Guarachaca, un ritmo creado por Marcelo Véliz

Marcelo Véliz tuvo un sueño cuando tenía 15 años y escuchaba a grandes grupos de folclore, cumbia y chamamé que cantaban en el club Estudiantes, de Santiago. él quería imprimirle a la guaracha un ritmo bien santiagueño. Lo logró cuando, tal como lo explicó en un Facebook Live desde la Redacción de EL LIBERAL, al hacer una "fusión de ritmos entre la chacarera, la polca paraguaya y la música tropical. Tiene el golpe de polca, el chamamé rápido, con percusión de música colombiana y con el acordeón de punta. En todo esto tiene que ver Orlando Gerez, un eximio bandoneonista que en su época tocaba polcas paraguayas y chamamé rápido".

El ritmo que imaginó en esos bailes populares de Estudiantes, luego le dio forma en el año 1978 cuando, sentado en el barranco del canal San Martín, en inmediaciones de calle Magallanes del barrio Juan Felipe Ibarra, apareció finalmente esa "idea loca de hacer algo nuevo, de innovar en algunas cosas de aquella cumbia famosa y cadenciosa del Cuarteto Imperial y el Trío Rubí. Así fue que comencé a fusionar el ritmo de bajo, en tiempo de 2 por 1, y le agregué una nota que es muy coherente con nuestra gente de la clase media baja". Ese fue el comienzo de un tiempo tan lindo que Marcelo no olvida.

No le fue fácil imponer ese estilo. Recién en 1981 lo consiguió cuando logró que Los Caimanes Santiagueños y El Quinteto Imperial de "Koli" Arce le grabaran algunos de sus temas. Así fue como nacieron dos hits que hoy baila todo el país y que Marcelo las bautizó como "mis hijas mellizas". Son "Yo tengo una linda morena" y "Aquella Negra". Esta última se convirtió en un canto tribunero en cualquier estadio de fútbol donde se escucha el clásico "se mueve para acá, se mueve para allá...".

"La guarachaca"

Otro de los sueños de Véliz era que el ritmo fusionado se llamara "guarachaca", pues considera que es "auténticamente santiagueño". Pero, no pudo ya que no le aceptaron tal denominación en la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (Sadaic).

"Por esas cosas de la burocracia o que tiene el mismo destino, no me aceptó Sadaic que la inscribiera como ‘guarachaca’, una fusión de chacarera con guaracha de Centroamérica. Hasta el día de hoy la sigo luchando para que este ritmo auténticamente de Santiago del Estero se llame ‘Guarachaca’", destacó Véliz.

De todos modos, el músico tropical tiene una enorme conexión con los intérpretes santiagueño del folclore. Así fue como cristalizó otro de sus sueños dorados: cantar guarachas con músicos del canto nativo.

"Yo tenía una deuda pendiente, que era tocar en los festivales folclóricos. Entonces, usé una carta muy brava: invitar a folcloristas para que puedan ser el nexo para poder hacer show en vivo con la guaracha en festivales folclóricos", dijo.

Precisó que el primer invitado de lujo fue "Peteco" Carabajal, con quien grabó "Cabritos y lechones". Luego, fue el turno de "mi compadre Raúl Barrionuevo, Raly, con quien grabé ‘Muchachos hagamos una fiesta’ y ‘Destino de amar y sufrir’. Después, grabamos ‘Canción para mi madrecita’ con el hoy Dúo Orellana Lucca, en esa época del Dúo Terral".