"Megalodon" enseña sus fauces

"Megalodon", la película de acción protagonizada por Jason Statham y un tiburón prehistórico de 23 metros, llegará mañana a la cartelera de los cines locales, junto a otro gran estreno de producción argentina, "Mi obra maestra", que reúne a Guillermo Francella y Luis Brandoni.

Las historias de tiburones siempre han tenido buen público, y este nuevo tanque de Hollywood parece estar dispuesto a conquistarlo. La película demandó una superproducción de 150 millones de dólares y cuenta cómo un sumergible ubicado en las aguas más profundas del océano ha sido atacado por una enorme criatura que se creía extinta.

Al rescate de su tripulación acude un especialista (Statham) quien años atrás ya tuvo un primer encuentro con el prehistórico tiburón.

Ruby Rose, Rainn Wilson y Bingbing Li completan el reparto.

La historia del Megalodon se basa en una serie de novelas de Steve Alten, por lo que no se descartaría la posibilidad de realizarse una secuela más adelante. Sin embargo, de concretarse esta posibilidad, será dentro de bastante tiempo, ya que su protagonista de, Jason Stathan se encuentra de vacaciones desconectando un poco de su trabajo como cazador de Megalodones, según lo señaló el director del filme, Jon Turtletaub.

‘"él (Stathan) está de vacaciones. Si hay otra de éstas ya se verá. Nunca hacemos una película pensando que habrá otra. Da mala suerte, y ni siquiera puedes creer que vayas a terminar la primera. Pero, ¿a dónde iríamos con una secuela? Esperemos que no siga la ruta de otras secuelas malas que solo empiezan a agrandar las cosas. Que fuese un Ultra Megalodón y un Mega Megalodón, y todo eso. Oh, Dios mío’, declaró Turtletaub.

Por su parte, la Argentina, comparte en "Mi obra maestra", la historia de un marchand de arte (Guillermo Francella) encantador, sofisticado, aunque un poco inescrupuloso, que tiene su propia galería de arte en el centro de Buenos Aires; y Renzo (Luis Brandoni) un artista plástico talentoso y un poco salvaje, que se encuentra en franca decadencia. Si bien al galerista y al pintor los une una profunda y vieja amistad, no coinciden en casi nada: sus universos e ideas son opuestos, lo que genera constantes peleas y desencuentros, que desemboca en un plan tan extremo como genial.