“¡Basta, no me pegues más!", último ruego de Lucy Hoyos “¡Basta, no me pegues más!", último ruego de Lucy Hoyos
Mientras la familia no logra comprender el accionar asesino de Gauna en contra de Lucy, la Justicia realiza averiguaciones para establecer cómo fue que el imputado ingresó a la casa y la atacó hasta provocarle la muerte.
Según revelaron las fuentes, el aberrante femicidio que conmociona a toda la sociedad tiene cuatro testigos fundamentales: los niños Lisandro (7) y Marcos de 11 años, (hijos de Lucy) María del Huerto y su hija Ihara Azar, sus vecinas.
Madre e hija brindaron su declaración testimonial ante los investigadores del caso y brindaron detalles fundamentales y precisos de cómo fue que "Chami" atacó a Lucy, cuando ésta se disponía a llevar a sus hijos a jugar un partido de fútbol.
"Estaba afuera limpiado el frente de mi casa y ella (por Lucy) estaba acomodando los ‘sapitos’ en el jardín de su casa. Los chicos estaban listos para ir a jugar al fútbol y allí llegó el remís de Orión y delante de ese auto llega él (por Gauna), pensé que cuando él llegó iban a suspender el otro vehículo", fueron las primeras palabras de María del Huerto, vecina y amiga de la maestra.
Llanto y pedido de auxilio
Más tarde continuó: "A los pocos minutos salen los chiquitos gritando que la estaban pegando a su madre, los llevé a mi casa a ellos y la llamé a mi hija para que me acompañe hasta la casa de ellos. Cuando llego Lucy me gritaba ¡Llamá a la policía Turca por favor!. Y le repetía a él ‘Basta Hugo no me pegues más y se sentían los golpes que cada vez eran más fuertes, no sé si eran contra la pared, o eran trompadas".
Ihara, sin temor de lo que le pudiera pasar, ya que la situación de violencia dentro de la casa era gravísima, no dudó en ayudarla. "Comencé a patear la puerta y a gritarle que ya viene la policía como para que él tenga miedo y se vaya. Al ver que no salía corrí hasta el auto para sacarle las llaves para que no se escape, pero no estaban. Cuando vuelvo me acerqué otra vez y él me abre la puerta, me mira con los ojos llorosos, vuelve a ella, se agacha y la hinca".
"Ella estaba tirada en el piso ya no se movía. él se tiró en el piso, empujó la puerta con uno de los pies y se cortó los brazos. Después la abrazó. Salí gritando que la había matado y allí me topé con la policía. Ellos entran, lo detienen a él y la suben a ella en la ambulancia", contó sin poder ocultar la terrible impresión vivida.








