AGOSTO COLOR LAPACHO AGOSTO COLOR LAPACHO
En agosto, como si salieran de
algún escondite, los lapachos copan
la atención de todos cuando
florecen. La admiración por este
acontecimiento estacional es una
buena noticia que germina en boca
de nosotros Santiagueños, quienes
liberamos flores en grandes bocanadas
compartiendo el alumbramiento.
Los barrios permanecen cercados
por lapachos que paralizan
la marcha urbana imponiéndonos
por la fuerza la sabiduría de su antigua
belleza. Todo es más liviano
en el pago, cuando las veredas se
suspenden sobre el aire sostenidas
por las ramas que se entrelazan para
derramarse en el cielo y vamos
adivinando e inventando los recorridos
que las flores van trazando.
Se trata de una invitación que
exige deambular la ciudad a pie,
recorriéndola con detenimiento
de cara el sol. Las cuadras derivan
distinto en sus finales, tienen
la complicidad del rostro amigo
donde una sonrisa acaba de disiparse.
Así es que andamos retratando,
publicando, viralizando este festejo
natural, predicando esta arborescencia
identitaria que nos junta en
una comunión multicolor.
Algunos lapachos jóvenes de
brazos flacos parecen estar sostenidos
por sus flores diminutas, como
si se tratara de broches que los aferran
al aire, permanecen en silencio
maravillados por su propia cosecha.
Los hay maltrechos, con florescencias
ralas, ostentando el embate
de la polución y otros erguidos
por años de experiencia, con
colores más tupidos se abren irreverentes
frente a sus espectadores.
Ante la imponencia de estos seres
luminosos el trámite mundanal
de la siesta se nos disuelve entre las
manos y nos permitimos re inventar
otros rumbos siguiendo al viento,
reverdeciendo inesperadamente
nuestra humanidad.
Cuando sabemos abstraernos
del destino inmediato que nos convoca,
todos son dignos de nuestra
mirada atenta.Saltamos de rama
en rama, mirando esos ramilletes
de campanitas que solidariamente
se sostienen y desparraman, de color
blanco, rosa o amarillo.
Pancho Avendaño cuenta que
el “Resistencia Sport Club” equipo
de la Segunda División de Paraguay,
al momento de construir
la tribuna del Estadio “Tomas Began
Correa”, respeto y asocio un lapacho
en su edificación. La foto del
lapacho en la tribuna que se ubica
como un hincha más, es una felicidad
compartida con un hondo significado.
Inmerso en la hinchada
ese arbolito celebra su suerte, en
medio de triunfos y derrotas futbolísticas.
Noticias como estas señalan
las prioridades necesarias para
ser mejores, al otorgarles el lugar
que les corresponde a estos seres,
de raíces al suelo.
Por ratos hay campanitas en
derrumbe que dan su sonido seco
al estrellarse. Algunas despatarradas
logran aferrarse a la tierra para
volver al año próximo a saludarnos,
otras experimentan la fatalidad
de su podredumbre en las veredas
y calles esperando sin desesperar
algún comedido santiagueño
que las levante para recostarlas en
la tierra.
Agosto es color lapacho en Santiago,
y esta dicha colectiva es innegablemente
uno de los nombres de
nuestro terruño.
* Se sugiere acompañar la lectura
de la canción “Lapachos en Primavera”
de Marcelo Perea. Versión
de Mercedes Sosa, Disco “ Corazón
Libre”