Por Rosario Sánchez
Inteligencia artificial y Derecho: nuevos desafíos Inteligencia artificial y Derecho: nuevos desafíos
Desde hace un largo tiempo nos encontramos inmersos en un mundo volátil, complejo, incierto y ambiguo, donde el uso de herramientas digitales y la inteligencia artificial (IA) interpela nuestra vida personal, social, económica.
Con el auge de la inteligencia artificial las posibles aplicaciones parecen infinitas. Esta revolución digital está suscitando temores y preguntas, y consecuentemente un cambio en nuestro desarrollo profesional, debiendo enfocar nuestro objetivo en no temer a que la tecnología nos reemplace, sino a utilizarla como una herramienta y ver en qué nos puede facilitar nuestra labor diaria.
Dado que la misma se aplica en forma transversal a nivel global es importante diseñar mecanismos y normas aplicables a toda la humanidad. Claramente para cumplir con este objetivo debemos equilibrar las brechas digitales que hoy existen mediante la asistencia, impulsar la cooperación de los Estados nacionales a fin de generar acceso y educación, respetando la idiosincrasia cultural de cada país y adecuándonos al nuevo escenario de multilingüismo necesario para su comprensión, fortaleciendo la inclusión de personas en situación de vulnerabilidad como las mujeres, disidencias, niños, niñas, adolescentes y adultos mayores, entre otros.
Es necesaria la formación y que se incorporen tanto aspectos teóricos con herramientas prácticas eficaces donde se analicen las ventajas, oportunidades y potenciales peligros de la aplicación de los medios electrónicos e inteligencia artificial.
Por una lado requiere de formación integral y trabajo en equipos interdisciplinarios que nos permita entender los datos, el aprendizaje automatizado y la toma de decisiones. Ello nos permitirá adaptarnos a los cambios que se generan a fin de incorporar herramientas para nuestro ejercicio profesional, donde claramente estamos atravesando un cambio de paradigma.
Ahora bien, ese cambio de paradigma debe tener el foco en la práctica de los derechos humanos para generar sociedades justas, sostenibles y equitativas.
La abogacía de este siglo tiene un gran desafío que va más allá del objeto jurídico, ya que debe tener un rol centrado en que las personas que están viviendo el conflicto, puedan gestionarlo adecuadamente y esto nos lleva a mirar más allá del enfoque de la resolución jurídica.
Nuestro ejercicio profesional sin dudas tendrá que abordar una etapa de formación no solo en IA, sino en otras formas de gestión y resolución de conflictos, y requerirá de una capacitación permanente para afrontar los nuevos problemas.
El uso de la IA y otras herramientas digitales tienen un gran potencial, existen numerosas oportunidades y retos que nos permitirán fortalecer y transformar nuestro ejercicio profesional. Se debe dar prioridad a los valores esenciales, estos sin duda deben ser los principios que nos guíen para implementar este mecanismo de acceso a justicia, donde los operadores y operadoras debemos ser competentes y comprometidos con el uso de los mecanismos digitales que haga que nuestra intervención sea eficaz en el abordaje del conflicto.
Fuente: Infobae