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EL LIBERAL . Pura Vida

La admiración de Porchetto por Raly los unió en la canción “Bajaste del Norte”

03/11/2020 20:41 Pura Vida
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La admiración de Porchetto por Raly los unió en la canción “Bajaste del Norte” La admiración de Porchetto por Raly los unió en la canción “Bajaste del Norte”

A lo largo de su carrera, cincuenta años que lo cumplirá en el 2021, el autor de “Che pibe vení votá” y “Reina Madre”, entre otros himnos que canta el mundo, compartió escenario y camino con artistas de la talla de Sandro, Charly García, León Gieco, Pedro Aznar, Sandra Mihanovich y muchísimos más, siendo parte de la cofradía de músicos que escribieron la historia del rock nacional. Y, este año, lo hizo con el santiagueño Raly Barrionuevo, con quien grabó “Bajaste del Norte”, cuyo autor es Porchetto. “Fue muy lindo trabajar con Raly. Es uno de los nuevos artistas más talentosos. Antes de conocerlo yo ya era seguidor de él. Me encanta cómo ha retomado una parte del folclore que, para mí, estaba perdida”, reflexionó el autor de “Bailando en las veredas” al hablar de su colega santiagueño.

¿Qué significa para un músico hacer este tipo de trabajos como el que compartió con Raly, desde lo ideológico y musical?

él ha tenido la tradición de los grandes poetas, los formatos de una claridad pristina de cómo interpreta. Además es muy talentoso, muy buen instrumentista, muy buen compositor. El artista siempre busca la excelencia, pocos lo logran, pero la sola búsqueda ya da cierta integridad.

En su historial aparece otro himno, “Bailando en la vereda”, con Sandro. ¿Cómo lo recuerda?

él decía que yo era el hermano que no había tenido y era una relación como de que yo era su hermanito menor. Un día me llamó y pidió grabar un tema, pensé que sería alguno suyo, pero no, me dijo que quería hacer “Bailando en la vereda”, la única condición era que buscara algo que no fuera la misma versión. Para mí fue el último rock & roll que cantó y sigue siendo algo inolvidable. Fue un acto de afecto muy grande de Roberto hacia mí.

A propósito de los grandes temas de su repertorio, le pregunto lo que usted afirmó en una canción, ¿el mundo puede mejorar?

Yo siempre digo algo, porque el disparador de esa canción fue la frase de un pacifista, Martin Luther King, que repetía que aunque me digan que el mundo se termina yo hoy planto igual mi manzano, y desde ese punto de partida yo tenía muy presente también una frase de Gandhi que decía “el mundo que yo imagino comprendí que empieza por mí”. Entonces, creo que esos seres nos dan una buena reflexión. El mundo puede mejorar si nosotros intentamos ser un poco mejor cada uno, como persona. Si podemos lograr ese equilibro de dejar de mirarnos tanto el ombligo, que se ha hecho más egoísta, con pensamientos como el que uno tiene que hacer la de uno, y así educar a los hijos, porque nadie te va a dar nada, no es una buena enseñanza y no es real, porque todo vuelve, lo que das de malo vuelve, y lo que das de bueno, también; y si estás inerte no te vuelve nada. A veces, escucho que dicen “mi vida está trabada” y yo pregunto qué estás haciendo por la vida, que estás dando a los otros...Estamos todos victimizados, son momentos difíciles y hay gente que realmente lo está pasando muy mal. Pero empezá, es contagiar, tenemos que reeducarnos entre todos para tener otro estado de conciencia, otra actitud ante la vida. La vida arranca de uno, el mundo que yo imagino empieza por mí.

A propósito de este estado permanente de beligerancia en el mundo entero, ¿cuánto de paz hace falta y cuánto hace falta que la dirigencia comprenda que la paz es lo que va a erigir al ser humano?

Yo creo que la revolución más grande que el mundo puede realizar y la única perdurable es la de la paz. Porque ante un acto de violencia, siempre hay otro acto de violencia, porque para justificar, para defenderse siempre hay un razonamiento. Entonces es de nunca acabar. Hay cosas básicas que tenemos que recuperar como la idea de la verdad, que es subjetiva. Yo te estoy mostrando un mate y vos verás que la bombilla está del lado derecho, y yo, del izquierdo, porque cada uno está mirando desde un lugar distinto, pero la realidad es que la bombilla no está ni a la izquierda, ni a la derecha, sino hacia afuera del mate. Los que tienen el poder de administrar, lo harán desde sus verdades, pero todo se trata de un ida y vuelta.

Raúl, otro de sus manifiestos sobre la realidad argentina ha sido “Reina Madre”, aquella ficticia carta de un soldado inglés, también ficticio. ¿Esta herida sigue abierta?

Sí, porque de las barbaridades que puede hacer el ser humano, de las cosas malas que puede hacer, la guerra creo que es lo más absurdo, por esos fundamentos que decía sobre la paz y la violencia. Y eso fue un manotazo de ahogado de una dictadura, y pensaban que no iba a venir una flota del Atlántico Norte al Atlántico Sur, una falta de previsión de lo que se iba a generar a posteriori. La ignorancia es atrevida y esa fue realmente una explosión de ignorancia. Y eso deja heridas para siempre y es fundamental mostrar a las generaciones futuras que esas no son formas de construir. Gandhi pudo producir un cambio diferente contra el Imperio Británico, pero no se cree en eso. Hay que aprender de esas grandes lecciones y tenerlo vivo. Para mí seguir cantando ese tema “Reina Madre”, imaginarme que venía un soldado británico y decía, “pero madre, qué estoy haciendo acá, tan lejos de casa”, para comprender que son igual a mí. Y nosotros también aceptar que el otro también es igual a mí. Es otra forma de entender la vida, el mundo, las relaciones.

El tema “Che pibe vení votá” resume otro momento de la historia argentina, si se quiere. ¿Cree que sigue teniendo vigencia?

Yo creo que sí, desde ese lugar cuando yo lo hice es que quería que se integrara a la gente joven. Era un momento en el que no participaba la gente joven porque se venía de una dictadura terriblemente cruel. Había quien decía incluso desde aquel Gobierno de Facto que la juventud no tenía que tener pensamiento... y los convocaban con el che, pibe, vení, votá guerra o elecciones... te necesitamos para una guerra, vení, vota, y después te llamamos para las próximas elecciones. No. Parte de esa integridad que hoy hablamos, y siendo un hombre mayor, sigo pensando que las generaciones nuevas son la base de que el mundo se renueve con el aporte que hacen, generando una interacción. En ellos hay que dejar la semilla de la paz, de la convivencia. El pibe no toma lo que le dicen sino lo que ve. Tenemos que recuperar cierta integridad.


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