¿Cuáles son los errores que se cometen al usar lentes de contacto?

El uso adecuado de los lentes de contacto implica seguir una serie de cuidados que pueden parecer simples, pero que son fundamentales para la salud ocular.

Los lentes de contacto son una solución cómoda y efectiva para la corrección de la visión, pero requieren un cuidado adecuado para evitar problemas oculares. Entre los errores más comunes que los usuarios cometen, hay uno particularmente peligroso: no lavarse las manos antes de manipular los lentes de contacto.

¿Por qué es tan importante lavarse las manos?

El ojo es un órgano sensible y susceptible a infecciones, especialmente cuando se introducen bacterias y patógenos a través de lentes de contacto contaminados. Las manos, que están en contacto constante con diversas superficies y objetos a lo largo del día, acumulan una gran cantidad de gérmenes. Al manipular los lentes de contacto sin lavarse las manos correctamente, estas bacterias pueden transferirse fácilmente al lente y luego al ojo, lo que puede causar infecciones graves.

¿Qué tipo de problemas pueden surgir?

Las infecciones oculares como la conjuntivitis, la queratitis, y otras afecciones pueden resultar de la introducción de bacterias en el ojo. Además, el uso de manos sucias puede llevar a irritaciones, enrojecimiento, y la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo.

No lavarse las manos al manipular un lente de contacto es uno de los errores más comunes.

¿Cómo evitar este error?

Para evitar este error, es esencial establecer una rutina de higiene:

* Lava tus manos con agua tibia y jabón antibacteriano antes de manipular los lentes.

* Sécate las manos con una toalla limpia sin pelusa para evitar la transferencia de partículas al lente.

* Mantén tus uñas cortas y limpias para reducir el riesgo de transferir bacterias a los lentes de contacto.

* Hacer de lavarte las manos un hábito antes de cualquier manipulación de los lentes de contacto.

Otros errores comunes

Además de no lavarse las manos adecuadamente, existen otros errores comunes que pueden comprometer la salud ocular de los usuarios de lentes de contacto.

Dormir con los lentes puestos

Uno de los errores más comunes es dormir o tomar una siesta con los lentes de contacto puestos, a menos que se utilicen lentes especialmente diseñados para uso nocturno. Dormir con lentes de contacto aumenta significativamente el riesgo de infecciones oculares, ya que durante el sueño los lentes pueden causar desgarros microscópicos en la córnea, lo que facilita la entrada de bacterias.

Además, dejar los lentes puestos durante la noche reduce la cantidad de oxígeno que llega a la córnea, lo que puede llevar a una condición llamada neovascularización corneal. Esta afección ocurre cuando nuevos vasos sanguíneos crecen en la córnea en un intento de compensar la falta de oxígeno. Si el daño es significativo, podría resultar en la imposibilidad de usar lentes de contacto en el futuro.

Otros efectos secundarios de dormir con los lentes de contacto incluyen la aparición de úlceras corneales, ojos rojos, pérdida de visión, dolor y secreciones. Para evitar estos problemas, es crucial retirar siempre los lentes de contacto antes de dormir.

No utilizar la solución de lentes correcta.

Otro error frecuente es no utilizar la solución de lentes de contacto adecuada. No todos los lentes de contacto son compatibles con todas las soluciones. Existen diferentes sensibilidades e incompatibilidades químicas que pueden afectar tanto la comodidad como la longevidad de los lentes.

Es fundamental consultar a un profesional de la salud visual, el oftalmólogo, antes de elegir una solución multipropósito para asegurarse de que sea compatible con el tipo de lente que se está usando. Utilizar la solución incorrecta puede llevar a una incomodidad significativa, además de reducir la vida útil de los lentes y aumentar el riesgo de infecciones.

Con el uso masivo de las lentes de contacto, las técnicas de fabricación continúan adquiriendo altos niveles de perfeccionamiento, sin embargo, a pesar de ser cada vez más confortables, su mala utilización puede llegar a producir la pérdida de la visión.

Entre los problemas más comunes por la mala utilización de lentes de contacto, se pueden contar la irritación, molestias y sequedad, reacciones tóxicas, alergias, conjuntivitis, úlceras, las infecciones corneales, bacterianas o por amebas (Acanthamoeba).

Respecto de las infecciones corneales, se advierte que generan dolores intensos y carencia transitoria de la visión. En casos más graves pueden producir la pérdida definitiva de la vista debido a la formación de cicatrices y perforaciones.

Este tipo de infecciones se puede dar por contaminación microbiana y/o parasitaria de los materiales para el cuidado de las lentes como la pseudomona, y la acanthamoeba respectivamente.

Esta última se encuentra en piletas de natación, aceites, tubos de ventilación o reservorios líquidos.

Factores de riesgo

La lente no deja de ser un objeto extraño para el ojo humano y si no se higieniza correctamente puede traer múltiples complicaciones.

Por ello, es imprescindible el desarrollo de buenos hábitos respecto del cuidado de estos y el estricto seguimiento de las guías de acuerdo al tipo de lente.

1- No limpiar con agua:

El agua puede contener microorganismos, cloro y otros minerales que pueden dañar tanto los ojos como las lentes.

2- Higienizar siempre las lentes antes de utilizarlos:

Salvo que sean lentes descartables, se deben limpiar los lentes antes de cada uso.

3- Emplear un estuche apropiado para su almacenamiento, limpiar el envase y dejarlo secar al aire entre usos incluyendo la tapa de los mismos.

4- Usar lentes de contacto durante el período de tiempo recomendado.

Algunas lentes están diseñadas para un día de uso, otras por una semana o un mes.

En todo caso, es imperioso respetar esos períodos de uso.

5- Manipular con cuidado las lentes de contacto.

Al tocar las lentes las manos deben estar limpias y secas. Al entrar en contacto con las lentes se deben evitar jabones con perfumes o aceites las pantallas solares, cremas de manos o quitaesmaltes.

6- En caso de ojos secos o irritados utilizar gotas oculares para humedecer mientras tengas las lentes puestas.

7- Ponerse las lentes luego de aplicarse el maquillaje y removerlas antes de desmaquillarse.

Los cosméticos pueden irritar los ojos, por ello no es conveniente aplicar sombras o sprays mientras se utilizan las lentes. En el caso de irritación no deben frotarse los ojos. Es preferible sacarse las lentes y limpiarlas con una solución estéril antes de reutilizarlas.

Causa de las molestias originadas por las lentes

Las lentes de contacto pueden ocasionar molestias por diversas razones. Para que funcionen del modo en que se suponen que deben hacerlo, es importante cuidarlas correctamente, siguiendo el calendario de mantenimiento y sustitución y realizando adecuadamente los pasos recomendados para su limpieza.

Pautas que le ayudarán a mantener los ojos sanos y cómodos con las lentes.

Debe saber que pueden aparecer los siguientes problemas:

* Escozor, quemazón, picor, irritación o dolor de ojos

*Incomodidad al ponerse la lente de contacto

* Sensación extraña de tener algo en el ojo (cuerpo extraño, área arañada)

* Lagrimeo excesivo

* Secreciones oculares poco frecuentes

* Enrojecimiento

* Pérdida de nitidez de la visión

* Visión borrosa, arcos o halos alrededor de los objetos

* Sensibilidad a la luz (fotofobia)

* Sequedad de los ojos

Si observa alguno de los síntomas, quítese inmediatamente las lentes de contacto.

Las hay blandas y duras: de qué está hecha cada una

Hoy en día, los contactos se fabrican con plástico, aunque los blandos y "duros" difieren en su composición exacta.

Las lentes blandas están hechas de hidrogel, un plástico hidrófilo. "Hidrofílico" significa literalmente "que absorbe el agua". Estos plásticos son muy absorbentes, lo que les permite mantenerse húmedos y flexibles; esto es lo que las hace suaves .

Los "duros" actuales no son tan duros como sus predecesores. Los materiales RGP combinan plásticos con otros materiales como silicona y fluoropolímeros (plásticos con flúor añadido).