El conductor, de Quimilí, había buscado a su nena en Añatuya. En el camino, perecieron la niña y un amigo del padre. Desolación en la zona.
Mecánico viajaba con su hija por el Día del Padre, volcaron en la R. 92 y ella murió junto a un amigo Mecánico viajaba con su hija por el Día del Padre, volcaron en la R. 92 y ella murió junto a un amigo
Una niña de nueve años dejó de existir trágicamente ayer a la siesta en la ruta 92, en departamento Juan Felipe Ibarra, al volcar la camioneta que venía al mando de su padre, Sebastián Díaz, mecánico de 39 años, quien sobrevivió y la había retirado en Añatuya y la llevaba a Quimilí para celebrar el Día del Padre.
En el accidente también pereció Oscar Fernando "Gusano" Bravo, ayudante del conductor. El accidente sobrevino a la altura del paraje Puna, a 15 kilómetros de Vilelas, Juan Felipe Ibarra, de acuerdo con la investigación del personal policial jurisdiccional.
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Un desastre
Allí, una camioneta Ford Ranger, al mando de Díaz, se habría encontrado con un bache. El chofer perdió el control de la unidad y fue hacia la banquina, donde dio al menos un tumbo, se estrelló contra un árbol y se incendió.

En el infernal proceso y en una fracción de segundos, padre e hija salieron despedidos. Al arribar los policías y los bomberos, hallaron a la nena, Iris Francisca Díaz, sin vida a tres metros de la cinta asfáltica. La muerte fue casi instantánea.
También pereció "Gusano" Bravo, pero en el interior del vehículo. Lo que se ignora es si la muerte fue resultante del terrible impacto, o bien por efecto del fuego.

A su vez, a cuatro metros del vehículo los uniformados encontraron, llorando, a Díaz. Como pudo, el hombre relató a los investigadores que no pudo controlar la camioneta. Después, los policías lo condujeron al Hospital con quemaduras y posibles fracturas.
Los bomberos trabajaron rápido y con mucho esfuerzo lograron rescatar el cuerpo de "Gusano" Bravo. Después, los cuerpos de los dos fallecidos fueron derivados al centro de salud, a la espera de que la Justicia resuelva si dispone, o no, la realización de sendas autopsias. Finalmente, expertos de Criminalística trabajaron en pericias esclarecedoras.

Añatuya, sin consuelo: el último adiós a la chiquita
La pequeña vivía con su mamá Erika Núñez y el resto de su familia en el barrio Belgrano, y concurría a la escuela Florentino Ameghino de la ciudad de Añatuya.

"Desde la escuelita de Patín "Piruetas Sobre Ruedas" queremos acompañar en este doloroso momento a Érica Núñez, mamá de nuestra querida Iris. Una niña tan alegre y amorosa. Te llevaremos en nuestros corazones toda la familia de Piruetas sobre Ruedas. Tus compañeritos y tu profe siempre te recordaremos! Gracias por haber iluminado la pista con tu alegría y color siempre", fue la triste despedida a la víctima.
La ceremonia final, la más dura tal vez, se "vivirá" hoy o mañana con el triste adiós en el cementerio local de Añatuya, adelantaron los voceros.
Bravo, de changarín hasta "rueda de auxilio" de los bomberos
Bravo era un hombre muy querido en Quimilí. Sus amigos lo recordaron ayer como el trabajador, el "todista", aquel hombre que se ganaba la vida en cualquier changa.

Siempre solía vérselo trabajando. Hasta recordaron que en ocasiones ayudaba a los bomberos en los auxilios. Sin ser bombero, anoche le reconocían vocación de servicio.
Hombre de pocas palabras, su estirpe de servicial alcanzaba y sobraba para que la gente le pidiese gauchadas. Es decir, la colaboración y ayuda eran mutuos.
Su entorno señaló ayer que acompañó a Díaz para que retirase a su hija en Añatuya. Después, proyectaba retornar a Quimilí y buscar más changas porque a él también golpeaba la crudeza económica del país.
En el camino, el accidente segó su vida. Ni bien la noticia llegó a Quimilí, el lamento fue colectivo, ya que era muy conocido en la ciudad.








