Consuelo Rodríguez: "Yo volví a nacer en Santiago" Consuelo Rodríguez: "Yo volví a nacer en Santiago"
A su padre, Jorge Rodríguez Emanuel, quien había emigrado desde Sol de Julio a México para buscar una mejor posición económica, le detectaron cáncer. Tenía en Santiago un establecimiento ganadero al que quería mucho y que fue el lugar donde decidió venir a pasar sus últimos días, una vez que se enteró que la enfermedad que tenía era irreversible.
Por aquellos años, con poco más de veinte años de edad, Consuelo vino acompañando a su padre. Y se terminó enamorando de Santiago. Tuvo que ponerse al frente de la empresa ganadera para llevarla adelante. Cambió las teclas de la computadora por el campo y comenzó a aprender de pastos, yuyos, terneros y vacas. Hoy el Nopal del Carmen, el establecimiento que dirige desde entonces es una de las cabañas con genética de punta y una de las más reconocidas por su producción en todo el país. Ganó premios en varias exposiciones como en Palermo, en Corrientes, en las principales muestras ganaderas que se hacen en el país.
Para Consuelo, “la vida es para trabajar e ir adelante, el respeto y el reconocimiento se gana con el trabajo y el esfuerzo”, dirá en una parte del diálogo que mantuvo con MIX ECONóMICO. Y agregará que sin la ayuda de los santiagueños, hubiera sido imposible lograr todo lo que consiguió. Lo dice esta mujer que en una actividad casi exclusivamente masculina, hoy maneja un campo de 7000 hectáreas y una cantidad similar de cabezas de ganado. Esta es su historia.
¿Cómo surgió el Nopal del Carmen?
El Nopal del Carmen surge en Ojo de Agua en el pueblo de Sol de Julio hace más de 20 años y su fundador es Jorge Rodriguez Emanuel, mi padre, argentino. El empezó a producir ganado de cría. Con el tiempo hizo un viaje a Australia donde comenzó a traer genética, con transferencia de embriones de la raza Braford. Teníamos ya incorporado el Brangus colorado y negro. Faltaba el Braford que se trae de Australia, con genética de punta. Ahora más de veinte años después podemos hacer nuestro Braford argentino adaptado a la zona nuestra que es el Noa, rústico, un animal que se adapta a las condiciones donde se quiere trabajar, donde nuestras tierras lo necesitan, por su rusticidad, por la garrapata, por los yuyos tóxicos, el mío mío, el duraznillo, entonces hoy en día ya producimos Braford bien para el noroeste nuestro.
¿Por qué se llama así el establecimiento?
Porque el nopal es la hoja de la tuna, la penca, la que se vende en el mercado, al nopal en México lo consumimos porque tiene múltiples aplicaciones, entonces mi padre al llegar y ver tantas pencas de la tuna, ha tomado el término de México y le puso así. Pero además teníamos un asentamiento jesuita en el campo, de la Virgen del Carmen, entonces por respeto al lugar, a la historia que tiene la zona, le puso El Nopal del Carmen.
¿A partir de cuándo se hace cargo de la empresa ganadera?
Yo soy mexicana, de origen pero argentina de corazón y santiagueña sin duda. Lamentablemente mi padre falleció de cáncer hace 14 años y es donde decido quedarme aquí porque la gente de la localidad de Sol de Julio iba a Córdoba a darle sangre a mi papá. La gente de esta localidad lo quería mucho, lo apreciaba mucho, entonces yo me sentí comprometida con estas personas porque la sangre es algo invaluable, no tiene precio, entonces estaba la decisión de cerrar la estancia o seguir para adelante. Y yo seguí con el sueño de mi padre, el migró muy joven a México con 19 ó 20 años y le fue bien, quiso traer algo a su tierra y yo continúo con su sueño. El Nopal del Carmen es hoy una cabaña que representa dignamente a Santiago del Estero en cualquier provincia de la Argentina. Nosotros representamos con mucho orgullo a Santiago en Palermo, en la exposición de Corrientes, en cualquier lado donde nos presentamos, siempre representamos a Santiago con el trabajo, el esfuerzo, de todos los que trabajamos ahí.
¿Su papá estuvo mucho tiempo en Mexico?
El emigró muy joven al Distrito Federal (DF) y siempre tuvo el sueño de volver a su tierra y cuando se tomó la decisión porque su enfermedad no tenía cura, él decidió venir a morir en la Argentina, porque el fue y se sintió toda la vida argentino. Cuando me tocó venir encontré gente muy buena en Santiago, eso me ayudó mucho, tuvimos que poner mucha contracción al trabajo. Yo creo que la vida es para trabajar e ir adelante, con esfuerzo se consiguen muchas cosas, con esfuerzo y trabajo y hoy en día mucha ayuda del gobierno porque el gobierno provincial está ayudando bastante, eso es muy importante porque en ganadería hay que trabajar mucho.
Hace entonces unos 15 años que está en Santiago
Yo me radiqué en la localidad de Sol de Julio pero viví en Mexico siempre, mi infancia, la adolescencia, la universidad la viví en México en el Distrito Federal pero todo eso lo cambie por el campo. Yo en México estudié periodismo pero bueno lo dejé todo y comenzamos a aprender todo lo que es la ganadería. Hice cursos aquí de inseminación, de pasturas, porque ha sido un cambio muy drástico, al principio además era una chica joven, extranjera, pero el respeto y el reconocimiento se gana con el trabajo y el esfuerzo. Hoy tenemos el reconocimiento porque la gente sabe como trabajamos.
Ud tiene otros familiares en Santiago?
Yo solo tengo un hermano en la ciudad de México, porque no había muchas opciones sobre quien tomara el mando de la ganadera.
¿Fue duro en principio abrirse camino en un ambiente masculino?
Fue difícil porque no conocía de genética, no conocía de pastos, es un ambiente muy difícil. Aparte en el tema de la cabaña tenemos que competir con gente que tiene ya muchas generaciones ganaderas encima, estancieros que hicieron ganadería de toda la vida. Fue difícil, pero afortunadamente en el camino encontré buena gente que me acompañó y me ayudó con buenos consejos y sobre todo en el campo para conocerlo y saber de él, porque al campo hay que andarlo. Me ayudó mucho mi gente, mis gauchos (la gente que trabaja con ella). Si hoy estamos donde estamos es por ellos, que me apoyaron y me enseñaron lo que sé.
¿Cuántos años tenía cuando vino a la provincia?
Llegué muy jovencita a Santiago, yo volví a nacer en Santiago, estoy muy contenta y muy agradecida a la vida porque si no hubiera encontrado gente buena en el camino yo ya no estaría aquí, eso ha sido muy importante. He encontrado gente muy buena en Santiago, ese fue el punto clave porque si no estás bien, evidentemente te vas, al no tener los afectos, al no tener tu familia, al no tener nada, en un lugar tan extraño y remoto, si no hubiera sido así me habría ido.
¿Su mamá vino con usted?
Mi mamá es española, Amparo Rodríguez y mientras mi padre estuvo mal, ella iba y venía pero yo estuve sola en el campo, con mis gauchos. Nosotros trajimos acá a morir a mi papá. Aparte él cuando estaba bien viajaba muchísimo entre Mexico y la Argentina por sus campos. Pero cuando le dijeron que no había cura para su leucemia, entonces, él ahí decidió venir para la Argentina, estuvimos 5 meses con él aquí hasta que falleció. Cuando él murió, yo me quedé sola con mis gauchos y ellos fueron mi segunda familia. Después comencé a averiguar a quien se le debía, a quien no, qué hacer, cómo hacer, fue como volver a nacer porque yo no estaba empapada de lo que era la ganadería, lo mío no era este trabajo.
¿Cómo está hoy el establecimiento?
Hacemos novillos de exportación, todo nuestro campo cuenta con unas 7 mil hectáreas aproximadamente implantadas todas con gatton panic, tenemos un muy buen sistema de agua, con cuatro perforaciones y un buen caudal de agua, tenemos una cabeza por hectárea casi, está todo explotado el campo al 100% y en funcionamiento, con caminos todos en buenas condiciones, tenemos un parque de tractores importante, hacemos rollos, silo bolsa para alto consumo. Ha sido mucho sacrificio y sigue siendo mucho esfuerzo, el clima a veces no ayuda, la economía a veces tambalea, el factor humano, a veces fallamos, es un rubro muy difícil pero hay que estar siempre y apostar por Santiago que está creciendo mucho, sobre todo en la ganadería que está en el norte, somos el norte, lo conocemos y ahí está.
