Hacia dónde va la educación y cómo establecer un trabajo social en equipo. Por Prof. Roxana Tula (Capacitadora en Educación)
Educar: un acto de amor y justicia Educar: un acto de amor y justicia
Frías celebró su 151º aniversario y nos encontramos en un momento histórico coyuntural donde la educación constituye un impostergable y necesario tema de agenda de todos los sectores (públicos y privados) para pensar una propuesta viable que responda a las demandas de este tiempo en constante transformación, que conjuga el desarrollo de la identidad y productividad local, regional y nacional, con la habilidad de integración a un mundo cada vez más globalizado. En esta sociedad de la información y del conocimiento, prevalece lo tecnológico (asistimos al crecimiento exponencial de una cultura digital que abre infinidad de posibilidades, pero también requiere de nuevos retos que involucran la alfabetización y la ciudadanía digital), lo que implica reflexionar acerca de las nuevas habilidades que se deben trabajar en los procesos educativos formales, no formales e informales, tales como el pensamiento creativo, capacidad de innovación, el pensamiento crítico, habilidades blandas trabajo colaborativo y en equipo, resolución de problemas, comunicación asertiva-, habilidades tecnológicas, conciencia ética y global entre otras. Nuevos desafíos que se suman a los clásicos (al presente aun no totalmente resueltos) como el acceso, permanencia y egreso de los niveles obligatorios del sistema educativo, el acompañamiento a las trayectorias escolares y, especialmente la calidad de la oferta educativa desde el nivel inicial al superior.
Ahora bien, de cara a un complejo panorama social, económico, político, es necesario "poner en diálogo" estas dimensiones con lo educativo; donde los diversos sectores involucrados (instituciones educativas, funcionarios, partidos políticos, organizaciones civiles) constituyan un nodo de encuentro y, desde una verdadera acción comunicativa, se planteen las reales condiciones en que se tramita la educación, redefiniendo las políticas educativas en función de la visión y modelo de desarrollo que se aspira para nuestra ciudad (superar el cortoplacismo que priorizan políticas de gobierno por sobre políticas de Estado, que implica la capacidad de proyectar mucho más allá de un período de gestión), modelo que debe ser sostenido en el tiempo, distinguiendo lo "urgente", de lo "necesario e importante".
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El Estado, como garante de derechos, debe avalar la oferta de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para niños, jóvenes y adultos; consecuentemente hay que redefinir el papel de la Escuela como única oferta posible y validar y reconocer que otras instituciones pueden canalizar potentes espacios de formación que respondan a las demandas del sector económico, empresarial, de servicios, etc.
Si bien la oferta educativa en la "Ciudad de la Amistad" es amplia y variada, cuenta con establecimientos de gestión estatal y privada que brindan educación desde el nivel inicial hasta el Superior, la realidad refleja lo que se puede denominar efecto "cuello de botella o embudo", es decir, hay un elevado índice de matrícula inicial pero en la medida que se avanza en la trayectoria escolar, los estudiantes van "quedando en el camino" en el mejor de los casos, "repitiendo" el curso, cuando no, directamente desertan. Una posible explicación de esto es la falta de oportunidades reales para los jóvenes, que no encuentran alternativas de superación frente a lo que les ofrece el sistema formal.
es aquí donde el Municipio cobraría un rol destacado, en tanto sería el medio de organizar las propuestas a partir de un diagnóstico claro de las fortalezas y debilidades del sector, la definición de un proyecto estratégico capitalizando los recursos disponibles y atendiendo a los sectores productivos como así también a los más vulnerables (jóvenes y/o adultos que se encuentran fuera del sistema).
Consecuentemente, es fundamental proponer líneas de acción que brinden condiciones de posibilidad. Con estrategias y "nichos" de formación permanente para aquellos jóvenes y adultos que por diferentes situaciones/motivos/circunstancias quedaron fuera del sistema educativo formal.
Frías tiene un enorme potencial para seguir construyendo capítulos de una historia que incluya a todos sus habitantes desde los valores de respeto, compromiso, responsabilidad y libertad.
Que la educación sea una de las herramientas claves para posibilitar mañanas deseables para todos y cada uno de los frienses y de quienes eligieron vivir en este pedacito de suelo santiagueño.








