Octavio batallará para seguir en “La Voz Argentina” Octavio batallará para seguir en “La Voz Argentina”
El talento musical con acento santiagueño
volvió a seducir al jurado de “La Voz Argentina”,
tanto que Octavio Muratore logró que los cuatro
jurados, Ricardo Montaner, Soledad Pastorutti,
Mau y Ricky y Lali Espósito se dieran
vuelta para ofrecerle ser parte de sus teams.
Y
si bien este joven de 21 años iba con la idea de
elegir a Ricardo, en caso de que éste girara su
silla, la devolución de la Sole por la elección de
la canción “La invitación”, que pertenece a Manu
Estrada, un jujeño al que conoció en su paso
por la Licenciatura en Composición Musical, en
Villa María, lo hizo conectar con la cantante de
una manera diferente, y se fue con ella.
Octavio ya está en Buenos Aires preparándose
para la grabación de la segunda ronda que
se conoce con el nombre de “Batallas”, y en la
que enfrentará a un compañero del propio team,
con el mismo género musical con el que
debutó o con otro. Para saberlo habrá que esperar
algunas semanas.
Y si bien ya confesó públicamente que ama
el folclore, es -por lo que cuenta su padre,
Pablo- un cantante bastante versátil.
“En casa
canta de todo: boleros, cumbia, siempre medio
melódico, tonada, folclore cuyano, andino, lo
que venga. Rock también, porque empezó con
rock, como yo en mis épocas de estudiante y
después me tiré para el folclore”, dijo su padre
en una comunicación telefónica con EL LIBERAL.
Desde el hotel porteño adonde está alojado
con el resto de sus compañeros de “La Voz”,
Octavio resaltó precisamente el tema de las relaciones
sociales como la experiencia más enriquecedora
que está transitando.
“La verdad
que estoy disfrutando de las relaciones que
formamos aquí adentro, es muy lindo. Te
arranco contando esto porque para mí es importante
y es lo que mejor estoy viviendo en
este momento”, señaló a través de un mensaje
de whatsapp.
Octavio viene de una familia con raíces artísticas
y con un fuerte amor por la naturaleza.
Su abuelo, el “Gringo” Muratore canta, y su padre,
Pablo, aunque es abogado se da tiempo
para “La Telúrica”, el grupo del que también
participa Octavio; mientras que Saro, su hermano,
combina sus estudios de abogacía con
clases de teatro y canto; y el menor, Constantino,
hace danzas y toca la guitarra, al tiempo
que cursa el colegio secundario.
De la misma manera que la música nutrió su
vida, su pasión por el cuidado del medio ambiente,
lo llevó a anotarse en Ingeniería Forestal,
en la Unse, después de regresar de Villa
María, donde cursaba la Licenciatura en Composición.
“él quiere ser músico. De la música, lo que
más le gusta es cantar, la guitarra es solo una
herramienta para acompañarse de la mejor
manera”, dijo su padre sobre sus elecciones y
agregó: “Son dos pasiones que tiene porque no
es que estudia Forestal para buscar un sustento
material, sino que le apasionan las plantas,
camina por las calles mirando los arboles, preguntándose
de que especie será, se asombra,
para, corta una hoja y la analiza”.
Y hay un espacio en el que música y naturaleza
se juntan: la reserva familiar Mayu Mama,
que pertenece a sus abuelos paternos, y
que está ubicada en Santo Domingo, a solo 9
kilómetros de la ciudad Capital, por la ruta 1.
Allí, todos los domingos la familia se reúne y le
saca sonidos a la guitarra, el charango y el violín
que siempre están disponibles, por si algún
visitante tiene el mismo vicio de llenar el aire
con canciones.
Los fanáticos del reality de “La Voz Argentina”
parecen haber empezado a descubrir en
Octavio esos trazos de santiagueñidad, traducidos
en tonada, parsimonia, y decires diferentes,
que lo vuelven atractivo para una competencia
en la que todos buscan la oportunidad
para demostrar que tienen algo que los hace
“únicos”.
Por lo menos, así lo demuestran los
comentarios que se pueden leer en la cuenta
oficial del certamen tras su debut en el certamen,
adonde la imagen de su “tata”, su abuelo,
estuvo presente no solo en la dedicatoria, sino
en la repetición de uno de sus dichos: “Todo va
a salir bien si Dios quiere, y si mi burro no se
empaca”.
Por ahora, “el burro no se ha empacado”.
Primero quedó entre 200, de 9.600 que se presentaron
al casting en Buenos Aires, adonde
había viajado en febrero a visitar a su padrino.
Y ahora hará camino con el team de Soledad.