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EL LIBERAL . Santiago

Una de las enfermedades más graves del sistema circulatorio: isquemia cerebral

10/11/2018 22:32 Santiago
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Una de las enfermedades más graves del sistema circulatorio: isquemia cerebral Una de las enfermedades más graves del sistema circulatorio: isquemia cerebral

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cerebrales más temidos a nivel mundial

es la aparición de un ictus o accidente

cerebrovascular, los cuales son

una de las causas de muerte más frecuentes

a nivel mundial.

El motivo es el hecho de que su

presencia genera el deceso de parte

de las células del encéfalo, algo que

puede generar diferentes consecuencias

más o menos incapacitantes y llegar

a comprometer la supervivencia en

función de las áreas que resulten dañadas.

Pero lo cierto es que cuando

hablamos de ictus en realidad estamos

hablando de dos grandes tipos de accidente

cerebrovascular: podemos

estar ante una hemorragia

cerebral o ante una isquemia

cerebral.

Es sobre este último tipo sobre el

que vamos a centrarnos a lo largo de

mi artículo para que tengan conocimiento

y conciencia de la gravedad

de este tipo de accidentes cerebrales,

con el fin de transmitir con respecto a

qué es, por qué motivos puede llegar a

producirse y qué tipo de intervención

se puede llevar a cabo en quienes lo

han padecido.

¿Qué es una isquemia

cerebral?

Recibe el nombre de isquemia cerebral

a uno de los grandes tipos de

accidente cerebrovascular que existen,

el cual se caracteriza por la aparición

de una degeneración o muerte

neuronal en el encéfalo derivada de la

existencia de algún tipo de bloqueo en

alguno de los vasos sanguíneos que

irrigan el cerebro. Este bloqueo hace

que la sangre no llegue a las células

nerviosas que el vaso sanguíneo

debería irrigar, con lo que al no recibir

un nivel suficiente de oxígeno y nutrientes

las células afectadas degeneran

y mueren rápidamente. Así, técnicamente

hablamos de isquemia cuando

por algún motivo se interrumpe el

suministro de nutrientes y oxígeno que

las células cerebrales necesitan para

sobrevivir.

Síntomas

La isquemia cerebral es una alteración

que puede generar una gran variedad

y diversidad de síntomas, dado

que la obstrucción puede darse en

cualquiera de los vasos sanguíneos

que riegan cualquiera de las áreas del

cerebro. Así, los síntomas concretos

dependerán en gran medida de la zona

afectada.

Sin embargo existen algunos síntomas

que resultan habituales tanto en

isquemias como en el resto de accidentes

cerebrovasculares: la aparición

súbita de parálisis o adormecimiento

de una parte de la cara o de la mitad

del cuerpo, alteraciones repentinas

del habla (incluyendo afasias en que se

pierde la capacidad de comprender y/o

producir el habla) y la repentina hipotonía

o falta de tono muscular en una

parte del cuerpo.

Además de ello pueden surgir otro

tipo de alteraciones tales como mareos,

cefaleas, alucinaciones, cambios

de personalidad, temblores y/o convulsiones,

visión borrosa o pérdida de capacidades

sensoriales concretas.

Entre la isquemia y la hemorragia

cerebral; la isquemia resulta mucho

más habitual, existiendo una gran cantidad

de factores y situaciones en que

puede aparecer un bloqueo de los vasos

cerebrales.

Sus principales tipos

Dentro de las isquemias también podemos

encontrar diferentes tipologías,

en función de cómo y por qué aparezca

el bloqueo en cuestión e incluso en qué

medida afecta a más o menos regiones

cerebrales. Entre los diferentes tipos

destacan los siguientes.

Isquemia trombótica

Este tipo de isquemias se producen

cuando dentro de los vasos sanguíneos

del cerebro aparece una obstrucción

que impide el paso de la sangre.

Dicha obstrucción recibe el nombre de

trombo, y suele proceder de la presencia

de placas de colesterol en la vena

o arteria o bien de la existencia de

algún coágulo que se forme dentro del

propio sistema cerebrovascular.

Isquemia embólica

La isquemia embólica o embolia se

diferencia de la anterior porque el elemento

que provoca el bloqueo del vaso

sanguíneo cerebral, en este caso denominado

émbolo, surge en alguna

parte del organismo diferente del cerebro

y viaja junto con el torrente sanguíneo

a lo largo del cuerpo hasta que finalmente

llega al sistema cerebrovascular,

provocando en algún momento

un taponamiento si se encuentra con

un vaso más pequeño que él. Es lo que

puede ocurrir por ejemplo con algunos

coágulos de sangre.

Accidente isquémico transitorio

El accidente isquémico transitorio

es un tipo de isquemia cerebral en

el cual al igual que en el resto aparece

repentina algún elemento que bloquea

los vasos cerebrales, pero que sin embargo

el propio funcionamiento

del organismo consigue

desbloquearlo por sí mismo rápidamente

(por ejemplo porque el flujo

sanguíneo consigue empujar o fragmentar

el émbolo o trombo).

En estos casos los síntomas suelen

tener una duración corta y el sujeto

puede recuperarse totalmente, aunque

el hecho de que haya aparecido

significa que el sujeto está en riesgo de

que aparezcan otros más severos.

Ictus lacunar

Se entiende como tal un tipo de isquemia

cerebral en el que el vaso sanguíneo

afectado es una arteriola, es

decir una de las pequeñas ramificaciones

de las arterias que se introducen

en las profundidades de las distintas

áreas del encéfalo.

Que la isquemia ocurra a este nivel

implica que las áreas afectadas por lo

general van a ser pequeñas y sus efectos

menores que en otros tipos de ictus,

pero también pueden tener repercusiones

serias e incluso provocar la

muerte dependiendo de la región en

que se produzca.

Isquemia cerebral focal

Se denomina como tal a un tipo de

isquemia en el que la interrupción del

flujo sanguíneo se produce en un vaso

sanguíneo que va a irrigar

un área cerebral concreta, de

tal modo que el efecto a nivel neuronal

es específico del área concreta que resulte

dañada o muera.

Isquemia cerebral global

En este caso, la isquemia no se

produce en un vaso concreto sino que

ocurre a un nivel más globalizado,

siendo todo o casi todo el encéfalo

el que no recibe el suficiente aporte

de oxígeno o nutrientes. En este caso

el problema es global y tiene potencial

para generar muchas más repercusiones

sobre el sujeto que lo padece.

Isquemia hemodinámica

En este poco conocido tipo de isquemia

no existe un bloqueo como

tal, pero sí una interrupción de la llegada

de oxígeno o nutrientes al cerebro.

La causa de este tipo de ictus es la

ausencia de un déficit a nivel de

presión sanguínea que lleve a la

sangre a circular a la velocidad necesaria

como para nutrir las células.

Causas

Técnicamente, la presencia de una

isquemia implica la existencia de algún

tipo de bloqueo o dificultad en la llegada

de sangre con oxígeno y nutrientes

a las células del encéfalo. En este sentido,

las causas más habituales suelen

ser coágulos de sangre o placas de colesterol

y lípidos que taponan las arterias.

Pero más allá de ello son muchas

las posibles causas que pueden dar lugar

a este tipo de accidente cerebrovascular.

Entre los numerosos factores de

riesgo para su aparición encontramos

la presencia de hipertensión arterial,

diabetes mellitus, colesterol, lesiones

cerebrales previas (por ejemplo debido

a cicatrización de alguna lesión vascular),

problemas cardíacos (como en

el caso de la isquemia cerebral hemodinámica),

malformaciones, traumatismos

(que pueden generar coágulos de

sangre), falta de suficientes nutrientes,

tumoraciones, tabaquismo o consumo

de determinadas drogas.

Afectación en

la vida del sujeto

El padecimiento de una isquemia

cerebral supone por lo general una

gran afectación en la vida del paciente,

el cual puede padecer secuelas importantes

durante un tiempo o incluso durante

toda su vida.

A un nivel directo el paciente puede

padecer una gran diversidad de problemáticas

derivadas de la muerte de

sus tejidos, los cuales pueden ir desde

afasias hasta parálisis de parte del

cuerpo, pasando entre otros por hormigueos,

dificultades a nivel cognitivo

(como por ejemplo de concentración

o memoria), déficits sensoriales,

problemas del sueño, el movimiento,

la sexualidad o la alimentación. Y desafortunadamente

no siempre estas

problemáticas van a poder solucionarse

o compensarse, algo que puede llevar

a que el paciente presente diferentes

grados de discapacidad.

Además hay que tener en cuenta

que a nivel social y laboral las secuelas

de la isquemia pueden tener consecuencias;

por ejemplo si el paciente

padece una afasia derivada de la isquemia

va a encontrar dificultades para

comunicarse de manera efectiva,

algo que puede llegar a ser muy frustrante

para el sujeto y generar incomprensiones

para con el entorno.

Finalmente y más allá de las consecuencias

directas de la isquemia, no

podemos dejar de lado el gran impacto

emocional que supone padecer este tipo

de trastorno. El sujeto ha vivido una

situación de gran riesgo para su vida y

no es infrecuente que aparezcan problemas

de tipo ansioso o depresivo,

así como un gran miedo a la posibilidad

de que pueda volver a ocurrir.

Tratamiento

En casos de isquemia cerebral, la

premura al acudir al centro médico es

fundamental y puede llegar a salvar la

vida de quien la padece, así como reducir

los posibles efectos de la destrucción

celular.

Una vez identificado el problema,

a nivel neurológico y neuropsicológico

es posible inyectar sustancias que

permitan la disolución de coágulos o

incluso emplear la cirugía para extraer

el coágulo (pudiendo llegar a las arterias

cerebrales con procedimientos

como la angioplastia desde otras partes

del cuerpo).

Una vez tratado el problema y devuelto

el riego sanguíneo a la normalidad,

y tras un período en que el paciente

queda en observación y en el

que es posible que se reduzca parte

del área afectada por la falta de riesgo,

la llamada penumbra isquémica;

se observa el estudio por diagnóstico

de imágenes como el TAC o el

RMN; en que una zona cerebral se ha

visto en parte afectada pero no ha llegado

a morir en su totalidad, y que en

algunos casos puede recuperar parcial

o totalmente la funcionalidad; será necesario

valorar el estado neuropsicológico

del paciente.

Para ello será necesario valorar su

funcionalidad en los diversos ámbitos,

tanto a nivel motor como cognitivo,

con el fin de identificar los posibles déficits

y alteraciones que ha provocado

la muerte de células nerviosas.

Hecho esto será necesario elaborar

un tratamiento individualizado a nivel

neuropsicológico en el que deberemos

evaluar todas las funciones cognitivas,

ejecutivas, intelectuales, emocionales

y en la globalidad de lo mental,

porque el cerebro es lo orgánico y

lo mental el sentido psíquico en el cual

dependiendo del caso puede ser necesario

el uso de terapia ocupacional, estimulación

neuropsicológica cognitiva;

en la cual pueden trabajarse aspectos

como la memoria, las funciones ejecutivas

y la atención, logopedia y/o fisioterapia

para la estimulación y neurorehabilitación

motora.

Se trata de realizar una rehabilitación

neuropsicológica del paciente, favoreciendo

que recupere o compense

las funciones afectadas.

También puede resultar de utilidad

la terapia psicológica al afectado, dado

que las secuelas de las isquemia pueden

ser vividas con pánico y sufrimiento

y provocar; sea directamente como

consecuencia de la isquemia o indirectamente

al derivarse de la percepción

del déficits; alteraciones emocionales,

ansiedad, distorsiones cognitivas

y problemas de ajuste psicosocial.

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