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María Marta García Negroni: “La escritura debe ser comprendida por la mayor cantidad de gente posible”

06/08/2016 19:33 Viceversa
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María Marta García Negroni: “La escritura debe ser comprendida por la mayor cantidad de gente posible” María Marta García Negroni: “La escritura debe ser comprendida por la mayor cantidad de gente posible”

HACÉ CLICK AQUà PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE EL LIBERAL Y ESTAR SIEMPRE INFORMADOPor Gabriel Hoyos Izurieta- De la redacción de EL LIBERAL

“El texto es un objeto fetiche

y ese fetiche me desea. El texto

me elige mediante toda una

disposición de pantallas invisibles,

de seleccionadas sutilezas:

el vocabulario, las referencias,

la legibilidad, etc.; y perdido en

medio del texto (no por detrás

como un deus exmachina) está

siempre el otro, el autor.” Así

expresaba Roland Barthes su

devoción por la palabra escrita

en “El placer del texto”. Los

textos que inmortalizan ese goce

por la escritura y la celebran

en cada acción de leer. Ese texto

que merece la especial atención

de quienes se ocupan de profundizar

en el estudio del lenguaje.

María Marta García Negroni

es doctora en Ciencias del

Lenguaje por la école des Hautes

études en Sciences Sociales

y profesora titular regular de la

Facultad de Filosofía y Letras de

la UBA (Cátedra Corrección de

Estilo). En su paso por la provincia,

la lingüista concedió una

entrevista a EL LIBERAL.

Invitada por Edunse, la Editorial

de la Universidad Nacional

de Santiago del Estero (Unse),

García Negroni dictó una

capacitación en edición y corrección

de estilo en las instalaciones

de la Caja Complementaria

el 4 y 5 de agosto.

¿Por qué hablamos con María

Marta? Porque es una experta

en el lenguaje y, sobre todo,

porque es didáctica y generosa

a la hora de compartir los conocimientos

producidos en los

círculos académicos, como bien

lo hace en la tercera edición de

su libro, “Para escribir bien en

español: claves para una corrección

de estilo” (Waldhuter Editores,

2016)

Segura y perspicaz en cada

respuesta, la Dra. Negroni

es partidaria de “democratizar

el saber”. Se mostró gustosa de

haber sido invitada por Edunse,

y manifestó su intriga respecto

al “uso de los tiempos verbales

de los santiagueños”. La entrevistada

habló sobre diversos temas,

desde el trabajo del editor,

pasando por el lenguaje y terminando

sobre los libros.

Vino a la provincia a dictar

un taller sobre edición

de libros. ¿Qué involucra

la edición? ¿Es difícil editar

hoy?

Es mucho trabajo editar un

libro sobre todo si uno lo hace

a conciencia. Primero hay que

escribirlo y luego pasa a la etapa

de la editorial y ahí por sucesivas

etapas en las que intervienen

correctores, diagramadores,

diseñadores, editores, para

lograr un resultado que permita

que ese texto, que fue pensado y

producido por un autor, sea recibido

por los destinatarios de la

mejor manera posible. Es decir,

sin errores de ningún tipo, digamos

errores gramaticales, ni ortográficos,

pero también escrito

de tal manera que sea comprensible

y permita a los lectores acceder

al conocimiento porque

los textos cuando están mal escritos

o escritos de una manera

abigarrada o demasiado criptica,

hace que el conocimiento

no circule, y que quede limitado

a un circuito mínimo en

que esos textos son comprensibles,

cuando en realidad lo que

debemos hacer es democratizar

el saber. Y la edición está para

eso, para ayudar a los escritores

a mejorar el estilo, mejorar

su escritura, para que pueda ser

comprendida por la mayor cantidad

de gente posible.

¿Por qué hablamos de

un arte de escribir bien en

español, que casualmente

es el título de una de sus

obras?

Ese es el primero de la colección

de libros que fui escribiendo

desde 2001. Se me ocurrió

ese título porque hay como

una serie de textos que se llaman

por ejemplo el arte de conjugar,

el arte de escribir, el arte

de pensar, que tiene que ver con

concebir este tipo de acciones

desde el goce estético, el cuidado,

pero al mismo tiempo dar

las herramientas de ese arte para

poder ser lo más eficaz posible

con la escritura.

La corrección no se limita

estrictamente a evitar el error,

también busca ayudar, siempre

respetando el estilo original

del autor, pero uno puede

darle opciones. Si se puede conversar

con el autor para proponerle

opciones de reescritura,

siempre buscando que el texto

sea más eficaz, sobre todo en

los discursos académicos que se

publican en las universidades.

Es importante que el saber se

democratice y no quede reducido

a un grupúsculo de iniciados

en la disciplina.

El uso del lenguaje siempre

recae en sus vicios. A

manera de resumen ¿cuál

se podría resaltar?

Uno es el uso del gerundio

inadecuado. Tenemos exceso

de esto porque hay mucho calco

del inglés y del francés que tienen

formas que se traducen literalmente

como si fueran gerundios.

Otros que me parece aún

más grave es la correlación de

tiempos, que son muy frecuentes

en periodismo y yo creo que

en eso hay que tener mucho cuidado.

Por ejemplo “En 2001 la

gente pedía que el gobierno se

vaya”, cuando en realidad ahí lo

que corresponde es que “pedía

que se fuera”. Que se vaya es incorrecto

en ese contexto porque

ya se fue ese gobierno.

Después hay errores más pequeños,

como preposiciones,

dequeísmos, queísmos. Cuando

se dice “Me alegro que te haya

ido bien”, cuando en realidad

corresponde “Me alegro de que

te haya ido bien”. Lo que ocurre

es que hay errores que están estigmatizados

y errores que no

están tan estigmatizados.

En su apropiación del

lenguaje, se dice que los jóvenes

tienen una forma diferente

de expresarse.

Los jóvenes hablan con su

cronolecto. Nosotros hablamos

español, tenemos múltiples dialectos,

dentro de cada dialecto

hay sociolectos, cronolectos; es

decir tenemos uso de la lengua

según distintas categorías, clase

social, nivel educativo, según

las edades. Los jóvenes tienen

un cronolecto que los caracteriza.

La lengua es un organismo

vivo, que crece, que vive, entonces

cada nueva generación va

incorporando cosas y olvidando

otras.

Me parece que es importante

que, sobre todo desde

los medios, se amplíen los registros,

los distintos modos de

hablar, porque si en los medios

se escribe o se habla de la misma

manera que hablan los jóvenes,

eso sí me parece un problema.

Los chicos no hablan

mal, sino que acceden a otros

modos de decir que tienen una

construcción del mundo muy

limitada. Porque a través del

lenguaje construimos nuestra

representación del mundo.

Y el periodismo…

Ahí el periodismo tiene

un deber en la formación de

la gente. En la escuela mucha

gente no llega al secundario, y

mucho menos a las universidades.

Entonces los medios tienen

ahí un deber social importante.

Si hablamos todos iguales,

tenemos un lenguaje más

reducido.

Hay algunos términos

en inglés, que sin embargo

se usan en castellano,

los denominados extranjerismos.

¿Por qué tiende a

ocurrir esto?

Eso pasa porque estamos

en un mundo globalizado, entonces

las redes sociales, internet,

hace que se inventen cosas

y no hay tiempo de buscar traducciones.

Ante esto hay distintas

opciones frente a una palabra

extranjera: uno puede traducirla,

o usar un calco, es decir,

traducir literalmente, por

ejemplo con la palabra fútbol

usar balompié, en el caso de

mouse, usar ratón. Y la otra opción

es usar la palabra extranjera

como en préstamo, que sería

el caso nuestro de fútbol, ya que

no decimos balompié, pero no

escribimos con doble “o” ni con

doble “l”, es decir la palabra está

castellanizada.

Con las palabras procedentes

de otros idiomas no hay que

asustarse. Todas las lenguas se

nutren de palabras extranjeras

procedentes de otros idiomas.

El inglés en particular, últimamente

es una lengua de la que

tomamos muchas palabras porque

básicamente es la lengua

del imperio. También el uso tecnológico

hace que usemos palabras

provenientes de esa lengua.

Antes era el francés, o el

italiano. Nosotros tenemos en

Argentina muchísimas palabras

procedentes del italiano porque

tuvimos una inmigración italiana

y española muy importante.

Con lo que hay que tener cuidado

es con las copias de las sintaxis.

El español es una lengua

mucho más activa que el inglés.

Volviendo al tema del libro,

frente a opiniones que

hablan sobre el fin de los libros,

Umberto Eco consideraba

que el libro ha superado

la prueba del tiempo

y seguirá siendo lo que

es. ¿Está de acuerdo con

eso?

Por ahí se discute del formato

en papel, pero existe el eBook.

Hemos pasado del papiro

al libro encuadernado. Cada

cambio tecnológico modifica las

condiciones de producción, y de

circulación de los textos, pero

seguirán. Y si ocurre como aparece

en Fahrenheit que se queman

todos los libros, la gente

los recuerda. Eso es una cuestión

de humanidad.

Estos cambios implican

un desafío para los editores.

Es el caso del eBook, aunque

ya hay mucha gente formada

en esos niveles. Son herramientas

distintas, pero en el

fondo es lo mismo, trabajar con

textos para que estos circulen y

permitan la difusión de los conocimientos,

de la literatura, de

lo estético y del goce por la palabra.

¿Qué particularidades

ha podido percibir en

el lenguaje que emplea el

santiagueño?

Ustedes usan mucho el perfecto

compuesto, he ido, he venido,

me ha dicho. Yo trabajé

sobre la distinción en el español

de Buenos Aires entre el

perfecto simple y el compuesto,

es decir entre “comí” y “ya

he comido”. Para nosotros en

Buenos Aires el más frecuente

es “comí”, pero eso no significa

que no usemos el “he comido”.

Yo puedo explicar el español

de Madrid, pero no sé cómo

funciona en Santiago, donde el

impacto del compuesto es bastante

más notorio. Donde para

el relato usan el perfecto compuesto

y eso es muy llamativo. l

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