¿Por qué se producen tantos siniestros viales? ¿Por qué se producen tantos siniestros viales?
“No hay sistema de control que valga si la gente no cambia su conducta al volante, primero tienes que estar convencido de los riesgos y de lo importante que es respetar las normas y los consejos viales para luego circular con seguridad por las rutas de cualquier lugar del país”. La diferencia entre las distintas regiones del planeta es notoria. El 52,1 por ciento de los vehículos matriculados en el mundo está en países catalogados como de ingresos altos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 38,7 por ciento está registrado en países de ingresos medios, y el 9,2 por ciento restante, en naciones de bajos ingresos.
Sin embargo, el 91,5 por ciento de las muertes en accidentes de tránsito se produce en países de ingresos medios y bajos (el 54 por ciento en naciones de ingresos medios y el 46 donde son bajos).
En Santiago del Estero, desde que rige la Ley de Emergencia Vial, se ha logrado reducir el número de víctimas fatales en la ciudad capital y en la mayoría de los municipios, pero hechos como el de la semana pasada, en El Simbol, muestran que aún falta una plena conciencia de que el respeto por la vida propia y por la de los demás, es un valor que no te la pueden dar un control policial en una ruta sino que debe estar internalizada en la conducta de cada uno.
“Mientras que en algunos países, cuando no pasa ningún auto, hay personas que no cruzan la calle porque el semáforo no se los permite, en gran parte de América latina eso sería impensable. Tenemos una cultura bastante anómica y muy individualista. O no se conocen las normas o se considera que uno puede decidir si las respeta o no. Eso es anomia”, explicó Fleitas.
Es cierto que en los países centrales la infraestructura es mejor, hay más autopistas y casi la totalidad de los autos tiene las medidas de seguridad más modernas.
Pero el principal motivo del bajo número de muertes parece ser la efectividad de sus instituciones para forjar la conducta de las personas, que tienden a actuar de la manera que se espera de ellas.
El mejor ejemplo de esto es que, en muchos casos, las instituciones de control no son tan necesarias, porque las personas se autorregulan. “En Alemania no hay agentes de tránsito en la vía pública. Es la misma sociedad la que condena cuando alguien hace algo mal, como cruzar la calle en rojo”, contó Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (Isev), de Argentina. l








