Fuerte condena de la Iglesia Católica al tráfico de drogas Fuerte condena de la Iglesia Católica al tráfico de drogas
En un documento enviado a EL LIBERAL, Torrado Mosconi indicó: “La Argentina se ha convertido en un nuevo territorio narco. Los hechos de violencia inusitada, el aumento del consumo de drogas y los crecientes hallazgos de tráfico de drogas nos muestran que, lamentablemente, nuestro país se ha convertido en el territorio narco del fin del mundo.
Me parece trágico que recién ahora estemos tomando conciencia de esta realidad, sin embargo, “más vale tarde que nunca” esperemos que toda la sociedad pueda tomar las iniciativas que nos lleven a superar esta difícil situación.
Al ver las consecuencias de la acción delictiva de estos cárteles, en diversos lugares de América latina, como México y Colombia, vemos que no se trata de un tema menor. La crueldad y la violencia desatada en estos países nos indica que si no estamos a la altura de poner un freno a estos accionares, corremos el riesgo de llegar a una verdadera disolución como sociedad, y a terribles guerras entre bandos que tienen como rehenes al pueblo que padece resignado y lleno de temores esta situación.
Si no queremos llegar a este extremo, nuestra lucha debe ser firme, decidida y eficaz contra los narcotraficantes, contra las drogas y las adicciones.
Los narcotraficantes son personas inescrupulosas que lo único que les interesa es hacer dinero a cualquier precio, aunque cueste la vida de inocentes y la destrucción de jóvenes y familias enteras.
Es por eso que el Estado tiene el deber indelegable de investigar, perseguir y condenar, siempre en el marco de la Justicia, a estos mercaderes de la muerte.
Es sabido que estos delincuentes tienen cómplices metidos en toda la sociedad, e incluso en aquéllos que tienen la misión de cuidar y formar la sociedad. Por eso debemos estar atentos ante quienes quieren presentar el tema del consumo de drogas como un derecho individual.
En efecto, debemos tener claro que las drogas prohibidas vienen a destruir la sociedad, y a veces se las pretende presentar como sustancias inocuas, que hasta serían menos perniciosas que otras que ya son legales. Detrás del tema de la despenalización del consumo se está fomentando el negocio de los narcotraficantes que cambiaría de modalidad para mover industrias millonarias como son las del tabaco y el alcohol. Además, esas teorías desconocen el papel importante que deben tener las leyes en el orden pedagógico de una sociedad. Estas deberían mostrar claramente lo que es bueno y rechazar enérgicamente todo aquello que proponga el deterioro personal y social.
Las personas de buena voluntad no podemos permanecer perplejos e inactivos ante esta situación. Debemos, ante todo, buscar modos concretos de contención de los jóvenes que aún no han caído, y ayudar a levantarse a aquéllos que están postrados en esta terrible situación”. l







