"Maestro Amor": "Todo lo que la sociedad no acepta, lo tira dentro de la cárcel" "Maestro Amor": "Todo lo que la sociedad no acepta, lo tira dentro de la cárcel"
Semanas atrás, mientras aún se desarrollaba el debate en su contra en las instalaciones de la Cámara Penal N° 2, fue consultado respecto de su experiencia en los penitenciarios. Cabe recordar que el ‘facilitador espiritual’ estuvo preso alrededor de un año entero, teniendo en cuenta las investigaciones en su contra abiertas en Catamarca y La Rioja. Sin conocer aún que el fallo del tribunal conformado por los jueces Luis Raúl Guillamondegui, Jorge álvarez Morales y Rodolfo Bustamante le sería sumamente adverso, el riojano de 40 años sacó en limpio lo que hizo durante su estadía.
‘No es fácil estar en una cárcel, evidentemente. Sin embargo creo que hice cosas positivas, por ejemplo, una de las cosas que hice fue pensar mucho en lo importante que es tener blindajes, ya sean jurídicos, legales y todo lo que represente un blindaje, para que cuando lleguen este tipo de casos se puedan desarrollar a través de los profesionales”, señaló Ocampo.
Según se pudo conocer apenas fue condenado el “Maestro Amor” llegó a la cárcel en un móvil de traslado. Alrededor de las 13.30 comenzó con los trámites de ingreso. Fue escoltado hacia la torre central donde llenaron las fichas con los datos relevantes. Luego de otros procedimientos de rutina, quedó alojado en el pabellón de admisión, un lugar de celdas unipersonales donde los recién llegados permanecen una semana como forma de adaptación.
“Cuando uno pasa por el frente (de la cárcel) piensa ‘todas las personas horribles están ahí’ y no es así, yo encontré personas muy lindas ahí adentro, de buenos valores y he podido disfrutar, en el sentido de tomar mate, de hablar de sus cosas. Ellos me contaban sus problemas y yo les contaba cosas mías. La cárcel es vista como algo muy monstruoso, lo que yo digo es que lo que la sociedad no acepta, lo tira ahí dentro también. Uno hace esa proyección. Es muy notorio porque toda oscuridad que la sociedad no quiere condensar o reconocer la tiene que proyectar en otro, porque así es más fácil llevarla”, reflexionaba Ocampo. l








