La ocasión fue propicia para la renovación de las promesas sacerdotales y para la bendición de los óleos.
La Misa Crismal reunió a todos los sacerdotes de la Diócesis de Añatuya La Misa Crismal reunió a todos los sacerdotes de la Diócesis de Añatuya
AÑATUYA, Taboada. Se celebró con profunda alegría y devoción la Misa Crismal en la Iglesia Catedral de Añatuya, presidida por el obispo de la Diócesis, monseñor José Luis Corral, acompañado por el presbiterio diocesano en pleno y una gran participación de fieles.
Este encuentro, signo de unidad y fraternidad, fue ocasión propicia para la renovación de las promesas sacerdotales y para la bendición de los óleos que se utilizarán en los sacramentos a lo largo del año: el óleo de los catecúmenos, el de los enfermos y la consagración del Santo Crisma, símbolo de la unción del Espíritu Santo.
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Durante su homilía, Mons. Corral invitó a todos los presentes a reflexionar sobre el Corazón de Jesús, en el marco del camino de preparación hacia la consagración diocesana al Sagrado Corazón, prevista para junio. "En el Corazón de Jesús está la síntesis del Evangelio viviente, la verdad que creemos, el amor que recibimos y todo lo que esperamos; como también lo que buscamos y necesitamos. Es el Amor encarnado y la obra maestra del Espíritu Santo ", expresó.
En relación con el sacerdocio, destacó que los presbíteros están llamados a ser "otros Cristos", reflejando con su vida el amor que brota del corazón de Jesús: Mons. Corral propuso luego tres claves para la vida sacerdotal: gustar y aprender, reparar y reconciliar, entregar y compartir. Invitó a volver al Corazón de Jesús como fuente de confianza y esperanza, incluso en los momentos de abatimiento.
El encuentro culminó en un clima de gratitud, oración y esperanza, renovando el compromiso de todos con la misión evangelizadora.