En un zoom exclusivo con EL LIBERAL, el actor mexicano destacó el enorme orgullo que le da ser parte y protagonista de un personaje icónico en el arte cómico.
Miguel Islas: "Yo daba mi vida por hacer a Don Ramón" Miguel Islas: "Yo daba mi vida por hacer a Don Ramón"
El actor mexicano, Miguel Islas, jamás imaginó que en su carrera actoral (también es músico) iba a hacer realidad su sueño de interpretar a Don Ramón, ese entrañable personaje que hizo Ramón Valdés en "El Chavo" y que hoy revive en "Chespirito: sin querer queriendo", la biopic sobre Roberto Gómez Bolaños y que en Santiago del Estero se lo emite por Canal 7,
Para hacer realidad el sueño dorado de ponerse en la piel de ese personaje enojón, pero bonachón, padre de la Chilindrina, hábil escurridizo para pagarle la renta al Señor Barriga y no muy afecto al trabajo, Islas participó de un casting a nivel mundial que llevó un proceso estimado de dos años. Hizo muchas pruebas y, finalmente, hoy brilla como Don Ramón.
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"Yo daba mi vida por hacer este personaje", destacó Islas en un zoom exclusivo con EL LIBERAL. "Aquí estoy, a sus órdenes, desde la vecindad", resaltó sonriente antes de empezar la entrevista. Tras brindar detalles del camino andado para la construcción de su personaje, recordó que cuando él tenía 8 años conoció a Ramón Valdés, el actor mexicano que dio vida al carismático Don Ramón. Fue cuando asistió a una función del circo del gran bufón mexicano.
(Entrevista vía zoom con EL LIBERAL)
-¿Cuál fue tu reacción cuándo te confirmaron que serías Don Ramón?
-El día que me avisaron que yo interpretaría a Don Ramón, estaba en la ciudad de León, Guanajuato, en México, e iba a dar un concierto justamente esa noche. Yo daba mi vida por hacer este personaje. Realmente era para mí un sueño que desde niño venía yo imaginando y creando. Cuando me avisaron que estaban haciendo casting para la serie, yo sentí como que se me salía el alma un poquito. Y el día que me avisaron, fue una emoción total.
-Tamaña responsabilidad, teniendo en cuenta la envergadura del personaje.
-Caí en cuenta de la responsabilidad que tenía en los hombros de interpretar a este personaje tan icónico, tan querido, tan amado en la cultura latinoamericana, la cultura de habla hispana. Y rápidamente me puse a trabajar. Trabajé muchísimo en la creación del personaje, en ver muchos videos de él, en hacer mucho estudio. Pero, sobre todo, una emoción muy grande y acompañada muy rápido de una responsabilidad que yo sabía que tenía en los hombros muy grande. Porque Ramón Valdés es, creo sin duda, y no porque sea yo el actor que interpreta este personaje, pero sí creo que puede llegar a ser el más querido, con el que la gente más se identifica con él, el más humano, el más humilde, el que representa más como al ser humano en su totalidad. Yo sabía que había un compromiso muy grande. Y, bueno, hice mi mejor esfuerzo y ahí está el trabajo.
- ¿Qué sensaciones te embargaron en la medida que ibas vistiéndote y hablando como Don Ramón?
-Mucho asombro. He trabajado mucho en la caracterización, esos ojos verdes que tenía Ramón. Yo cada vez, cada prueba de caracterización o de vestuario que hacía, me iba sorprendiendo mucho. Trabajaba mucho en bajar de peso, en tratar de tener esa fisionomía que tenía Ramón Valdés tan única, porque no sólo era flaco, sino que era como plano. Poco a poco me fui dando cuenta que estas herramientas, tanto el vestuario como la caracterización, me iban a ayudar mucho, me iban sorprendiendo para el parecido que tenía que tener el personaje. Lo que necesitaba era encontrar el alma, el alma de este personaje, cuál era su esencia como ser humano.
- ¿En qué momento de la construcción del personaje le encontraste el alma a Don Ramón?
-Creo que como a la segunda, tercera semana, cuando ya tuve oportunidad de platicar con los hijos de Chespirito (por Roberto Gómez Bolaños), tuvimos oportunidad de platicar con Edgar Vivar, con María Antonieta de las Nieves. Yo en especial tengo una amistad muy fuerte con Esteban Valdez, el hijo de Ramón, que me ayudó infinitamente, él me ayudó mucho, platicaba mucho con él y también cuando lo veía a él, veía a su papá. Invariablemente, veía esas cejas, esos ojos y yo me empecé a dar cuenta por la segunda, tercera semana en que yo ya estaba exorcizado de Ramón Valdez, ya sin darme cuenta estaba hablando exactamente igual que él, estaba gesticulando, fumaba. Comencé a conectar muchísimo con el personaje porque hay muchas cosas en las que somos muy parecidos, creo. Él era un actor de oficio que cuando llega a Chespirito ya tenía múltiples películas. Tenía 51 años, justo la edad cuando yo comencé a grabar la serie.
-¿Qué destacas de Ramón Valdés, el ser humano?
-Lo que más tenía era esta alegría de vivir, estaba siempre contento, siempre buscando una forma de hacer reír a los demás y creo que ese era su mecanismo de defensa para relacionarse con las personas, la risa, la comedia, pero no forzaba. Era como muy natural, era una persona muy natural, muy auténtico, muy genuino, y yo intenté, o sea, no solo intenté, sino que un buen día me vi ya haciendo las cosas igual que él, y el problema es que no se me ha quitado.
Miguel conoció a los años a Don Ramón y se fanatizó
Miguel Islas tenía 8 años cuando conoció a Ramón Valdés. "Es de los momentos más hermosos de mi vida. Yo vivía por el sur de la ciudad, en cercanías del Estadio Azteca. Y al lado del Estadio Azteca estaba el Circo Ataire y estaba ahí la cara de Don Ramón y yo rogaba a mis papás, por favor llévenme, llévenme a ver el circo, hasta que un buen día me llevaron".
"Son flashazos que tengo de memoria, pero para mí es muy impactante que en algún momento estuve muy cerca de él, seguramente me preguntó cómo me llamo, a lo mejor me agarró la cabeza. Y quién iba a pensar que casi cuarenta y tantos años después iba a estar yo personificándolo. Desde ese momento hasta la fecha, yo siempre he sido un fanático de Ramón Valdés, pero muy, muy, muy, muy ferviente, porque me hace reír mucho. Me saca la sonrisa, me pone de buenas", evocó un feliz Miguel Islas.
Aquí la entrevista completa: