El fútbol fue siempre una de las debilidades de los narcos El fútbol fue siempre una de las debilidades de los narcos
Es verdad que aunque algunos casos como el de Pablo Escobar, difunto líder del Cártel de Medellín en Colombia, fueron de gran apoyo para el crecimiento futbolístico en aquel país, no debemos dejar de lado la certeza de que el dinero con el que se construyó toda esa base de crecimiento no dejaba de ser a costa de negocios ilícitos.
El caso que tuvo mayor repercusión y que sigue siendo un estigma fue el asesinato del integrante del seleccionado Andrés Escobar, tras la eliminación de Colombia del Mundial de Estados Unidos 1994, donde el defensor metió un gol en contra.
La fatalidad provocó que su intento de rechazo introdujera el balón contra su propio arco, que eliminó al seleccionado que dirigía Pacho Maturana. Diez días después, en el estacionamiento de la discoteca “El Indio” de Medellín, Escobar fue increpado por Humberto Muñoz Castro, guardaespaldas de empresarios vinculados al narcotráfico, quien le descerrajó seis disparos mortales. El zaguero de 27 años falleció camino al hospital.
édgar “Peinadito” Ospina, histórico entrenador del futbol peruano, habló sobre la influencia del Cártel de Medellín en el crecimiento futbolístico de Colombia. “El narcotráfico contribuyó a que el futbol colombiano se potenciara, que los salarios se mejoren, que se construyan buenos estadios y que los clubes tengan una base estructural importante”, dijo en aquel entonces.
“Los jugadores empezaron a mirar desde ese momento al fútbol como una profesión que le podía dar buenos réditos económicos para un mejor futuro y ayudar a su familia” agregó.
Los equipos colombianos Medellín, América de Cali y Atlético Nacional se vieron directamente favorecidos por el narco colombiano, pues éste proveía de recursos económicos a los equipos para hacerse de refuerzos extranjeros de calidad y mejorar el salario de los jugadores nacionales. Amaño de partidos e incluso el asesinato de un árbitro fueron testigos de cómo las batallas del narco habían pasado de las calles a los campos de futbol.
En México
El crimen organizado colombiano encontró en México una nueva “mina de oro” pues desde 2003 realizaron inversiones y sobornos principalmente por parte del Cártel del Norte Valle de Colombia.
“El Tío”, José Martínez; es un personaje que fungió como promotor deportivo colombiano y que en México fue señalado como propietario de equipos como Irapuato y Querétaro, quienes recibieron compensaciones de 10 millones de dólares sin comprobarse nunca al legitimo dueño de ambos clubes.
Carlos Ahumada fue acusado de recibir 94 mil dólares por parte del narco cuando éste era propietario del León y Santos. Tirso Martínez Sánchez, traficante también conocido como “El Doctor” o “El Futbolista”, está acusado del delito de lavado de dinero a través de los equipos de futbol Querétaro, Irapuato y Celaya.
La marcada vinculación del fútbol colombiano con el narcotráfico se trasladó al fútbol mexicano, donde en 2003 en el aeropuerto internacional de la ciudad de México se detuvo al futbolista colombiano Carlos álvarez Maya, mientras intentaba sacar del país más de un millón de dólares, provenientes de la droga.
Otro vínculo de notoria repercusión fue el del jugador paraguayo Salvador Cabañas, figura del América, quien el 25 de enero de 2010 recibió un disparo en la cabeza mientras estaba en un bar de México, presuntamente por una deuda por drogas.
En España
José Luis Pérez Caminero, ex jugador y directivo del Atlético de Madrid enfrentó una orden por cuatro años de prisión y una multa de 4 millones de euros luego de comprobársele el lavado de dinero procedente del narcotráfico de México y Colombia. l
