia de que su trabajo discográfico fue postulado para competir en los premios Gardel, en dos categorías: “Mejor álbum Nuevo Artista de Folklore” y “Mejor Diseño de Portada”.

Cada año las compañías discográficas más importantes del país postulan en Capif (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas) las mejores producciones en diferentes Categorías. “Para mí es una alegría indescriptible y me honra que Edén no sólo haya confiado en mí para lanzar mi material, sino que además considere que mi trabajo y el de todo el equipo que ha trabajado conmigo sea merecedor de tener un lugar entre las mejores producciones nacionales del 2015”, remarcó.

“Es un nuevo sueño, por supuesto que nos encantaría ganar la estatuilla en la gala, pero haber llegado a estas instancias siendo que uno viene de tan abajo y dando pasitos todos los días, es todo un logro. Es algo que hasta hace poco tiempo no nos hubiéramos imaginado”, contó Miguel.

Padrino artístico. Cuti Carabajal, el ex cantante de Los Manseros Santiagueños, ha sido clave en la formación artística de Miguel Carabajal. Es uno de sus referentes indiscutidos. Cuando habla de él, se nota la admiración y el cariño que siente por Cuti: “A lo largo de mi carrera, Cuti ha sido, incluso sin habérselo pedido, la persona que ha estado tendiéndome la mano, prestándome el espacio, presentándome gente del ambiente. Lo admiro como persona, porque es un ser maravilloso. Y también lo admiro como artista porque es una de las leyendas vivas que tenemos dentro del folclore, autor de innumerables éxitos que cantamos todos los días”, detalló.

Tal es la sincronía que hay entre estos dos artistas de mismo apellido, que han grabado juntos en el disco que está encaminado a los Premios Gardel: “Ya veníamos hablando desde hace años de hacer algo juntos. Fue cuestión de llamarlo para coordinar su participación en el disco y muy generosamente, Cuti sumó su voz al escondido Adiós que te vaya bien”.

Su camino en la música. Miguel Carabajal comenzó a transitar los pasos de su carrera cuando tenía 18 años. En ese momento vivía en Posadas, y había comenzado a estudiar Locución Nacional. En un encuentro de valores mostró su talento, y eso bastó para llamar la atención de la gente del ambiente musical. Lo invitaron a participar de un certamen en el que compitió con 55 bandas y resultó ganador. De allí nació su primer trabajo discográfico Garganta de Pueblo. Convencido de que su misión en la vida era cantar, dejó la carrera que estaba realizando y se dispuso a recorrer el mundo con sus melodías.

“Viajé en estos años, con mi guitarra y mi poncho, por muchos lugares hermosos. Llevé mis chacareritas por Suiza, España, Francia, Italia, Vaticano, Portugal, Alemania, Estados Unidos, Paraguay, Brasil y Bolivia”, recuerda Miguel, quien en los últimos tiempos ha decidido establecerse en la ciudad de Córdoba para echar raíces en un lugar que está cerca de todo y empapado de folclore.

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