Silvina Escudero ganó protagonismo con su golpe y su discusión con Moria Silvina Escudero ganó protagonismo con su golpe y su discusión con Moria
Pero hasta la tarde de ayer nadie podía confirmar si iba a estar o no. Esta vez la incertidumbre sobre su continuidad en el certamen no estaba relacionada con el golpe que se dio al finalizar su presentación, sino a su grito de “renuncio”, luego del enfrentamiento que tuvo con Aníbal Pachano.
Finalmente, pasadas las cinco de la tarde de ayer, habló con los productores de Ideas y confirmó su presencia.
Todo se inició en la gala del lunes del Bailando, en la que hubo sustos, discusiones por demás acaloradas, llantos y renuncias que dejaron con la boca abierta a más de uno y un desconcierto que se respiraba en el aire.
Luego de ser atendida por los médicos del programa, Silvina se preparó para escuchar la devolución del jurado, que distaba de ser una caricia para la cabeza golpeada de la morocha.
Después de que Carmen Barbieri le dijera con cierta dulzura que no le había convencido la performance, y que Flavio e incluso Moria coincidieran en esa apreciación, con bajo puntaje, el que inauguró el round fue Pachano, quien le dijo que la notaba de mal ánimo. La bailarina, angustiada, le respondió que por el contrario transitaba por uno de los mejores momentos de su vida.
Con rapidez, sin dejar que Escudero se repusiera, Moria Casán ocupó el lugar de Pachano y soltó, ligera de cuerpo, que tan buen momento no debería estar pasando, ya que la semana pasada se le murió su abuela.
Y, ahí sí. El golpe en la cabeza y los “cachetazos” del jurado se combinaron para que Silvina explotara y, entre un mar de lágrimas, renunciara a la competencia, agradeciéndole después a Marcelo los últimos años de trabajo en su productora, Ideas del Sur, racha que continuará durante el verano, ya que el 3 de diciembre Escudero ocupará su lugar en el jurado del Soñando por Bailar.
Protagonismo
Una vez más, la menor de las Escudero encontró la vuelta para ganar protagonismo. Ya comprobó que llevar “los trapitos sucios” al programa rendía cuando, se peleaba con Graciela Alfano, por ser en ese momento la novia de Matías Alé, lla ex pareja de la jurado. Después, discutió con Ricardo Fort, con quien llegó a trabajar en teatro; y más tarde protagonizó una escandalosa separación con Matías, en la que hubo hasta denuncias de maltrato.
Aunque este año, Silvina y su hermana Vanina eran presentadas como “la novedad” del programa, por integrar la primera pareja de mujeres del certamen, sus performances nunca terminaban de convencer al jurado, razón por la cual Vanina decidió abandonar el show, y en su reemplazo llegó Sofía Pachano.
Esta vez Silvina se agarró de un comentario de Moria, sobre la tristeza por la muerte de su abuela, para justificar sus deseos de abandonar el show. Por lo menos, eso es lo que se vió por tele.
Otro escándalo
Pero eso no fue todo lo que pasó en una noche bien movidita. Después les tocó el turno protagónico a María Eugenia Ritó, que bailó con dolor en la espalda y recibió una muy mala devolución por parte del jurado.
La coreografía de Ritó no fue del agrado de ninguno de los jurados, aunque bastó que la primera en hacerle la devolución, Barbieri, se lo dijera, para que la vedette explotara y pronunciara una lista bien nutrida de insultos.
Después de que Carmen le señalara que una nenas que estaban en el estudio, de 3 ó 4 años, se movían más que ellas al bailar árabe, María Eugenia explotó.
“Gorda”, “pato” y “enferma”, fueron sus insultos preferidos (o, por lo menos, los que más repitió). Antes, Carmen la había llamado “enana”, aunque aseguró que habitualmente utiliza ese término para con ella, de manera afectuosa.
“Me decís enana a mí, me discriminás y cuando a vos te decían que parecías un pato te ofendías. Vos tuviste un éxito recién a tu edad”, gritó Ritó.
Mientras, Tinelli pedía calma y el clima se enrarecía, Barbieri escuchaba cómo Ritó le recordaba sus últimos malos momentos sentimentales (separación de Santiago Bal), y sólo atinaba a decirle que era una “desagradecida”.
A todo esto el rating crecía como en las mejores épocas del Bailando.
