Brenda Agüero, la enfermera condenada: cómo llevó a cabo las muertes en el Neonatal

Entre marzo y junio de 2022, una serie de muertes conmocionó a Córdoba y al país: cinco recién nacidos fallecieron y otros ocho estuvieron al borde de la muerte en el Hospital Neonatal Ramón Carrillo. Lo que inicialmente parecía una sucesión de tragedias sin explicación pronto se convirtió en una investigación que destapó un patrón siniestro. La Justicia lo confirmó: la autora fue Brenda Agüero, una joven enfermera condenada a prisión perpetua por homicidio calificado reiterado y tentativa de homicidio.

El fiscal Raúl Garzón, a cargo del caso, fue quien desentrañó la trama detrás de estas muertes. El 7 de noviembre de 2022 dictó prisión preventiva para Brenda Agüero e imputó 13 hechos, dejando en claro que no se trataba de errores médicos ni negligencias: los ataques fueron planificados y ejecutados con precisión.

Aunque nadie la vio aplicar las inyecciones, la acusación se basó en ocho pruebas contundentes. El expediente superó los 17 cuerpos y reunió cerca de 200 testimonios que permitieron reconstruir con detalle el accionar de la acusada.

El caso de Angeline Rojas: una pieza clave en la causa

Uno de los episodios que ayudó a comprender el modo de operar de Agüero ocurrió el 6 de junio de 2022. Ese día, la enfermera marcó asistencia entre las 6.20 y las 14.22. Angeline Rojas nació a las 10.44 y fue entregada a sus padres en la sala de recuperación. Aunque Agüero estaba asignada al cuidado de la madre, en un momento tomó a la bebé sin explicación y se la llevó.

Según la fiscalía, entre las 11 y las 11.30, en un momento en que se encontraba sola, Agüero habría inyectado una dosis letal de potasio, provocándole hiperpotasemia y un paro cardíaco. La autopsia confirmó esa causa de muerte. La propia enfermera admitió haber estado a solas con la familia durante ese periodo, una declaración que el fiscal consideró clave.

Un patrón repetido y mortal

Las víctimas no tenían antecedentes clínicos que justificaran complicaciones. Eran bebés sanos, sin patologías previas ni tratamientos especiales, y los episodios de muerte o descompensación coincidían con los turnos de Agüero. La investigación reveló que todos los casos sucedieron en horarios similares y bajo su presencia directa.

Las autopsias, como en los casos de Melody Molina y otros recién nacidos, señalaron un patrón común: bradicardia severa causada por sobredosis de potasio. No hubo errores de etiquetado ni fallas en los procedimientos. Fue una administración intencional de una sustancia incompatible con la vida.

Las fallas institucionales que abrieron la puerta

Aunque Brenda Agüero fue la única condenada a cadena perpetua, el caso puso en evidencia un preocupante silencio institucional. Varios colegas reconocieron durante el juicio que, en retrospectiva, los hechos tenían un patrón evidente, aunque en su momento los consideraron casos aislados. Nadie actuó a tiempo.

También fueron condenados exfuncionarios del Ministerio de Salud y autoridades del hospital, aunque con penas menores, bajo libertad condicional y fianzas millonarias. El exministro Diego Cardozo fue absuelto, pero el exsecretario de Salud, Pablo Carvajal, recibió condena por no haber evitado los hechos, a pesar de estar al tanto de los riesgos.

Un juicio histórico para la Justicia cordobesa

Con 99 testigos y 57 jornadas de debate, el juicio terminó con una sentencia inédita: Brenda Agüero fue declarada culpable por un jurado popular, convirtiéndose en la primera asesina serial condenada en Córdoba.

El fallo también estableció indemnizaciones para las familias de las víctimas y consideró lo ocurrido como un caso de violencia institucional, al evidenciar cómo una cadena de negligencias permitió que una enfermera con acceso directo a los recién nacidos pudiera actuar impunemente durante meses, detalla el portal de Contexto Tucumán.