El Santo Padre dejó expresas instrucciones para que su funeral prescindiera de elementos tradicionales.
Que es el catafalco que el papa Francisco pidió que no se utilizara en su funeral Que es el catafalco que el papa Francisco pidió que no se utilizara en su funeral
El Vaticano atraviesa días de luto y profunda reflexión tras el fallecimiento del papa Francisco, ocurrido el lunes a las 7:35 en su residencia de la Casa Santa Marta. El primer pontífice argentino y el primero en elegir el nombre de Francisco en honor al santo de Asís murió a los 87 años, apenas un día después de ofrecer su última bendición "Urbi et Orbi" desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El pontificado de Jorge Mario Bergoglio, que se extendió durante 12 años, estuvo marcado por una firme voluntad reformista y por su compromiso con los sectores más vulnerables. Fiel a ese espíritu, el Santo Padre dejó expresas instrucciones para que su funeral prescindiera de elementos tradicionales, en un gesto de humildad que rompe con siglos de protocolo en la Iglesia católica.
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Uno de los principales símbolos que el papa Francisco eligió dejar de lado fue el catafalco papal, una plataforma elevada recubierta con terciopelo, habitual en los funerales pontificios. Esta estructura, utilizada para exponer el cuerpo del pontífice a los fieles, fue empleada por última vez en las exequias de Benedicto XVI en 2023. Francisco, en cambio, pidió que su cuerpo reposara directamente en un único ataúd abierto, sin elevación ni elementos de ostentación.
Otra diferencia significativa fue la omisión de los tres tradicionales ataúdes (de ciprés, plomo y roble) que históricamente se usaban para sepultar a los papas. En su lugar, se utilizó un solo féretro de madera con interior de zinc, en coherencia con su estilo austero.
Estas decisiones fueron respaldadas por una reforma reciente aprobada por el propio Francisco en noviembre de 2024, cuando actualizó el "Ordo Exsequiarum Romani Pontificis", el documento que regula el rito fúnebre papal. Entre los cambios más destacados se encuentra la eliminación del rito mediante el cual el camarlengo confirmaba la muerte del papa golpeando su frente con un martillo de plata, y la supresión del velatorio privado, reemplazado por una exposición directa del cuerpo en la Basílica de San Pedro.
El legado de Francisco trasciende su pontificado: su partida marca un antes y un después en la historia de la Iglesia, no solo por sus gestos simbólicos, sino por las transformaciones concretas que impulsó en favor de una Iglesia más cercana, inclusiva y humana.