"Ana y Mía", las enemigas de las Princesas que acechan en la web "Ana y Mía", las enemigas de las Princesas que acechan en la web
¿Qué es una Princesa?
En el mundo de estas personas, una Princesa es una chica flaca. Extremadamente flaca. Esta Princesa no necesita encanto, no se le exige protocolo, no requiere de una sonrisa encantadora ni de buen humor, tampoco intelecto, siquiera el simple y complejo hecho de ser una buena persona. Esta Princesa solo tiene que ser flaca, muy flaca y su trono es la balanza.
Las presiones sociales, la baja autoestima, la inconformidad, el sentimiento de no pertenecer, que deriva en la sensación de no-ser y la impotencia de no poder modificar esas percepciones, en muchos casos llevan a (sobre todo) mujeres adolescentes a conocer a dos “amigas” tan imaginarias como reales y dañinas: Ana y Mía.
“Ana” es el nombre que alguien le dio a la Anorexia Crónica y “Mía” refiere a la Bulimia Crónica. Quienes son víctimas de estas enfermedades se auto-califican como pro-Ana y pro-Mía.
Pero lejos de sentir que Ana y Mía son sus enfermedades, quienes las padecen ven en ellas soluciones ineludibles para lo que entienden como enfermedad: la comida. “Comida, esa droga que mata lentamente”, se puede leer en la infinidad de blogs pro-Ana y pro-Mía que rondan por la web. A conocer estos puntos de encuentro virtuales apunta el foco de este artículo.
Ana y Mía para todo el mundo
Estos blogs funcionan como una suerte de redes sociales en las cuales estas personas (en su mayoría mujeres adolescentes) comparten sus experiencias, sus métodos, sus frustraciones, se brindan apoyo, se retan y promueven a Ana y Mía como una especie de Diosas que no son profetas en su Tierra.
Es decir; son conscientes de que la sociedad ve a Ana y Mía como enfermedades y, lejos de plantearse la posibilidad, optan por beatificarlas y convertirlas en mártires, incomprendidas por una sociedad intolerante. O sea, transforman a la enfermedad en dogma.
Como todo dogma, se presenta como irrefutable y todo aquel que ose cuestionarlo será calificado como hereje. Como toda fe, también tiene sus contradicciones: por un lado la idea inicial es la de enamorar a la sociedad. Por otro, cuando esa misma sociedad les dice que están enfermas, la atacan. Además, por supuesto, tienen sus mandamientos:
1_ Si no estás delgada no eres atractiva.
2_ Estar delgada es lo más importante.
3_ Comprá la ropa adecuada. Cortate el pelo, tomá laxantes, morite de
hambre... Lo que sea para estar más delgada.
4_ No comerás sin sentirte culpable.
5_ No comerás comida que engorde sin castigarte después.
6_ Contarás calorías y limitarás tus comidas de acuerdo con ellas.
7_ Los designios de la báscula (balanza) son los más importantes.
8_ Perder peso es bueno, engordar malo.
9_ Nunca se está lo suficientemente delgada.
10_ Estar delgada y no comer demuestran la autentica fuerza de voluntad y
nivel de éxito.
11_ Ser perfecta es mi meta.
12_ Mejor muerta que gorda.
Estas máximas, una más escalofriante que la otra, son una muestra fehaciente del poder de distorsión de la realidad y agresividad psicológica que poseen Ana y Mía.
Técnicas pro-SI
El quinto mandamiento habla de castigarse luego de pecar. No es en sentido figurado. De hecho, a estos castigos se los conoce como “técnicas pro-SI”. Son técnicas de auto-flagelo (“Self-Injury”, en inglés, de ahí derivan las iniciales “SI”).
La idea es someterse a distintos grados de vejaciones con el objetivo de controlarse a la hora de perder peso. Una suerte de purificación del alma a través del dolor para librarse del pecado. Sucede que en este caso el pecado es comer.
Tips, dietas, medicamentos y “recomendaciones” varias
En los mencionados blogs pro-Ana y pro-Mía las chicas postean todo tipo de “ayudas” para las Princesas. Ponerse a escuchar música cuando hay hambre para distraer la mente, dietas impracticables como ayunar durante 28 días o hacer buches de bicarbonato para cuidar los dientes después de vomitar, son algunos de los “consejos prácticos”.
Unos de los terrenos más peligrosos que recorren las Princesas es el de los medicamentos. Las chicas más experimentadas y comprometidas comparten e intercambian drogas que se utilizan para tratar pacientes con severos casos de obesidad y depresión: Reductil, Xenical, Prozac, Reneuron, Adofen son los nombres que más circulan, como así también diuréticos y laxantes. Las más jóvenes también comparten “trucos” para engañar a los padres.
Pero, fundamentalmente, los blogs funcionan como una suerte de grupos de auto-ayuda, aunque en este caso sean grupos de auto-destrucción. Chicas de diferentes países y estratos sociales (Ana y Mía, al igual que la web, no discriminan nacionalidad, religión ni estatus) comparten distintas experiencias con determinadas dietas, fiascos sufridos con novios por “estar gordas”, exponen distintos testimonios (alegres por estar más flacas o tristes y hasta suicidas por desencuentros con la balanza), se dan aliento e intercambian mails y blogs para estar en contacto.
Se ponen plazos para bajar una determinada cantidad de kilos y postean sus fotos estando “gordas” para después de la dieta comparar las figuras; además de una infinidad de imágenes de modelos ultra-flacas al estilo Kate Moss como, justamente, modelos a seguir.
Un factor común y llamativo es que en la mayoría de las fotos en las cuales las chicas muestran su “gordura”, se aprecian jóvenes con estómagos planos y los epígrafes parecen hablar de personas obesas. Otra vez Ana y Mía ponen en juego su poder de distorsión de la realidad. En esta oportunidad, los espejos y cámaras de fotos reflejan algo totalmente diferente a lo apreciado por las Princesas.
Fuente: 24con








