Una ciudad con un fuerte protagonismo deportivo

El espectro deportivo de la “Capital de la Tradición” siempre atesoró un riquísimo historial, con protagonistas que sobresalieron en el plano local y otros que alcanzaron proyección nacional e internacional, en sus respectivas disciplinas.

El deporte que siempre se practicó mayoritariamente fue el fútbol, que tuvo sus primeros lauros durante el año 1937, cuando el seleccionado liguista llegó a las instancias finales del Campeonato Argentino, que se jugó en Buenos Aires y que perdió en la semifinal con el representativo de Tucumán. Esta performance produjo la primera transferencia de un jugador local al fútbol grande de la AFA, cuando Huracán de Parque de Patricios adquirió a Juan de la Cruz Leiva, conocido como “Juan Garay”, un “wing” de Talleres de Añatuya.

Más adelante, a fines de la década del 50, Osvaldo Sierra, volante central de Sportivo Añatuya, pasó a San Lorenzo de Almagro y de allí dio el salto a equipos de Ecuador y Colombia, donde tuvo una destacada trayectoria. Unos años después, Colón de Santa Fe puso sus ojos en tres delanteros de Talleres: Saúl Castaño, “Cacho” Curet y “Cuto” Chávez, que actuaron con muy buen suceso.

Estos antecedentes fueron abriendo la brecha para que a fines de los años 60 varios valores sean incorporados a Independiente de Avellaneda: Horacio “Perra” Ibáñez, Juan “Mamarracho” Bravo, Oscar Medina, Carlos Salvatierra y Miguel Pérez, de Sportivo Añatuya. Daniel y Humberto Bravo, de Platense y Oscar Lobos, de Boca Jrs.

A mediados de los 70’, Omar “Chiqui” Arrieta llegó a Talleres de Córdoba para marcar la punta derecha y luego lo hizo Armando Quinteros. Por el lado de Instituto de Córdoba se destacaron Enrique Veloso y el recordado Hugo Tévez. La corriente no se detuvo y Héctor Guillermo “Pelusa” Cejas y René Rafael Bravo llegaron a Argentinos Juniors, mientras que Daniel González Verón llevó sus goles a Vélez Sársfield.

Ya en los años 80, el arquero Carlos Bentancor militó en Rosario Central y de allí pasó a Colón de Santa Fe, integrando el plantel que disputó la Copa Libertadores.

Lo expuesto es una muestra palpable del potencial futbolístico que siempre ostentó Añatuya, sin dejar de mencionar a los jugadores que brillaron localmente y que por esas circunstancias de la vida no trascendieron a otros niveles de competencia.

Básquet

Esta disciplina tiene una historia interesante, forjada por la sacrificada lucha que siempre libraron hombres que contribuyeron a su vigencia trabajando a pulmón. Con bastiones como la vieja Sociedad Italiana, donde Daniel Veloso, Carlos Coulter, Rubén Benítez, Carlos Véliz, Ricardo Gimeno, Orlando Luna, Alberto Valdez y otros tantos que contribuyeron al crecimiento de la disciplina.

Ciclismo

El sacrificado deporte del pedal tuvo exponentes de fuste. Los memoriosos siempre señalan como el pionero a don Abraham Himelfard, que marcó una época en este deporte. Más adelante aparecieron Cristóforo y Nicandro Pacheco, los Porcelo y los Space, del barrio La Leñera, “Rodo” Brandán y tantos otros que libraron verdadera batallas en el ovalo de Jorge Newbery. Entre los años 70 y 80 hubo un resurgimiento, con la aparición de figuras como Rubén Giménez, Pedro Zuchelli, Alejandro Sosa, Raúl Cejas e interesantes valores juveniles.

En la actualidad, hay cuatro jóvenes que brillan a nivel nacional, son los gemelos Alejandro y Facundo Páez Llarul y los hermanos Nicolás y Florencia Sosa, que van por el país representando a la Añatuya ciclista, con un amplio espacio de proyección futura.

Boxeo

El viril deporte de los puños, allá por los años 40 tuvo en la “Capital de la Tradición” una de las plazas boxísticas más importantes del norte argentino. Se instaló un gimnasio y allí comenzaron las veladas.

El trabajo diario posibilitó la aparición de figuras locales como Modesto Soplán, el “Oso” Peralta y Horacio Splanguño y el lote se amplió con la llegada de César Pereyra, Kid Piceda y Teco Mendoza, entre otros. Después se sumaron como escenarios la Biblioteca Sarmiento, Sociedad Italiana, Recreo El Cundi y Boca Juniors, con exhibiciones de lujo, como la que brindaron Néstor y Avenamar Peralta, hermanos del recordado “Goyo” Peralta, y también el chaqueño Ramón La Cruz, que estuvo en el ring del club Boca, épocas doradas que quedaron marcadas a fuego en la afición.

Motociclismo

El deporte motor tuvo sus comienzos en los albores de los años 60, siendo el primer óvalo el de Jorge Newbery, para muchos pilotos el mejor de la provincia. A partir de 1970, esta actividad cobró vida y se produjo el surgimiento de varios pilotos locales, que conformaron un lote de jerarquía. Podemos mencionar a “Kiko” González, “Tarugo” Trovina, los hermanos Omar y Ricardo Cárdenas, Carlos Falappa, “Nano” Ruiz, entre otros.

La figura excluyente siempre fue el “Negro Kiko” González, que recorrió buena parte del país representando a Añatuya, haciendo podio en todos lados, ganándose la simpatía y la preferencia del público.

Atletismo

A fines de la década del 40, en un predio del barrio Obrero, se creó el Club Zabala, donde se practicaban básquet, atletismo, salto en alto, salto en largo, lanzamiento de disco y jabalina. El atletismo -según los memoriosos- ocupaba un lugar de preferencia y de allí salieron los primeros representantes que compitieron a nivel provincial.

Cuando esta entidad desapareció, la práctica se centró en las escuelas. Mucho más tarde, la actividad se organizó y los mismos atletas crearon agrupaciones, para poder competir en provincias vecinas. En la actualidad la actividad se realiza de manera sostenida y exitosa.

También en los últimos años, han experimentado un progreso notable disciplinas como el voley, el tenis, el tiro a la hélice, el rugby, las artes marciales y el hockey, sumándose ahora el rural bike, que pese a ser incipiente va sumando muchos adeptos. l

*Periodista deportivo de Añatuya.