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EL LIBERAL . Santiago

Hablamos de tartamudez

11/05/2018 23:31 Santiago
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Hablamos de tartamudez Hablamos de tartamudez

La tartamudez es conocida

por todos como repeticiones,

prolongaciones o bloqueos. Pero

estos comportamientos sólo

son la parte visible. En realidad,

existen otros comportamientos

originados a partir de

convivir con el problema: el miedo,

ansiedad, vergüenza, evitación,

frustración, tristeza, etc.

Tradicionalmente se pensaba

que los niños más pequeños no

presentaban estos comportamientos

pues, se “creía” que no

tenían “conciencia” de su tartamudez.

Hoy sabemos que esto

no es así.

“Es normal a esta edad que

tartamudee”, “Espera, se le pasará”,

“no hagas nada que se

va a dar cuenta”, “todavía no

es consciente, no le lleves al fonoaudiólogo”,

“eso es porque es

muy nervioso”, “es porque nació

el hermanito”, etc, etc.

Estos

y muchos más consejos, son los

que a diario, nos cuentan los padres

que reciben de pediatras,

maestros, familiares, vecinos…

Lo que lleva a retrasar las

consultas y en tartamudez, los

especialistas tenemos una premisa:

“Cuanto antes, mejor”… y

esto que significa? Que cuanto

más tempranamente se deriva a

un profesional especializado, para

realizar una evaluación diagnóstica

adecuada, es mejor para

ese niño. Así no se instalarán los

comportamientos mencionados,

que complejizan la dificultad.

Prevenir que se instale la

tartamudez en un niño pequeño

que comienza a tener difluencias,

es posible. Y nuestra responsabilidad

como especialistas

es informar a las familias, docentes,

médicos, y la sociedad

sobre las características, tratamientos

y lo más actualizado en

investigación de esta particular

condición del habla que afecta

al 1% de la población mundial,

con una relación de 4 varones

por 1 mujer, e inicia entre los 2

y 4 años.

El rol de la escuela es fundamental.

Para que el niño con tartamudez

se sienta cómodo y seguro

dentro de ese ámbito, es

importante que los maestros conozcan

y comprendan esta dificultad.

El pediatra es en quién más

confían los padres. Su palabra

y consejo es respetada, por lo

tanto es un aliado valioso para la

detección precoz y la derivación

adecuada a los especialistas

La tartamudez es la alteración

del lenguaje más común en la

edad pediátrica y la que más

desconcierto y dudas genera en

los padres.

La tartamudez es un

trastorno del habla que se caracteriza

por frecuentes repeticiones

o prolongaciones de sonidos,

sílabas y palabras. El individuo

sabe lo que quiere decir,

pero el discurso queda interrumpido

de manera involuntaria, lo

que puede generar: estrés, inseguridades

o baja autoestima.

El tartamudeo tiene un componente

neurológico y puede haber

una predisposición genética.

Pero, el desarrollo de esta

alteración del habla no depende

de factores psicológicos o externos,

como las experiencias vitales

o el entorno familiar.

“Hasta

un 50% de los niños que desarrollan

tartamudez tienen antecedentes

familiares de primer,

segundo y tercer grado, por lo

que el riesgo de ser un tartamudeo

persistente aumenta si el

niño/a tiene predisposición genética.

El trabajo conjunto y coordinado

de fonoaudiólogos especializados,

pediatras y docentes,

unido al esfuerzo del entorno

familiar y social es importante

para ayudar al niño/a con tartamudez

La detección temprana de la

tartamudez en un niño pequeño

es vital para su futuro, ya que

contribuye a criar no un niño

perfecto, sino un niño sano que

será un adulto feliz.

Mitos y verdades sobre

la tartamudez

Los mitos que han rodeado

a las personas con tartamudez

contribuyen a la desinformación.

Por ello, conviene saber que:

a - No hay dos formas de

tartamudez iguales.

b - El tartamudeo no es

constante. Es variable, porque

hay momentos en lo que no se

manifiesta.

c - No se produce por la

ansiedad. Puede ser una consecuencia,

pero nunca una causa

de la tartamudez.

d - Comentarios como:

cálmate, respira antes

de hablar contribuyen a que los

niño/as con tartamudez se bloqueen,

porque se sienten cuestionados

y presionados.

e - La tartamudez no es

una enfermedad, sino una alteración

del habla.

f - Cuando se detecta

tartamudez en el niño, sobre

todo si va acompañado de

señales físicas, como tensión en

la mandíbula y el cuerpo, conviene

intervenir cuanto antes para

evitar que aparezcan conductas

como la ansiedad o la evitación

de situaciones en las que haya

que hablar en público.

g - El niño/a no tartamudea

para llamar la atención,

nunca. Tampoco lo desarrolla

por imitación.

h - Unos padres exigentes

no provocan la tartamudez

en sus hijos. No obstante, los

progenitores influyen de manera

positiva si interactúan de manera

adecuada con ellos.

Forma adecuada de

actuar con los niños con

tartamudez

¿De qué manera se debe actuar

con los niños que presentan

tartamudez? Siguiendo sencillas

pautas....

Dándoles el tiempo que necesitan

los niños con tartamudez

para expresarse.

Tenerles

paciencia, escucharlos y no interrumpirlos

ni acabar sus frases

cuando se presentan bloqueos

con las palabras.

Dar importancia a lo que dice

y no a cómo lo dice, con frases

como: Qué interesante lo

que cuentas.

Evitar burlas, en todos los

ámbitos en los que se relacione

el niño. La tartamudez ha sido

tratada de manera peyorativa en

la sociedad, lo que no contribuye

al bienestar y autoestima de estas

personas.

Lo que debes saber
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