Por José Emilio Jozami.
La inmadura democracia argentina La inmadura democracia argentina
En octubre se cumplirán 41 años de vida en democracia de la República Argentina. Pareciera que todos estas más de cuatro décadas no fueron suficiente para el crecimiento madurativo de una sociedad, de un pueblo, de un estado, que fue hace muchos años el conocido "granero del mundo".
Argentina el país que fue potencia mundial, aquel que en algunos años tuvo el mayor nivel de alfabetización superando a potencias como a los Estados Unidos.
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Esta reina de la plata que hoy todavía goza de maravillas geográficas, climas de todo tipo, riquezas insondables y es increíble que viva en el constante error de elegir mal a sus conductores.
Muchos psicólogos o especialistas dicen que los años de vida no encierran necesariamente la madurez de una persona. Los podrá haber un adolescente de 17 con mayor madurez que un adulto de 30 o de 40.
Que es lo que deberá incidir para que ello suceda, lo responderán mejor los que saben. Será la educación recibida, las vicisitudes de una vida llena de luchas y tristezas que los llevo a un aprendizaje y un crecimiento más acelerado.
Tal vez aquellos de 30 o 40 que vivieron una eterna primavera, gozando de riquezas heredadas, de bienes mal habidos, de dulzuras que les ofreció la vida sin penurias y con derroches de alegrías. Seguramente la madurez no les llegó todavía, tampoco creo que la esperan, es más se sienten mejor así, sin ella.
Pues creo que se sabe que la madurez trae consigo lo que viene de la palabra "respuesta", de responder, de dar sentido a su vida. Hablo que con la madurez viene incita la RESPONSABILIDAD DE NUESTROS ACTOS.
Argentina padece en las últimas décadas de una falta de lideres responsables de sus actos.
Hace poco veía un video donde una mujer del partido obrero en una reunión de un mitin político peronista, llamando compañeros a los presentes les enrostraba el cerrarse en la consigna partidista y no abrirse a entender que hay otras personas que pueden pensar como ellos sin la necesidad de llamarse peronistas.
Uno de los serios problemas entiendo de este hermoso país creo fue ese. La identidad de la militancia sin pedir credenciales de capacitación, de compromiso por los valores y los principios, no me importa es un compañero, un correligionario, un lo que fuera por eso hay que apoyarlo y darle todo, sin conocer su verdad, su idiosincrasia, su persona, su PRONTUARIO.
Ese militante que mañana cuando se es gobierno será funcionario sin idoneidad, con la sola "capacidad" de ser un militante. Tendrá poder de manejar cuestiones de estado que comprometan, la salud, la seguridad, la vida de millones de ciudadanos. El militante que pasara por arriba de una persona con mejores criterios, tal vez más educación, principios, valores y conocimientos en la materia en la que se deba actuar.
Esta democracia inmadura que recrudece cuando no reconoce en su enemigo, porque el desconocimiento llega a tal punto en la política que parece no poder llamarlo adversario o contrincante como en el deporte.
Ese reconocimiento de lo bueno que pueda dejar el que se fue y que es derribado por el que llega simplemente porque no fue el, el que lo realizó. Si el no lo crea no sirve, una dictadura cerebral, infame, hasta estúpida si se me perdona el término.
He tenido la oportunidad de trabajar en el Senado de la Nación en los 90 por un año y me juré no participar nunca más en política.
A veces recuerdo la clasificación de un autor que se preguntaba si era posible actuar en política y vivir éticamente, la estudié en la facultad y la respuesta de la mayoría de las doctrinas postulaban por una idea negativa, salvo el cristianismo y el catolicismo que en su inmensa bondad abrazadas al amor deben siempre creer que es posible.
Hoy el actual presidente pone al país enfrentado a su madre patria, por una simple cuestión de orgullo, de una enorme carencia de sentido común. Despotricando contra una forma de gobierno distinta a su pensamiento y comparándola con la peor enfermedad y desgracia que el mundo sufre hoy. El socialismo es el cáncer de los pueblos dijo el león de la avenida.
Ese no es un líder positivo, ese no es el presidente que me infundirá el deseo de PAZ que la Argentina y el mundo necesita.
Llamar corrupta a la esposa de un colega, es asignar la atribución de delitos a esa persona, es una clara calumnia como lo define el código penal argentino. Entrometerse en lo que respecta a la decisión de la justicia de otro país quien tiene la labor de determinar si la situación de la esposa del presidente español es o no culpable de algo, es una enorme falta de respeto por las instituciones de un país hermano.
No creo que a nuestro ministro de justicia o a los miembros de la Corte Nacional de justicia les agrade que algún presidente extranjero directamente o indirectamente les diga lo que tienen que hacer.
La Unión europea a través de sus autoridades han manifestado su apoyo al país europeo en contra de los dichos del presidente argentino como varios empresarios españoles han solicitado la retractación del primer mandatario del país campeón del mundo de fútbol.
El perdón es uno de los dones mas preciosos que Dios ha puesto. Pedir perdón, como aceptar unas disculpas es una muestra de madurez y empatía del ser humano. Es un signo de madurez intelectual y espiritual y para nada un síntoma de debilidad que los ignorantes sin sinapsis quieren imponer en el afán de ver quien tiene más poder.
El pueblo ha sufrido antes y sigue sufriendo ahora, en 40 años de democracia sigue lamentando muertes por inseguridad, injusticias, problemas de inestabilidad económicas resueltas momentáneamente por escaso tiempo, lo que hace que Argentina sea un país cíclico.
Argentina, donde la pasión es inocultable, como buenos latinos que somos, una geografía llena de bendiciones envidiada por muchos países del mundo, con riquezas descubiertas y cuantas, por descubrir, ¿por qué tanta desdicha?
Si esta la derecha con sus falencias o la izquierda con sus errores, sin nada de autocrítica, se siguen sucediendo en el tiempo y parece que será de nunca acabar.
Peronistas, radicales, transversales, ahora libertarios, volver a las palabras de Aristóteles, sería muy sano y aconsejable: "todos los extremos son malos, que viva el justo medio "
El respeto por los derechos de todos, la protección de los vulnerables, el limite del derecho en el derecho del otro, evitar el daño, el desprecio, la discriminación, nos hará mejores a todos como pueblo, como nación, así sabremos elegir a un líder y si nos miente como nos mintieron todos saber reclamarles y sancionarles porque el PODER, siempre hay que recordarlo es del PUEBLO y se lo prestamos A QUIENES NOS REPRESENTAN.
Argentina se merece vivir en paz, con gobernantes honestos, serios, RESPONSABLES, que una al pueblo, que lo eduque y le permita vivir dignamente, con salud y justicia, y amores conductores directos a la PAZ.
La licencia de conducir se la otorga con la mayoría de edad, en la edad que se supone comprendemos la razonabilidad de nuestros actos. Sería bueno saber si nuestro país tiene ya aun con 41 años de vida democrática esa adultez que se requiere para conducir a un pueblo ávido de dignidad, y honestidad de sus gobernantes para ser el país Maduro que todos anhelamos.