El fútbol tuvo otra cita inolvidable en una provincia desbordada de pasión

Por segunda vez en este diciembre, Santiago del Estero vivió una fiesta magnífica, para cerrar un mes en el que sin dudas tuvo a la “Madre de Ciudades” como una verdadera capital del fútbol argentino. Los dos equipos más populares del país y dos de los más convocantes del interior, protagonizaron dos finales que ya forman parte de la historia grande. Después del Boca-Ta l leres, ayer, River y Colón fueron los grandes protagonistas. Y la gente le dio un marco impresionante, a la ciudad y al estadio único.

Desde las primeras horas del día, los hinchas invadieron la ciudad. Miles y miles de santafesinos se llegaron a Santiago del Estero y se hicieron oír en cada rincón de la ciudad.

Cerca del horario del partido, la gente tomó prácticamente las calles, especialmente en las cercanías al estadio. Desde el norte llegaban los de River, y desde la zona del parque, los sabaleros.

Ni los 38 grados de las 17 horas en Santiago hacían que la efervescencia de las dos parcialidades bajara. Rápidamente, Colón llenó su cabecera y toda la zona de plateas. Por el lado de River, el ingreso fue más lento pero una hora y media antes del inicio del partido, la capacidad del estadio estaba ya superando el 80%.

Una hora antes del partido, comenzó el duelo de hinchadas. Los “millonarios” cantaron y se acordaron de Boca. Los “sabaleros”, al ritmo de Los Palmeras, hicieron temblar el estadio. Había clima de final y la gente armaba su propio show. Media hora antes para el comienzo del encuentro, ya no entraba un alfiler en el estadio. Los jugadores salieron a hacer el precalentamiento al campo de juego y fue un estallido generalizado.

La salida de los equipos fue de película y el Himno unificó todos los gritos. El partido se vivió como una final y la atmósfera fue increíble. Hubo un campeón. River festejó, pero las dos parcialidades le dieron un marco soñado, pese a algunos incidentes en las cabeceras cerca del final.l