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El caso Sarquiz, en el mapa de los crímenes mafiosos irresueltos

23/06/2013 10:21 Policiales
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El caso Sarquiz, en el mapa de los crímenes mafiosos irresueltos El caso Sarquiz, en el mapa de los crímenes mafiosos irresueltos

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADOLa noticia conmocionó a la provincia. Era el martes 24 de julio de 2012. El empresario santiagueño Miguel Sarquiz (71 años) cumplió aquel día una rutina casi similar a la de todos los días.

Almorzó en la casa de una de sus hijas y alrededor de las dos de la tarde emprendió el regreso a su domicilio, ubicado en O'Mil, entre Alem y Pellegrini, de la ciudad de La Banda, donde lo esperaba otro de los empleados que le cuida la vivienda. Lo hizo acompañado de su chofer, quien lo trasladaba a todas partes en el automóvil.

Uno de sus yernos, Ramón, contó que posteriormente, habrían arribado cuatro empleados de Sarquiz para cobrar sus haberes mensuales por los trabajos realizados en uno de los campos que tiene en el interior bandeño.

Minutos después lo habría hecho otro empleado que llevaba alrededor de $ 12.000 para hacer efectivo los sueldos de los peones.

En enero de 2010 ya había sido atacado por desconocidos en su domicilio, por lo que acostumbraba a tener la puerta cerrada. Sin embargo, y la presencia de personas ajenas en su hogar, hizo que no tuviera en cuenta este detalle.

La situación habría sido aprovechada por dos sujetos, quienes ingresaron en la vivienda alrededor de las 15.40. Apenas llegaron al living, donde se encontraban los empleados y el dueño de casa, los dos individuos habrían extraído armas de fuego para inmovilizar a todos los hombres.

“¿Quién es Miguel Sarquiz?, ¿quién es Miguel Sarquiz?”, habrían preguntado insistentemente los malvivientes, según contó Ramón.

Nadie habría contestado, pero los nervios le habrían jugado una mala pasada al dueño de ese nombre y los sujetos habrían concluido que era él al que buscaban. Una rápida requisa entre los empleados habría permitido encontrar 12 mil pesos en efectivo que portaba uno de ellos y se los quitaron.

Pero aún con el dinero en su poder, los delincuentes no sólo no se fueron sino que trasladaron a los empleados hasta distintas habitaciones del inmueble, donde fueron encerrados en los dormitorios.

El dueño de casa fue llevado a la habitación del empleado que vive y duerme allí. Apenas habrían pasado el umbral de la puerta, los individuos habrían golpeado y arrojado al suelo a Miguel Sarquiz.

Uno de ellos habría tomado una colcha y una almohada y se los arrojó sobre el empresario, que se encontraba boca arriba. Seguidamente, accionó el arma de fuego y la bala ingresó en el estómago de la víctima, quien murió a los pocos minutos.

Tras el ataque, los delincuentes –de quienes se dijo no tendrían tonada santiagueña, según indicaron fuentes policiales- se dieron a la fuga, aunque antes cerraron con llave la puerta de ingreso, alrededor de las 16.15.

El homicidio provocó la presencia de la jueza de feria, Ana María Rodríguez, y de las máximas autoridades de la Departamental Banda y del jefe del Departamento de Inteligencia Criminal (DIC) de la Policía de la provincia, comisario general Marcelo Camaño. También acudieron los efectivos de la Comisaría 14 y de la Brigada de Investigaciones de la vecina ciudad.

Si bien los delincuentes se llevaron varios celulares de las víctimas, uno de los empleados, al advertir la situación, había logrado tomar su aparato y ocultarlo debajo de una colcha, reveló Ramón, el yerno de la víctima fatal.

Tras la huida de los individuos y no escuchar ruidos extraños en la vivienda, el hombre tomó el celular y se comunicó inmediatamente con Ramón. “Llamá a la Policía, están asaltando a don Miguel Sarquiz”, habría alcanzado a decir en voz baja, antes de cortar la comunicación de pocos segundos por temor a que los delincuentes lo descubrieran y le hicieran daño.

Inmediatamente, Ramón fue hasta la sede de la Departamental Banda y comunicó el hecho. El familiar de la víctima se trasladó hasta el domicilio de su suegro y segundos después lo hizo la Policía. La puerta de ingreso estaba cerrada, por lo que Ramón –según afirmó- autorizó que los uniformados violentaran la abertura. Con precaución, los policías y el familiar ingresaron y comprobaron que el dueño de casa se encontraba en el piso, con la colcha sobre el cuerpo, un disparo en el estómago y, al parecer, sin signos vitales.

En otras habitaciones, estaban los empleados con mucho miedo porque, tras escuchar el estampido del arma de fuego, creyeron que también iban a ser asesinados para que no dijeran nada de lo que vieron.

Todos los empleados fueron trasladados a la sede policial donde comenzaron anoche a brindar sus testimonios, a fin de establecer los fotofit de los sospechosos. No obstante, la Brigada de Investigaciones de la Departamental inició ayer averiguaciones para establecer la identidad de los delincuentes.

La víctima había

sufrido un brutal ataque en enero de 2010

Miguel Sarquiz había sufrido un violento episodio en el mismo domicilio de la calle Omill, donde luego fue ultimado de un disparo.

Eran aproximadamente las 13 del jueves 28 de enero de 2010 cuando tres sujetos encapuchados ingresaron en la casa, a sabiendas de que no había otra persona más que su propietario.

A esa hora siempre quedaba solo porque sus empleados y el personal de seguridad se retiraban, hasta que venían sus colaboradores de la tarde.

Poco después, arribó uno de sus nietos, quien al golpear la puerta fue “atendido” por uno de los delincuentes, por lo que enseguida fue reducido e inmovilizado.

Bajo amenazas, los malhechores le pedían dinero a Sarquiz, aunque en realidad no había suma importante guardada en las cajas fuertes, pues no se había realizado ninguna operación comercial de importancia, indicaron sus familiares.

Abuelo y nieto fueron maniatados con precintos de plásticos por parte de los desconocidos, que tenían sus rostros casi cubiertos, lo que impidió a las víctimas que pudieran dar detalles de sus rasgos fisonómicos.

De acuerdo con lo que contó en aquél momento el joven a los investigadores, los ladrones llevaron a su pieza a su familiar, donde la advertían que le iban a sacar el ojo, ya que el izquierdo era una prótesis que le habían colocado después de haber sufrido un accidente.

En ese momento, uno de los encapuchados le aplicó un fuerte golpe en la cabeza que efectivamente le hizo caer el ojo artificial a Sarquiz, a quien también le quitaron violentamente la dentadura postiza. Los sujetos salieron de la vivienda y se dirigieron a pie, según dijeron los testigos, hacia la avenida Aristóbulo del Valle, donde se presumía que habían dejado un automotor para escapar o donde los aguardaba un cómplice.

Producto de la golpiza, el hombre mayor quedó sangrando en su habitación, hasta que su nieto pudo liberarse de los precintos para pedir ayuda a la calle. l

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