Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . Viceversa

Anécdotas de la historia: Argentina tuvo un gran codificador

Por Eduardo Lazzari. Historiador

12/10/2025 01:46 Viceversa
Escuchar:

Anécdotas de la historia: Argentina tuvo un gran codificador Anécdotas de la historia: Argentina tuvo un gran codificador

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

El relato histórico argentino, como en cualquier sociedad, suele cometer algunas injusticias en el recuerdo de las grandes figuras. Es así como Justo José de Urquiza queda relegado a un segundo plano habiendo sido el gestor de la Organización Nacional, o Benjamín Victorica es poco aludido en las crónicas a pesar de su carácter de general doctor que encabezó la Campaña del Chaco, fue ministro de Guerra y Marina, presidente de la Corte Suprema de Justicia y luego de la Cámara de Diputados de la Nación. En algunos casos se ha ido reparando esa relegación como en el caso de Martín Miguel de Güemes, lo que nos permite ser optimistas respecto de otras figuras contemporáneas a él como Juan Martín de Pueyrredón, a quien Bartolomé Mitre bautizó el "Tercer Grande" ubicándolo al nivel de José de San Martín y Manuel Belgrano, pero que sin embargo se lo ubica más como calle que como fundador de la Patria.

Entre los hacedores de la jurisprudencia argentina moderna, suele destacarse a nivel nacional a Juan Bautista Alberdi y a nivel santiagueño a José Benjamín Gorostiaga, quien no es reconocido como merece a pesar de ser el autor y redactor de secciones fundamentales de la Constitución Nacional. Y el caso del cordobés Dalmacio Vélez Sarsfield es también sintomático de esta falencia histórica, ya que no suele incluírselo en los libros de historia al nivel que su participación pública lo merece. Es por eso por lo que hoy recorreremos en estas páginas dominicales de "El Liberal" la biografía del gran codificador argentino.

También te puede interesar:

Sus orígenes, sus familias y su formación

   Dámaso Simón Dalmacio Vélez Sarsfield nace en el pueblo de Amboy, ubicado en las estribaciones orientales de las Sierras Grandes de Córdoba, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad de Río Tercero, el 18 de febrero de 1800, en el hogar formado por don Ignacio Dalmacio Vélez de Herrera y doña Rosa Sarsfield. Por parte de padre, tuvo trece hermanos, siete del primer matrimonio y seis del segundo con su madre. Su infancia y su juventud se desarrolló durante los tiempos de la guerra de la Independencia, lo que no le impidió asistir al Colegio de Nuestra Señora de Montserrat en la capital provincial y luego a la Universidad de Córdoba, la más antigua del país, donde recibió el título de abogado en 1822.

   Sus dotes intelectuales lo convirtieron en uno de los pocos políglotas de ese tiempo, ya que hablaba fluidamente latín, italiano, francés, inglés y quechua. Al igual que su padre iba a casarse dos veces: la primera vez con doña Paula Piñero en 1823, matrimonio en el cual nacería Vicenta y del que enviudaría don Dalmacio en 1831; y la segunda vez con Manuela Velázquez, familia en la que nacerían Aurelia, Bernardo Timoteo, Constantino y María del Rosario. Su carrera profesional se estimula cuando se radica en Buenos Aires en 1823 y es nombrado catedrático de economía política en la novel Universidad de Buenos Aires. También por entonces comienza a participar activamente de la vida política y es secretario del Congreso General de 1824, convocado a instancias de Bernardino Rivadavia.

De los años '30 a los '50

   La llegada de Juan Manuel de Rosas a la gobernación porteña en 1829 iba a marcar su alejamiento de la vida política, ya que no acordaba con la orientación del "Restaurador de las Leyes", a pesar de lo cual intervino en una negociación entre el caudillo santafesino, Estanislao López y Rosas, al tiempo que se radicaba en la ciudad de Córdoba. Tras un fugaz regreso a Buenos Aires, vuelve a enemistarse con el gobernador y se radica en Montevideo. La astucia de Rosas hace que lo convoque como jurisconsulto experto en límites y en derecho internacional, un tiempo en el que Dalmacio Vélez realiza una compilación exhaustiva de derecho canónico que edita como "Tratado Público Eclesiástico en Relación con el Estado", que es un éxito editorial y aumenta su prestigio en todo el continente.

   Fue elegido en 1835 como presidente de la Academia de Jurisprudencia y luego de la batalla de Caseros en 1852 vuelve activamente a la política. Inicialmente apoya a Justo José de Urquiza desde un periódico propio, "El Nacional", pero no acepta los términos del Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos, lo que lo lleva a adherir al porteñismo durante los tiempos de la separación del estado de Buenos Aires del resto de la Confederación.  

Su actuación como funcionario público

   En 1854 es redactor de la Constitución provincial junto a Carlos Tejedor y auspicia la candidatura de Pastor Obligado. Fue elegido senador provincial, ministro de Relaciones Exteriores y negociador diplomático entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, a la vez que reorganizó el Banco de la Provincia. Es el tiempo en que comienza su amistad con Domingo Faustino Sarmiento. En 1858 comienza a redactar un proyecto de Código de Comercio, que es aprobado al año siguiente y que, una vez producida la reunificación nacional, será aprobado por el Congreso Nacional a través de la ley 15 de 1862 para regir en todo el país. Será reformado en 1889 y regirá hasta 2015. 

   Participa como convencional en la Asamblea Reformadora de 1860, que estableció el mecanismo de traspaso de la aduana de la provincia de Buenos Aires al estado nacional. Una vez que Bartolomé Mitre asume como presidente fue su primer ministro de Hacienda durante dos años entre 1862 y 1864. Al renunciar al ministerio dedicó todos sus ahíncos a la redacción del Código Civil, instalándose durante largas temporadas en la quinta que poseyera desde 1829 en las afueras de Buenos Aires, hoy en el barrio de Almagro y ubicada en el solar que ocupa el Hospital Italiano, en la calle Gascón. 

   Vale destacar que don Dalmacio fue un gran propulsor de la telegrafía a lo largo y a lo ancho del país, sosteniendo que la rapidez en las comunicaciones era uno de los signos de la modernidad. Fue un entusiasta asistente a la ceremonia que en 1874 inauguró el cable telegráfico a Europa, durante la cual el presidente Sarmiento dijo, en homenaje a Vélez Sarsfield que le cabía "el honor exclusivo de la atrevida idea y de la rápida ejecución de la red de telégrafos, que contribuye a dar paz a la República y bienestar a sus hijos".

El Código Civil, su obra magna 

   Durante cinco años se dedicó casi exclusivamente a la redacción del "Código de Vélez", tal como se lo sigue llamando en los ambientes jurídicos. Colaboraron con él su hija Aurelia, quien luego mantendría un largo romance con su amigo Sarmiento; y Victorino de la Plaza, quien ofició de escribiente y llegaría medio siglo después a la presidencia de la República. Cuando el sanjuanino llega a la primera magistratura el 12 de octubre de 1868 nombra a don Dalmacio como ministro del Interior, cargo que ocupará hasta pasada la epidemia de fiebre amarilla que asoló Buenos Aires en 1871. 

   El presidente Sarmiento envió el proyecto de Código Civil con la intención de que fuera votado a libro cerrado, ya que la tarea de concordancia entre los más de 1000 artículos fue formidable, a tal punto que no se encontraron contradicciones en toda la obra. Fue aprobado el 25 de septiembre de 1869 y comenzó a regir el 1° de enero de 1871, regulando los derechos personales y las relaciones sociales durante más de 145 años, hasta su reemplazo en 2015 por un código que ya ha mostrado falencias en sus concordancias. 

   Vale también destacar que el primer ministro del imperio alemán, Otto von Bismarck, decidió estudiar diversos digestos legales y eligió la obra de Vélez Sarsfield para ser incorporada a la jurisprudencia germana en las partes que fueron incorporadas durante los estudios del código civil germano entre 1881 y 1900. 

Su retiro, su muerte y sus homenajes

   Ya retirado de la actividad política partidaria, mantuvo su participación a través del periodismo sosteniendo con pasión sus posiciones. Fue legendaria su crítica a la "Historia de Belgrano y la independencia argentina" de Bartolomé Mitre, que se constituyó en la primera polémica historiográfica del país moderno. Dalmacio Vélez Sarsfield falleció en Buenos Aires el 30 de marzo de 1875, a sus 75 años, y fue sepultado en el cementerio porteño de la Recoleta, donde se construyó un soberbio mausoleo, donde permanecieron sus restos hasta el traslado al Palacio de Justicia de la Provincia de Córdoba en marzo de 1981, reposando en una urna custodiada por un busto a su memoria y otro busto con la figura de Juan Bautista Alberdi, quizá los dos grandes jurisconsultos de la historia nacional. 

    El recuerdo de su figura pasa por el museo establecido en su casa natal de Amboy, su retrato escultórico junto al del Dean Gregorio Funes en la histórica aula de grados de la Universidad de Córdoba, su gran monumento en el centro de Córdoba y varios otros en todo el país. Su nombre es el de calles, plazas, escuelas, bibliotecas, barrios y pueblos. Hasta un popular club de fútbol lleva su nombre. También se lo recuerda en Irlanda, por la ascendencia de su madre. Un gran hombre de leyes, un patriota, un bajo perfil que debemos recordar para que el futuro argentino sea más amable para la posteridad.

Lo que debes saber
Lo más leído hoy