Hablar de sexo

Del sexo se debe hablar, eso nos facilita la vida. Con la natural espontaneidad que necesitan las cosas importantes, trascendentes y necesarias de la vida. ¿El cómo, con quién y cuándo hacerlo? Esas son las preguntas necesarias a responder para que ese "hablar" sea una forma concreta de obtener salud sexual, promover placer y, sobre todo, cuidados.

Curiosamente, hablar de sexo es una de las enormes ventajas que tiene la educación sexual integral eficaz, entre otras, ya que, insistimos, cuando es eficaz como nos muestran programas de la Unesco, se promueve, fomenta y estimula que las personas educadas en ESI tengan la confianza para hablar de este tema con quienes ellos encuentran como adultos confiables.

Como siempre remarcamos en los cursos de educación sexual que ofrecemos, lo que esperamos es que esos adultos confiables sean el padre, la madre y ambos.

Cuando eso pasa obviamente la mayor preocupación que debemos tener no es lo que la persona está diciendo, generalmente preguntando del modo que puede, sino cómo reaccionamos frente a eso. Porque es un punto bisagra: dejamos la puerta abierta para que siempre seamos el adulto confiable o la cerramos de golpe. Esto es la clave esencial a tener en cuenta.

En estas épocas,donde hay menos "peros" en lo relacionado con hablar del sexo, es probable que, en algún momento,nuestros adolescentes nos digan, nos comenten que quieren tener sexo Creo que frente a eso debemos tener claridad y algunos mensajes breves a dar, insisto, siempre con la premisa de mantener la puerta abierta.

Lo primero siempre es agradecer que hablen con ustedes. Reforzar esa autonomía esencial que tienen y, al mismo tiempo, reforzar que se sienten honrados que ellos desean hacerlo con ustedes. Lo segundo, seguir la premisa elemental sintetizada en el dicho que "tenemos dos oídos y una boca, por eso escuchemos el doble de lo que hablemos". No nos adelantemos, sino escuchemos más.

De allí tengamos claro los mensajes a dar que se pueden resumir en que en el sexo es muy importante que existan las cuatro "c"para conseguir que toda la experiencia sea siempre mejor. Me refiero a consentimiento, comunicación, conocimiento y cuidado. Por eso, cuando hablemos recordemos con claridad que no debemos dar sermones, sino, insisto, escuchar mucho y tener mensajes cortos, simples y directos. Por ejemplo: sobre consentimiento podemos decir que "estar de acuerdo en lo que se quiere hacer son los cimientos para disfrutar". Sobre comunicación: "la libertad siempre está asociada a poder comunicarnos sin miedos". Sobre cuidado: cuidarse uno y cuidar al otro implica priorizar el evitar que uno se haga daño y de hacer daño. Sobre el conocimiento: recordemos que nadie sabe todo, pero todos podemos aprender si estamos decidido. Finalmente, siempre es bueno insistir en este mantra: "nunca la violencia -ni ejercerla ni recibirla-, cuida con decisión tus sentimientos, tu cuerpo, tu placer y siempre estoy para ayudarte.

Hablar de sexo con libertad, compromiso y dedicación nunca debería ser un problema. Sobre eso se puede construir lo que deseamos desde siempre: cierta felicidad donde nos podamos desarrollar con armonía, paz, entusiasmo y cariño. ¿Cómo no desear eso para quien amamos?