El "delirio" umbanda de Alan, clave al fin del juicio por homicidio de Luisito El "delirio" umbanda de Alan, clave al fin del juicio por homicidio de Luisito
La noche del 4 de abril del año 2014, Alan Fernández Oro habría prometido a Jesús Cortez que el "poder" delegado en Luisito Toloza le sería arrebatado, muerte mediante, y que él lo supliría en el rol de "colaborador" en las ceremonias y rituales umbandas.
Allí parece vislumbrarse la oscura impronta sangrienta que mató a Luisito, cuyo cuerpo fue hallado en un baldío del B° Mariano Moreno, al día siguiente.
La historia del juicio se reactivará esta semana con la posible citación de Gabriela Franco, entonces novia de Alan, amiga de Luisito, y quizá disparador de un conflicto que acabó en luto.
En la conducta de esos tres personajes estaría el móvil del adiós de Luisito, amigo de toda la vida de Alan, autoproclamado "cerebro" y "Alfa" umbanda en aquella área de la zona oeste de la ciudad.
La investigación sostiene que Alan ingresó en el umbandismo de chico. Sin ningún tipo de "reglas de familia", con Luisito recalaron en la casa de una travesti y empezaron a imbuirse de los secretos del umbandismo.
En infinidad de ocasiones, Alan se vestía con sombrero capa, sello distintivo de autoridad.
En un plano secundario, Luisito "trabajaba" como secretario de Alan, según lo confiaron varios testigos, quienes dejaron en claro que pese a ser tildado de "delirante", Alan se asume autoridad umbanda. Y en ejercicio de ese rol, lo invistió con un "poder" especial a Luisito. Devaluada esa amistad, Alan resolvió quitárselo y delegárselo a Jesús Cortez, un amigo de apenas tres meses de "antigüedad".
Dicha hipótesis amenaza la teoría del novio resentido, pero sugiere que ambas asoman válidas. En efecto, se cree que furioso por la cercanía de Luisito a Gabriela Franco, Alan acordó con Cortez "prescindir" de los servicios de Luisito, dicho de un modo práctico. Y así resolvieron engañarlo con un falso ritual, invento en el cual Luisito cayó con ingenuidad.
La noche de la traición, Alan, con o sin Cortez, habría golpeado a Luisito en un camino oscuro. Semiinconsciente, los dos acusados condujeron al joven dentro de un monte y lo remataron. Ello fue afirmado por dos niñas que vivían a metros del monte, quienes vieron a dos tipos llevando a un tercero como borracho. Con las chicas, el tribunal cerró, prácticamente, la mecánica de aquella noche. Así, ahora se apresta a resolver cuánto sabía Franco de este odio y si presumía que Alan pergeñaba el crimen del amigo.
Lo trascendente: si el asesinato fue por celos, o desviación "umbanda".
