Familia reconciliada Familia reconciliada
modos de hablar en familia.
Uno de los menos transitados
es hacerlo rezando.
Sí, rezando; aunque parezca
insólito. Muchas familias
han logrado superar sus
crisis valiéndose de la oración.
Le acerco una, tomada
del librito de René Trossero
“Rezando en familia”:
“Señor Jesús, tú viniste
para reconciliarnos con el
Padre y con los hermanos,
y la reconciliación nos exige
cambiar, convertirnos.
Tu Iglesia es la comunidad
de los reconciliados, y nuestra
familia es una pequeña
iglesia. Tú estás con nosotros
para ayudarnos a cambiar,
para que nos acerquemos
todos a la perfección
del Padre, conformándonos
al ideal de tu Evangelio.
Ayúdanos a comprendernos
para que nos corrijamos
los unos a los otros, con
amor y con paciencia, sin
odios y sin violencia.
Que nuestro hogar sea
un lugar donde podamos
manifestarnos como somos
y expresarnos libre y espontáneamente,
sin miedo de
ser rechazados, juzgados y
condenados.
Que el diálogo franco y
cordial, nos haga posible la
corrección fraterna entre los
esposos, entre los padres y
los hijos, y entre los hermanos.
Que el amor que nos une
sea exigente sin dejar de ser
comprensivo son dejar de
ser exigente, porque sólo así
será verdadero.
Que cada uno de nosotros
ayude a los otros y
acepte ser ayudado por los
otros, para cambiar y corregir
todo lo que hace difícil o
imposible vivir el amor en la
convivencia familiar.
Que nos tengamos confianza
los unos a los otros,
para que en nuestro hogar
podamos crecer como creciste
tú en el tuyo, delante
de Dios y de los hombres.
De esta manera, Señor,
perdónandonos y corrigiéndonos,
comprendiéndonos
y exigiéndonos ser mejores,
desataremos en la tierra todos
los nudos que impiden
la libertad del amor, preparando
en nuestro hogar el
encuentro contigo y con todos
los hombres, en la convivencia
familiar de tu cielo...”.
Usted ya conoce la fórmula
que se ha hecho famosa
en el mundo entero: “La
familia que reza unida permanece
unida”. Y la bendice
Dios. Pero Dios puede hacer
también que una familia
desunida logre la unidad
gracias a la oración. No por
nada es un divino “especialista
de lo imposible”. ¡Hasta
mañana!







