El maltrato infantil, según Luppi

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADOAl referirse a la elección de La noche del ángel, usted dijo que fue porque pocas veces un texto le había pegado “tal cachetada al cuore”.

Lo expresé porque, en general, el tema que allí se desarrolla no suele reflejarse mucho en el teatro salvo en términos de escándalos y no por comprensión profunda e interés adulto. La obra habla de cuestiones que tienen que ver con las edades, el paso del tiempo, los afectos, el mundo de la infancia desvalida, ninguneada, carenciada donde escuchamos discursos que, salvo la condición absolutamente lógica de Madres de Plaza de Mayo, no suele haber políticas más o menos generales tendientes a la defensa real y adulta del mundo infantil. El autor dice, en algún momento de sus escritos, que hay dos edades indefensas en el hombre: la infancia y la adultez. Uno, porque entra tempranamente al mundo del consumo. El otro, porque lo sacan rápidamente y, a veces, con 60 años de edad lo quieren jubilar.

En este último concepto, ¿cuánto juega el mensaje que encierra su personaje?

En la obra hay una crítica al personaje que hago yo, que es un viejo actor de una importante y merecida fama ahora ya envejecido, fuera de las luces y del glamour y que, además, tiene una actitud bastante restringida respeto al afecto por su hija, que es una terapeuta que atiende a un chico totalmente carenciado. Ahí, acorde con algún tipo de cita de Sigmund Freud, se habla también de una supuesta relación incestuosa entre padre e hija aunque, no se plantea bien si es imaginaria o real esa relación.

Contra el psicoanálisis

¿Tiene una velada crítica al mundo de la terapia y del propio Sigmund Freud?

Hay una crítica al psicoanálisis al cual, muchas veces, se lo plantea como la gran solución para todos los males del mundo. Aún admitiendo de que el psicoanálisis es un camino en salud, es una disciplina que exige, para componer el mundo interno, de coraje, de dedicación, de gastos de angustia y de ansiedad. Es un camino largo. Es un poco como el tema de la droga: entra el que quiere y sale el que puede. Todo esto me pareció importante porque no suele hablarse adultamente de ese tema en ninguna obra de teatro. Solo suele utilizárselo para hacer comercios artísticos, crear morbo y excitabilidad, pero no ir al fondo de la cuestión.l