-
La Justicia allanó la celda de un presidiario y le incautó fotografías de juezas del interior provincial, tras ser acusado de acosar y amenazar, vía telefónica, a una odontóloga del medio.
Allí radica el aspecto medular de una compleja investigación que timonea la fiscal Celia Mussi, desde el 2022, al presentar una odontóloga un caso particular; mezcla de acoso, deseo, obstinación y amenazas.
Primero, el desconocido se habría comunicado con la profesional llamándola a su celular. Casada, con hijos, la odontóloga habría atendido y del otro lado, una voz masculina le habría manifestado que era muy bonita.
La primera reacción de la odontóloga fue el desconcierto, ya que un grupo selecto contaba con su número. Enfática, cortó. Pero el desconocido prosiguió con los llamados, hasta que la mujer resolvió bloquearlo.
Perseverante y tozudo
Poco y nada pareció importarle al perseverante delincuente, ya que la ofensiva fueron nuevos llamados, pero al teléfono fijo de la odontóloga. Esa vez, pasó a un lenguaje más imperativo que rayó la lisa y llana amenaza.
La odontóloga formalizó una denuncia que Celia Mussi delegó en los expertos de la División Homicidios y Delitos Complejos.
Merced a la tecnología, los técnicos determinaron que los llamados provenían de dos teléfonos celulares. Conforme la ubicación, se originaban en la unidad carcelaria de régimen abierto en Colonia Pinto.
Adiós al enigma y los investigadores develaron que el anónimo era un preso, próximo a recuperar la libertad. Un juez de Control y Garantías refrendó el allanamiento y en menos de dos horas, los policías coparon la celda del individuo de apellido Ríos.
El secuestro y la sorpresa
Durante el procedimiento, los efectivos habrían incautado en lo de Ríos celulares, chips y tarjetas SIM. Lo más llamativo y curioso es que el reo también guardaba fotografías de dos juezas de otras jurisdicciones; y, obviamente, de la propia odontóloga, en ocasión de participar de una cena entre colegas.
Todo le fue informado a la fiscal y luego el presidiario fue imputado del delito de "amenazas". La investigación conllevó muchas aristas, por cuanto la funcionaria también informó al Juzgado de Ejecución Penal.
¿Por qué? La unidad carcelaria de régimen abierto es la vía previa, la antesala a la libertad. Ríos purgaba una condena a diez años de prisión y sus sueños de reintegrarse a la sociedad deberán esperar.
Debido a sus propias acciones, los funcionarios habrían dejado sin efecto el programa de libertad y ahora la fiscal Mussi lo ascendió a un nuevo proceso. En el peor escenario, puede ser juzgado y condenado.
