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Juan Pablo Medina, rompe el melodrama en “La Casa de las Flores”

04/05/2020 20:24 Pura Vida
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Juan Pablo Medina, rompe el melodrama en “La Casa de las Flores” Juan Pablo Medina, rompe el melodrama en “La Casa de las Flores”

Por Emilio Marcelo Jozami

(De la Redacción de EL LIBERAL)

La historia de la disfuncional y próspera familia que plantea “La casa de las flores”, comedia dramática mexicana de alto impacto en Netflix (ya se estrenó la tercera temporada), sigue multiplicándose y generando una legión de fans por el mundo. En medio de enredos amorosos, la serie aborda temas como la bisexualidad, la transexualidad, la infidelidad y la adicción a las drogas.

El actor mexicano Juan Pablo Medina que encarna a Diego Olivera, el asesor financiero de la familia, y el amante secreto de Julián (Darío Yazbeck), en una entrevista exclusiva con EL LIBERAL destacó el contenido de esta “sátira de la sociedad” creada y dirigida por Manolo Caro, que se propone quebrar la convención latinoamericana del melodrama.

¿Qué representó para usted volver a trabajar con Manolo Caro con quien ya lo había hecho en el filme “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”?

Afortunadamente, he trabajado mucho con Manolo porque somos muy buenos amigos. él confía en mí y me ha invitado a ser parte de sus proyectos, lo cual a mí me da mucha felicidad. Estoy my agradecido con él. Me encantan las historias que quiere contar y la manera en que las cuenta. Manolo se arriesga, me gusta la manera en la que cuenta las historias siempre confiando en su propuesta y eso es muy valioso en un director porque no se frena ante nada.

“La Casa de las Flores” no es una serie cualquiera. Aborda temáticas muy profundas como raza, clase, sexualidad y moralidad en México...

Principalmente, como actor, agradecemos mucho poder tener la oportunidad de que ¡por fin! se puedan contar este tipo de historias sin ningún tipo de bloqueos. Es muy acertado de que las nuevas plataformas, en esta ocasión que es Netflix, den la libertad al 100 % al creador para contar lo que quiere. Entonces, Manolo, que es una persona muy inteligente, decidió tocar estos temas con absoluta libertad.

“La Casa de las Flores” es una sátira a la sociedad y al estereotipo de las telenovelas mexicanas. ¿Cuál es tu punto de vista en cuanto a este tipo de tratamiento?

El acierto está en que Netflix y Manolo Caro hablaron esto y decidieron hacer una sátira muy apegada a la telenovela, haciendo una burla, haciendo una crítica, pero una crítica con humor porque creo que esa es la mejor manera de tocar esos temas. Lo tocan de una manera frontal, pero con comedia. Eso es un acierto brutal. Lo que queríamos lograr era que los personajes no se quedaran en la superficie. Si estás haciendo una crítica sobre un lenguaje que llevamos mucho tiempo y le quieres dar la vuelta para hacer entender lo que quieres contar, los personajes tienen que tener una profundidad importante. Entonces, lo que no queríamos era caer en un estereotipo y en un cliché para poder contar la historia. Todo en la serie es una sátira de la sociedad y de cómo se contaban este tipo de historias. Es el lenguaje que decide usar Manolo, que lleva a los personajes a ese extremo y les da una ligereza dentro de la posibilidad que está tratando de contar. Tratamos de escaparnos del melodrama que es lo que más exportó México hacia Latinoamérica. Nos reímos de eso.

¿Cuánto cree que ayuda la Casa de las Flores a generar conciencia acerca de la necesidad de aceptar a las personas tal como son?

No creo que, en un principio, la intención de esta serie sea aleccionar, pero afortunadamente con el humor de Manolo y con los personajes que cuentan, creo que ya estamos en un momento de la vida en donde la gente debería entender que todos somos iguales, sea quien fuera, y que el amor puede fluir entre los seres humanos de la manera que sea. Creo que esto es un ejercicio hermoso de parte de Manolo y de Netflix de crear ese tipo de conciencia. Hay gente que está muy agradecido con mi personaje (Diego Olivera), con el de Darío Yazbeck (Julián de la Mora Aguirre), con el de Cecilia Suárez (Paulina de la Mora Aguirre) y con todos los personajes porque, realmente, están muy bien delineados para contar una historia de una familia, pero tocando todos los temas para hacer cierta conciencia de que ya es hora de que la gente entienda, deje de ir pasos para atrás en esta época de la vida. Antes se tocaban estos temas en la televisión mexicana, pero no de esta manera y es un acierto muy importante que Manolo lo haya tomado a través del humor, retratando una realidad como esa y llevándola hacia la comedia como sátira de la sociedad. Ya era tiempo de hablar de estas cosas porque estamos en un momento de apertura social. El cambio es necesario y es momento de ver igualdad. Con una buena conversación se puede cambiar la educación. Dar cada quien nuestro punto de vista y los que tienen poder de voz, que lo expresen para que esto cambie.

Juan Pablo Medina no teme quedar encasillado por su personaje de Diego

 “No tengo miedo a quedar etiquetado como un actor para un determinado personaje”, aseguró el actor Juan Pablo Medina, a EL LIBERAL en una entrevista exclusiva, en referencia al abogado homosexual que interpreta en la serie “La Casa de las Flores”. Y agregó: “Hay gente muy talentosa que me está invitando a hacer proyectos totalmente distintos, y en este momento lo que quiero es aceptar y tomar retos 100 %. He trabajado en diferentes proyectos y, hasta la fecha, no he tenido problemas con eso. Al contrario, se me han abierto muchas posibilidades a raíz de todo esto. Desde el principio quisimos presentar un personaje que no fuera ni un estereotipo, ni un cliché y que tuviera la profundidad necesaria para entender que podría aguantar tantas tonterías de Julián (Darío Yazbeck) y tantas decisiones equivocadas. A partir de eso traté de darle al personaje el compromiso necesario. Diego es como un maestro para Julián, trata de llevarlo de la mano hacia donde quiere, pero llega un momento en que no puede más, porque intenta enseñarle todo, trata de educarlo y de hacerle ver que Diego está ahí por él y para él. El personaje de Diego funcionó porque Manolo Caro (autor y director) te hace entender lo que quiere ver en ti y él te deja proponer para que salga ese mundo compuesto por ideas de los dos. Obviamente desde la primera secuencia tienes que tener muy claro qué es lo que tu personaje tiene que contar y desde dónde lo abordas”.

“La corrupción es un virus mortal para la humanidad”

En “Guerra de ídolos” e “Ingobernable” (próximamente se estrenará la segunda temporada por Netflix), dos series protagonizadas por Juan Pablo Medina, se aborda el tema de la corrupción en la política y el mundo empresarial de México. Para el actor, nacido en Arlington, Virginia, pero criado en México, es necesario que estos tópicos sean desarrollados en las ficciones “para hacer conciencia”.

“Estoy totalmente de acuerdo con que la corrupción es un virus mortal para la humanidad. Estamos en una sociedad en donde se cuentan muchas historias que tienen que ver con la corrupción porque eso es un reflejo del país en el que vivimos, de la sociedad en la que estamos. Entonces, me parece importante reflejarlo para hacer conciencia”, dijo el actor a EL LIBERAL, a través de una comunicación telefónica.

Laurence Olivier decía: “El actor esculpe en el aire, esculpe en la nieve, esculpe en el agua. Creará belleza efímera que muchos recordarán toda la vida”.

Yo sí estoy muy de la mano que es un trabajo en conjunto (el del actor) junto con el guionista y el director. Es un trabajo en equipo 100 %. Es una cita muy bonita la de Olivier y creo que, como actores, tenemos una gran responsabilidad en estos tiempos de poder contar historias y contar algo que deje, que pueda trascender. Por lo mismo me siento muy afortunado de poder participar en lugares, en series o en películas con personajes que tengan algo que decir porque esto es lo que se queda, es lo que llegará a trascender y esto es lo lindísimo de nuestro trabajo.

¿Qué es lo más agotador del trabajo del actor?

Me siento afortunado de hacer lo que me apasiona y es por eso que no le veo nada agotador. A veces, hay momentos donde hay mucha espera, pero también es parte del trabajo, también tenemos que aprender a esperar y tratar de seguir ya sea estudiando las escenas, ponerte a leer o hacer otra cosa. Esa espera puede resultar algo cansador, pero cuando haces lo que amas no le veo ningún problema. Yo disfruto de cada personaje que hago. Lo vivo con mucha entrega, pasión y amor por lo que hago. Lo interesante de ser actor es arriesgarte y explorar. Y es responsabilidad nuestra narrar cosas nuevas. Con Diego, en un principio, no queríamos que cayera en un estereotipo ni dar un mensaje más que el de una historia de amor, sin intentar dar una lección de nada a nadie. Queríamos contar la historia de dos hombres que se aman, pero que están en dos momentos de la vida diametralmente opuestos.

Medina: “Siempre me interesa que los personajes tengan algo para contar”

Juan Pablo Medina acepta los retos que su profesión le presenta. Es así como no le escapa a la posibilidad de dar vida a personajes formales, torturados, misteriosos, sufridos o excéntricos. “Le busco, para cada personaje, elementos y cosas que lo diferencien a uno de otros de los que compuse. Siempre me interesa que esos personajes tengan algo para contar, sea desde lo formal o desde lo excéntrico, pero me interesa que tengan una historia y que puedan trascender de alguna manera”, indicó el prestigioso intérprete en su entrevista con EL LIBERAL.

¿Qué retos le plantearon Guerra de ídolos, e Ingobernable?

Es un momento de mi vida en donde se me han presentado personajes diferentes y muy interesantes. Al de Amado Matamorros (“Guerra...”) lo disfruté de una manera porque desde hace mucho tiempo que no me ofrecían un villano de ese calibre. Era un villano que por el amor de las hermanas hacía unas cosas brutales, pero me parecía que tenía un contexto muy interesante y una profundidad muy linda. Después de hacer “La Casa de las Flores”, Netflix me invitó a hacer la segunda temporada de Ingobernable. Allí fue entrar en un mundo totalmente distinto y trabajar con gente que ya lleva un camino recorrido en la primera temporada. Es por esos que tienes que ponerte muy aguzado para poder entrar en el tono y en la misma dinámica en que están todos. A mí me encanta Kate del Castillo y Alberto Guerra. Muy afortunado soy de poder ir de un personaje a otro y que sean totalmente distintos. l

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