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A 80 años del exterminio masivo ¿aprendimos la lección?

Por el Dr. Carlos Scaglione. Docente de la UNSE.

06/08/2025 05:19 Opinión
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El 6 de agosto de 1945, hace exactamente 80 años, la ciudad japonesa de Hiroshima fue destruida por la primera bomba atómica utilizada en combate. Este evento, junto con el posterior bombardeo de Nagasaki el 9 de agosto, marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Las consecuencias fueron devastadoras, no solo por la destrucción inmediata y la pérdida masiva de vidas, sino también por los efectos a largo plazo de la radiación y el trauma colectivo.

¿Qué enseñanzas deja Hiroshima al mundo actual?

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 El poder destructivo de las armas nucleares no tiene precedentes La bomba de Hiroshima demostró que la humanidad había alcanzado la capacidad de destruir ciudades enteras en segundos. Hoy en día, las armas nucleares son aún más potentes. La lección más clara: estas armas no deben usarse nunca más. La necesidad urgente del desarme nuclear Pese a los tratados de no proliferación, aún existen más de 12.000 armas nucleares en el mundo, la mayoría en manos de EE. UU. y Rusia.

Hiroshima nos recuerda que la única forma de garantizar que no vuelvan a usarse es desarrollar acuerdos reales de desarme y control internacional efectivo. La importancia de la diplomacia y la paz

La Segunda Guerra Mundial terminó poco después de los bombardeos, pero a un costo humano inmenso. La diplomacia y la cooperación internacional deben ser siempre la primera opción. Organismos como la ONU surgieron en parte para evitar tragedias similares, pero requieren compromiso real de los países.

En Hiroshima murieron unas 140.000 personas, en su mayoría civiles, incluyendo mujeres, niños y ancianos.

Las guerras modernas, más que nunca, tienen consecuencias humanitarias inmensas.

El impacto a largo plazo de la radiación Hiroshima no solo sufrió en el momento: generaciones posteriores enfrentaron cáncer, malformaciones y enfermedades debido a la radiación. 

Esto muestra que el daño de una bomba nuclear va mucho más allá del instante de la explosión.

¿Qué cosas hay que evitar para que no vuelva a ocurrir?

Evitar escaladas militares entre potencias nucleares Las tensiones actuales (EE. UU.–China, Rusia–OTAN, India–Pakistán, etc.) deben manejarse con prudencia y diálogo.

Evitar la banalización del uso de armas nucleares Algunas narrativas políticas o mediáticas trivializan la posibilidad de su uso como una "opción estratégica". Esto es peligrosísimo. Evitar el desarrollo de nuevas armas nucleares La modernización de arsenales y el desarrollo de armas nucleares "tácticas" aumentan el riesgo de uso en conflictos regionales.Evitar que nuevos países accedan a armas nucleares

La no proliferación debe mantenerse como una prioridad global. Cuantas más naciones tengan estas armas, mayor es el riesgo de una catástrofe. Evitar el olvido La memoria histórica es clave. Las generaciones jóvenes deben conocer lo que ocurrió en Hiroshima y Nagasaki, y por qué no puede repetirse.

Hiroshima nos recuerda que la humanidad debe elegir entre la destrucción total o la cooperación y el entendimiento mutuo. Es una llamada urgente a proteger la vida, la paz y el planeta.

 Recordar Hiroshima es comprometerse con la paz.

Las posiciones extremistas de derecha que deben evitarse son aquellas que promueven odio, exclusión, autoritarismo y violencia, y que atentan contra los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica. A lo largo de la historia (incluyendo el período previo a Hiroshima), estos extremismos han llevado a guerras, genocidios, persecuciones y sociedades profundamente divididas.

Nacionalismo extremo y xenofobia Promueven la idea de que solo ciertos grupos étnicos, culturales o nacionales tienen derecho a vivir o tener privilegios en un país. 

Se traduce en discursos de odio contra inmigrantes, refugiados o minorías. Consecuencias: persecuciones, apartheid, limpieza étnica o genocidio (como ocurrió en la Alemania nazi).

Autoritarismo y rechazo a la democracia Defienden regímenes totalitarios, líderes fuertes que concentran el poder

Las posiciones extremistas de derecha que deben evitarse son aquellas que promueven odio, exclusión, autoritarismo y violencia, y que atentan contra los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica. A lo largo de la historia (incluyendo el período previo a Hiroshima), estos extremismos han llevado a guerras, genocidios, persecuciones y sociedades profundamente divididas.:

Nacionalismo extremo y xenofobia Promueven la idea de que solo ciertos grupos étnicos, culturales o nacionales tienen derecho a vivir o tener privilegios en un país. Se traduce en discursos de odio contra inmigrantes, refugiados o minorías. Consecuencias: persecuciones, apartheid, limpieza étnica o genocidio (como ocurrió en la Alemania nazi).

Autoritarismo y rechazo a la democracia Defienden regímenes totalitarios, líderes fuertes que concentran el poder

Esto impide aprender del pasado y crea las condiciones para repetir tragedias. Misoginia, homofobia y ataques a los derechos humanos 

Quieren imponer modelos sociales rígidos, donde no hay lugar para la diversidad ni la igualdad.

Militarismo y glorificación de la guerra Promueven soluciones violentas a conflictos, incluyendo el uso de la fuerza militar para "limpiar" o imponer orden. Esto puede conducir a guerras internas, represión y el uso de armas de destrucción masiva.

¿Por qué es importante evitarlas?

Porque cuando estas ideas se normalizan o se permiten en el discurso público, pueden crecer rápidamente y volverse peligrosas. El siglo XX ya vivió las consecuencias del fascismo y el nazismo: guerras mundiales, dictaduras, millones de muertos y, como mencionaste al principio, Hiroshima.

¿Qué hacer frente a estas ideas? Defender los derechos humanos y la democracia. Promover la educación, el pensamiento crítico y la memoria histórica. Fomentar el diálogo, la inclusión y la empatía. Vigilar y denunciar el discurso de odio y la manipulación política.

 Militarismo y glorificación de la guerra Promueven soluciones violentas a conflictos, incluyendo el uso de la fuerza militar para "limpiar" o imponer orden.

Esto puede conducir a guerras internas, represión y el uso de armas de destrucción masiva.

Lo que debes saber
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