Mi planta vecinal Mi planta vecinal
MI PLANTA VECINAL
Este año
mi aguacate no dará sus frutos
ni sentiremos
el estruendoso zambombazo
de las paltas al vencer
las ramas
estampando de muerte el suelo
(concierto clásico de mi patio).
Hemos decidido su poda
e infelizmente la padecemos,
dramático acto fascista
embestir la botánica
de la Persea;
creer que la estética lo marca
que molesta su copa
o las hojas caídas
como despojo divino
de las heridas
que
también tiene la flora,
¿por qué no?
Visitaré el impluvio
con un halo de nostalgia;
ya es agosto
y la promiscua planta
que embelesó mi infancia
tiene un castraje injusto
que no quiso
ni pidió.
Y los nudos
-donde solía frutecer la vida
y que yo tanto buscaba-
esta era serán eso:
sólo nudos.
Busco en el pomposo ramal
mi alma,
la oquedad de tu silencio
las flores, la palta;
nada hay.
Y mi changuito dentro
me golpea con ofensa
pues siento
que la tristeza de mi planta
es un reflejo vivo
de la insustancial hondura cadaverica
que parte de este TE AMO
y tu ADIóS.