“Watcher”: destacada pieza de suspenso con toque feminista “Watcher”: destacada pieza de suspenso con toque feminista
En esta novedad están asociadas
las productoras y distribuidoras
IFC Midnight y Shudder, muy
apreciadas por los aficionados al
terror, por estar especializadas en
el género.
La realizadora estadounidense
Chloe Okuno debuta en el
largometraje con esta pieza que,
aunque no habrá de pasar a la historia
del cine, es más que atendible
y sirve para cimentar el prestigio
de su autora. Okuno había
presentado en 2014 el muy buen
corto de género “Slut”, con el que
“Watcher” tiene puntos de conexión.
Seguramente la notoriedad
de esta obra breve le habrá posibilitado
la participación años más
tarde en “V/H/S/94”, antología para
la que escribió y dirigió “Storm
Drain” (cuyo tema central era un
hombre-rata).
“Watcher” es un thriller psicológico,
un film de los que construyen
meticulosamente, pausadamente,
el suspenso. El sentimiento
de indefensión y la paranoia de
la protagonista, Julia, quien se muda
con Francis, su pareja, de EE.
UU. a Bucarest por una oportunidad
de trabajo que le surgió a él,
tiene reminiscencias del Polanski
de la llamada “trilogía de los departamentos”
(“Repulsion”, de
1965, “Rosemary’s baby”, 1968, y
“Le locataire”, 1976); hay, además,
una referencia directa a un clásico
muy “hitchcockiano” de Stanley
Donen, “Charade” (1963); y cualquier
cinéfilo pensará en el rol de
la mirada y el voyeurismo, medulares
en las tramas del propio Hitchcock,
y que se hacían explícitos en
“Rear window”
Como Jeff (James Stewart),
de “La ventana indiscreta”, Julia
se aburre en la soledad de su
departamento mientras Francis
se va a trabajar casi todo el día,
y descubre que alguien la observa
desde el edificio de enfrente.
El título de la película, “Watcher”,
parece referirse a ese extraño;
pero Okuno dota a su trama
de una bienvenida ambigüedad:
la propia Julia se vuelve observadora.
Esa silueta espeluznante
en la ventana vecina, más
los ventanales inmensos del departamento
van creando la atmósfera
de exposición y desprotección
que, a la vez, va creando
tensión en la trama. Para colmo
de males, en los noticiarios televisivos
y periódicos hay referencias
a la actuación de un asesino
serial, apodado “la Araña”,
que está atacando a mujeres en
la ciudad. Para completar el creciente
malestar de Julia, se siente
mayormente excluida por no entender
rumano, incluso cuando
su pareja conversa con locales.
No es casual que en la trama Julia
sea una joven que se ha postergado
a sí misma, sacrificando su
propia realización por acompañar
a su pareja. En gran parte de
toda dicha tensión se encuentra
una perspectiva feminista, que
era menos sutil en el mencionado
corto “Slut”. Okuno narra el “miedo
femenino” de un mundo hecho
a medida del varón.
En “slut”, otro
asesino serial representaba el rol
cazador masculino; este agresor
decía en una escena: “la mitad
de la diversión es la cacería.
Chicas como tú lo hacen muy fácil”,
lamentándose de que una de
sus víctimas fuera una “buscona”
(slut). La liberalidad sexual de la
mujer es vista como una anomalía,
una invitación al abuso, la violación
y el crimen.
Julia es mirada como una histérica,
incluso por su pareja, cuando
expone sus sospechas; lo cual
es, además, un lugar común en
este tipo de thriller de suspenso:
la soledad del héroe / heroína, a
quien nadie le cree.
“Watcher” es
una película para quienes prefieran
la construcción sutil de atmósferas;
en este sentido, el trabajo
narrativo de la realizadora a la hora
de crear tensión es tan efectivo
que da pie a un par de sobresaltos
genuinos (no los burdos sustos
habituales en el cine pochoclero).
Por esto, extraña que en el cierre
haya una falta de “timing”, las
acciones del clímax se ven venir y
hasta impresionan como inverosímiles;
pero a pesar de ello y de una
trama que se mueve dentro de los
rasgos genéricos, “Watcher” es
un espectáculo destacado, que
merece ser “observado”.