El aporte valioso de la Unse al progreso de la provincia El aporte valioso de la Unse al progreso de la provincia
La UNSE tiene como misión la generación y el desarrollo de conocimiento y, para ello, asume con vocación de inclusión y calidad la formación de personas y la contribución al desarrollo de su territorio. En este camino, gestiona su misión a través de las funciones académicas, investigación, extensión, vinculación y transferencia del conocimiento y la cultura.
Este enorme compromiso con la sociedad santiagueña cuenta con el trabajo, entre otros, de docentes e investigadores de múltiples disciplinas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas. Son referentes en sus áreas y en las nuevas generaciones de jóvenes profesionales que darán continuidad a estos saberes que seguirán transformando la provincia, la región y el país.
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Liderando el nuevo paradigma energético
Para el ingeniero electromecánico Antonio Pappalardo, estamos viviendo una "transición energética" que significa virar hacia un mundo con "movilidad eléctrica, eficiencia energética y energías renovables". Y advierte que ese futuro no es lejano, sino por el contrario, debe verse como un desafío a corto plazo con un gran protagonismo de las nuevas generaciones.
Y en este camino, el ingeniero egresado de la UNSE en 1990, tiene un rol fundamental en la producción de conocimiento, transferencia, innovación tecnológica y la formación de los nuevos profesionales que tomarán la posta en las decisiones del futuro.
Recién recibido, ingresó a la empresa Agua y Energía Eléctrica, que, en 1995 se privatizó creándose EDESE SA. Fueron años de experiencias, de intercambio de saberes y de crecimiento. Allí, pudo vivir de cerca el desarrollo de la provincia en materia energética, las necesidades, demandas y planificación.
Actualmente, está al frente del Instituto de Tecnologías Aplicadas (ITA) de la UNSE, donde se ofrecen servicios tecnológicos especializados, siendo referentes en la región y el país.
"La energía es el motor del mundo. Sin energía, cualquier actividad sería imposible. Pero su crecimiento es continuo y en aumento, es por ello que hay que acompañar el proceso, trabajar en la transición energética y planificar con tiempo para el futuro", expresa Pappalardo.
Para el ingeniero "Santiago ha tenido una muy buena inversión para cubrir las demandas energéticas. Hay que seguir trabajando y, en ese sentido, surge la necesidad de profesionales capacitados".
En cuanto a la movilidad eléctrica, Pappalardo lidera el equipo que trabaja en la conversión de autos a este sistema, logrando en el 2022 la primera experiencia positiva con un vehículo de la UNSE. Luego, gracias a la labor colaborativa con el Gobierno de la Provincia se logró idéntico logro con el Tren del Desarrollo que hoy es 100% eléctrico.
"Este es el camino, el de las nuevas tecnologías que reemplacen el uso de combustibles fósiles y reduzcan los gases que dañan nuestro ambiente. La transición energética tiene objetivos para el 2030", explicó al tiempo que agregó que este proceso también está acompañado de otros aspectos como el uso de energías renovables y la eficiencia energética.
Su carrera es el corolario de la experiencia del pasado, la actualización permanente, la vocación de servicio, la transferencia a la comunidad y la vocación docente para formar a los nuevos expertos que liderarán el cambio energético de las generaciones futuras.
Descubrir el mundo nano
El Dr. Oscar Alejandro Pinto es profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías de la UNSE e investigador independiente del CONICET. Su campo de estudio es la física computacional aplicada al estudio de materiales a escala nanométrica. ¿Cómo se estudia "lo más pequeño" y qué cosas se pueden descubrir?
"En los últimos años, la ciencia ha avanzado muchísimo en el estudio de sistemas nanoscópicos, que son del tamaño del nanómetro. Son tan pequeños que no se pueden ver ni con microscopios comunes. Por eso, usamos herramientas como las matemáticas, la física, el modelado y, sobre todo, las simulaciones por computadora. Nos permiten estudiar estas partículas, entender cómo se comportan y cómo se relacionan con el mundo que sí podemos ver", explica Pinto buscando una explicación sencilla de su trabajo.
Alejandro Pinto es reconocido por sus aportes en la Física Computacional en el área de la mecánica estadística. Actualmente se dedica a la caracterización computacional de electrodos modificados con nanoestructuras complejas y está a cargo del clúster de computadores "Huauke". Concretamente, a través del modelado y la simulación, exploran el mundo invisible de lo más pequeño. Con la ayuda de computadoras, se busca anticipar cómo se comportarán nuevos materiales que, algún día, podrían formar parte de nuestra vida cotidiana.
"Huauke es un conjunto de computadoras que trabajan juntas para hacer cálculos complejos, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Funciona desde 2015 en el Instituto de Bionanotecnología (INBIONATEC), que depende del CONICET y la UNSE. En mi área, las simulaciones pueden tardar semanas o meses. Este clúster nos permite competir con grandes centros de cómputo del país. Aunque es modesto, aspiramos a seguir creciendo", explica el investigador.
Su vocación es mucho más amplia. "La docencia y la investigación son dos caras de la misma moneda. Un docente que investiga puede llevar al aula con conocimientos actualizados, resultados propios, ejemplos reales. Eso enriquece la experiencia del estudiante", enfatiza.
"Enseñar agrega- no es repetir un libro, es mostrar cómo el conocimiento se construye, cómo se experimenta. Y eso es muy valioso."
Desde su oficina en la UNSE, frente a modelos virtuales que predicen el futuro de la ciencia de materiales, el Dr. Pinto demuestra que la investigación de punta también se hace en Santiago del Estero.
Sanear el bien más preciado: el agua
Despertar vocaciones científicas, contagiar el amor por el conocimiento, mejorar la calidad de vida de las personas y marcar un camino para las nuevas generaciones, es la mejor definición para la carrera de Verónica Paz Zanini, doctora en Ciencias Químicas, docente, investigadora y extensionista de la UNSE, con su ámbito de trabajo en la Facultad de Agronomía y Agroindustrias.
En el área de investigación desarrolló, junto a un grupo de becarios CONICET, un dispositivo que detecta la presencia de arsénico en el agua. Y hoy, buscan dar un paso más y conseguir el financiamiento que permita obtener destiladores basados en energía renovables, para poder sanear y dar solución a la problemática. La ciencia puesta al servicio de la sociedad.
"Siempre les digo a los estudiantes que se puede, que hay que pensar en la investigación como una inversión estrategia, que nos permita lograr un desarrollo soberano, darle valor a la materia primera que tenemos, dejar de depender de fuentes externas y solucionar problemáticas locales", afirma.
En este camino, acompaña a nuevos profesionales y siembra el amor hacia el conocimiento en las aulas, los laboratorios y en campo. "La idea es formar recursos humanos que no solamente busquen crear un conocimiento académico, sino también dar solución a una problemática local, buscamos investigar algo que la provincia necesite".
La docencia, la investigación y la extensión son las tres funciones sustantivas de la universidad, y la Dra. Paz Zanini sabe de dicho compromiso.
"En el área de extensión, junto a estudiantes del profesorado y becarios Conicet Unse, desarrollamos estrategias innovadoras que buscan transformar el aprendizaje, dándole un significado práctico de aplicación. En otras palabras "buscamos al estudiante, le llevamos un contenido disciplinar y los tratamos de vincular con una problemática real. Los alumnos ven el significado de aprender", cuenta y enumera las exitosas experiencias en colegios de la provincia.
Para la investigadora oriunda de Beltrán, toda la tarea realizada "es una obligación para quienes recibimos educación pública, gratuita y de calidad" y para sembrar la mejor semilla en las futuras generaciones.
Pensar la salud como un asunto colectivo
La salud humana y la salud animal están más conectadas de lo que solemos imaginar. Las enfermedades que se trasmiten entre humanos y animales, como la reciente pandemia del coronavirus, evidencian la necesidad de pensar la salud desde una mirada integral. Es justamente esta idea, llamada "Una Salud", la que guía el trabajo del Dr. Fernando Rivero, especialista en parasitología, y docente de las facultades de Ciencias Médicas, y de Agronomía y Agroindustrias de la UNSE e investigador del Instituto Multidisciplinario de Salud, Tecnología y Desarrollo (IMSaTeD, UNSE-CONICET).
Su investigación se centra en enfermedades parasitarias desatendidas, un área que enfrenta múltiples problemáticas tanto médicas como sociales. El Dr. Rivero explica que "el principal problema a la hora de detectar estas enfermedades se debe a que están erróneamente cargadas de estigma; y además su baja rentabilidad hace que se vean postergadas en las prioridades de la industria biomédica y reciban poca atención".
Desde el Laboratorio de Biología Molecular, Inmunología y Microbiología (LaBIM) perteneciente al IMSaTeD, lidera un equipo científico que se embarca en la búsqueda de nuevos desarrollos que permitan frenar el avance de dos enfermedades en específico; la tricomoniasis humana, infección que se origina vía transmisión sexual, y la tricomonosis bovina, enfermedad que compromete el aparato reproductor del ganado.
Con un gran compromiso social, Rivero plantea que las enfermedades parasitarias no pueden abordarse sólo desde una perspectiva médica aislada de la realidad, sino desde un abordaje complejo y amplio. "Las condiciones de vida, el acceso al saneamiento, la calidad de los alimentos, la presencia de animales y las infraestructuras sanitarias son piezas fundamentales para entender su origen y su persistencia", explica.
Su vocación no se limita a la investigación, la docencia ocupa un lugar central en su práctica cotidiana. Para Fernando su logro más importante y satisfactorio como profesional es "lograr transmitir experiencias y capacidades a las generaciones futuras de estudiantes. Esto es fundamental porque permite la continuidad del conocimiento, dentro de lo que hoy es la economía del conocimiento".
En el mundo de la investigación, muchos proyectos llevan años de esfuerzo y constancia en dar resultados positivos, por eso mismo Rivero sostiene que "durante el camino es muy importante transmitir pensamiento crítico, formación y experiencia que se va potenciando en las otras generaciones".
Construir conocimiento desde Santiago del Estero
Celeste Schnyder, es socióloga egresada de la UNSE y doctora en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario. Investigadora del CONICET desde 2016, su recorrido académico y profesional se ha consolidado en la Facultad de Humanidades de la UNSE, donde es docente en la carrera de Trabajo Social, directora de la Maestría en Derechos Humanos y vicedirectora del Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (INDES), de doble dependencia entre la UNSE y el CONICET.
Su trayectoria combina investigación, docencia y gestión, con un fuerte compromiso en la formación de nuevas generaciones de investigadores e investigadoras. "Mi aporte no solo es en la formación teórica, sino también en transmitir las destrezas necesarias para la investigación social", señala Schnyder, quien ha acompañado a estudiantes, tesistas y becarios en sus primeros pasos en la vida académica y científica.
Desde su experiencia, destaca la importancia de despertar vocaciones científicas desde etapas tempranas en la universidad, promoviendo el interés por problemáticas sociales locales y mostrando que "es posible producir conocimiento desde y sobre Santiago del Estero".
Sus líneas de investigación giran en torno a la consolidación de la democracia a nivel provincial, los derechos humanos y el funcionamiento del sistema penal. Ha desarrollado estudios sobre las transformaciones institucionales en la provincia en las últimas décadas, así como investigaciones sobre el pasado reciente y el proceso represivo local entre 1973 y 1983. En este marco, trabajó con archivos judiciales y policiales para reconstruir el rol de las agencias estatales durante la última dictadura.
Además, subraya que el aporte de las ciencias sociales no se limita al ámbito académico: también generan insumos fundamentales para el diseño de políticas públicas, a la vez que fortalecen el acervo histórico disponible para las futuras generaciones. "Conocer cómo se construyó nuestra sociedad es clave para seguir trabajando por una provincia con más derechos", concluye.
Inteligencia artificial para ayudar a las personas
Cuando se habla de inteligencia artificial se hace referencia a "los sistemas capaces de brindar soluciones a determinadas problemáticas considerando todos los aspectos del contexto, de alguna forma, imitando la capacidad de razonamiento del ser humano". Así lo define Maximiliano Budán, licenciado en Sistemas de Información egresado de la UNSE y doctorado en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional del Sur.
Docente e investigador, lidera equipos de trabajo que crean herramientas que ayudan a las personas con problemáticas específicas y actuales; pero también crea conocimiento para el futuro, donde indudablemente la inteligencia artificial será protagonista.
"El ser humano cuando piensa tiene ciertas características, no lo hace de manera arbitraria, sino que sabe dar un argumento de porqué toma una determinada decisión. Hoy, no todos los sistemas de inteligencia artificial tienen esa capacidad de dar esa explicación. Sin embargo, en mi área de trabajo nos inclinamos por esos sistemas donde sí proporcionamos un fuerte argumento de porque se toman decisiones", explicó.
Dando continuidad a sus investigaciones y acompañando a estudiantes avanzados en el desarrollo de sus trabajos finales de grado y posgrado, ha participado en el desarrollo de sistemas capaces de ayudar en el ámbito agropecuario, ganadero y hasta de salud.
"Siempre se trata de mejorar el rendimiento de la inteligencia artificial, se trabaja con un modelo que se aproxima con la realidad, pero nunca es la realidad, porque esta es muy compleja, tiene muchas variables que hace difícil modelar todo", indicó. Y agregó que el desafío diario es "avanzar en todas las variables del mundo real, para que nuestro modelo sea tan parecido o casi similar a la realidad, porque de esa manera el margen de error va a ser cada vez menor".
En este camino, aclaró que es "importante saber que siempre en todos los sistemas de inteligencia artificial las decisiones las toma el ser humano, porque hay aspectos que no se pueden modelar, todavía, como la empatía, etc. ".
Para el investigador, el fin principal del estudio y especialización en esta rama del conocimiento es "la creación de herramientas útiles para toda la sociedad, buscando aplicaciones que estén al alcance". Y, en ese sentido, su pasión y vocación por la docencia hace que en el día a día pueda transmitir saberes y acompañar a estudiantes en la Facultad de Ciencias Exactas Tecnologías, quienes se preparan para dar continuidad a las investigaciones y avances en el futuro. Un futuro donde la inteligencia artificial ayude cada vez más a las personas.








