A 204 años de la Independencia del Perú: lo que hay que saber

Este 28 de julio el pueblo peruano celebra 204 años de existencia como Estado Libre y Soberano. Se trata de una fecha fundamental en la historia de la independencia del territorio sudamericano. Si bien, deberían pasar algunos años todavía para terminar definitivamente con la presencia de los ejércitos españoles en la América del Sur, nos permite exponer la talla de político y estadista del General José de San Martín, en esta primera fase de la emancipación del pueblo peruano.

Ahora bien, la Independencia del Perú nos remite a un proceso histórico – social que encuentra sus raíces más lejanas en el siglo XVIII a través de los levantamientos y rebeliones que por causas económicas, sociales y avasallamiento de su condición humana fueron protagonizadas por las distintas nacionalidades aborígenes de la región. En ese contexto, resaltamos la gran rebelión liderada por Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui, portador de sangre real inca y cacique de Surimana, Tungasuca y Pampamarca. Este movimiento, sofocado por el Ejército Real de forma sangrienta y cruel, es hoy revalorizado como el mas importante que haya tenido el Perú en pro de justicia social.

Algunos historiadores peruanos lo consideran como precedente de la lucha En cambio, sí reconocen como movimientos con ideal separatista, autonomista, a las revoluciones de Tacna, en 1811 y 1813 como Así también a la rebelión del Cuzco, en 1814.

El fracaso rotundo de todos ellos tuvieron como consecuencia la afirmación de la autoridad virreinal del Perú y que Lima se convirtiera en el núcleo político y militar que simbolizaba la hegemonía española en América del Sur. Éste era el punto a vencer. Asi lo entendió el General San Martín al definir la estrategia militar del Plan Continental para la Libertad de Sudamérica.

Después de este prolegómeno, sigamos la ruta sanmartiniana de la libertad luego de la Independencia de Chile. San Martín siempre sostuvo que la libertad del Perú solo era posible por vía marítima. Abundante documentación auténtica y veraz comprueba que así lo hizo saber a Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes, Juan Martín de Pueyrredón y otros aliados de causa.

Por lo tanto, era imprescindible organizar una escuadra naval. Esta fue una tarea harto compleja, con muchas y grandes dificultades, que le hacían extrañar en demasía a sus leales amigos a quienes la muerte había vencido entre 1820 y 1821. Ahora debía confiar en sus nuevos aliados, Bernardo de O'Higgins, Director Supremo de Chile y Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Para sintetizar, digamos que fue el gobierno de Chile el que corrió con todos, o casi todos, los costos económicos para la organización de la escuadra. Esos recursos permitieron encomendar a Manuel Hermenegildo Aguirre y José Álvarez Condarco, misiones a EE UU. e Inglaterra para comprar las naves, armamento, municiones y tripulación especializada. Condarco, además, concretó la contratación del marino escocés Thomas Alexander Cochrane, para desempeñarse como Almirante de la armada. (ignoraba el tremendo problema que le arrimaba a San Martín). Finalmente, según lo dispuso O'Higgins, San Martín sería el General en Jefe del Ejército Libertador del Perú que marchó bajo bandera chilena.

Es digno resaltar que el año 20 fue crucial para España y América del Sur. ¿Por qué? Porque en España, el 1 de enero estalló la revolución dirigida por el General Rafael Riego, de índole liberal y nacionalista, que obligó al rey Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz, renunciando a su sueño de restauración del absolutismo monárquico. Pero, lo más importante en atención al plan sanmartiniano es que detuvo el envío de un poderoso ejército español que debía sofocar a sangre y fuego las revoluciones independentistas de las colonias americanas.

Conocedor de las buenas nuevas, San Martín, el 20 de agosto de 1820, embarcó en Valparaíso, con destino a Lima. Previamente, habían hecho lo mismo sus soldados embarcados en 17 naves de transporte.

Después de catorce días de navegación desembarcó en Paracas, la primera semana de setiembre e instaló su Cuartel General en Pisco donde permaneció más de un mes. (esta actitud le valió muchas críticas, especialmente de Cochrane).

"Su estada en Pisco no fue infructuosa" afirma José Pacífico Otero en su obra "Historia del Libertador Don José de San Martín".

¿Qué hizo? Veamos.

Consciente de la inferioridad numérica de sus tropas ordenó a Cochrane que simulara desembarcos en diferentes lugares de la costa a efectos de distraer la atención de las fuerzas realistas y evitar así su concentración en Lima; tomó posesión de toda la producción local y aumentó el número de soldados con la incorporación de negros esclavos, a quienes declaró libres por ese solo hecho; intercambiaba numerosa correspondencia con los patriotas de Lima con información valiosa para definir el tiempo, lugar de ataque y modo de hacerlo. Mantuvo conferencias varias con los delegados realistas y hasta con el propio virrey Joaquín de la Pezuela, en Miraflores, que sabía fracasarían pues San Martín exigía, sin condiciones, el inmediato reconocimiento de la independencia de Chile, las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Perú, algo que el virrey no podía decidir por sí solo; en simultáneo, enviaba al General Juan Antonio Álvarez de Arenales en campaña a la Sierra para mantener en constante rebelión a los pueblos del interior y a Cochrane a bloquear nuevamente el puerto de El Callao. En estas circunstancias, fue tomada la fragata española "La Esmeralda" que como su nombre lo indica era la joya de la armada realista que después de este hecho quedó reducida a la nada misma.

No hubo grandes enfrentamientos militares ni navales pero se consiguió lo que se buscaba: disolver el temor que atravesaba a la sociedad peruana la entrada del Ejército Libertador, angustia que bien habían proclamado y difundido el gobierno realista, afirmando que su llegada traería el caos y la anarquía. En virtud de esto San Martín se sintió totalmente confiado de su avance victorioso sobre Lima, a punto tal que por decreto del 21 de octubre de 1820, desde Pisco, creó la bandera del Perú, anunciando de este modo simbólico el futuro independiente del Perú.

¿Cuáles fueron sus resultados?, se preguntan:

1.- el batallón realista de granaderos con asiento en Guayaquil, compuesto por colombianos, desertó y se unió al ejército libertador;

2.- la facción liberal de Lima depuso al virrey de la Pezuela y su reemplazo por el general José de la Serna;

3.- el nuevo virrey, convencido de no poder resistir con eficacia, comunicó a los habitantes su decisión de abandonar Lima y pasar a Cuzco.

Este conjunto de hechos explica cómo pudo San Martín, el 12 de julio por lanoche, entrar en Lima sin realizar un solo disparo de arma, el 15 reunir un Cabildo Abierto que redactó el Acta de Declaración de Independencia y el sábado 28 de julio, en una Plaza Mayor, colmada y exultante, proclamar oficialmente la condición de Estado Libre y Soberano de Perú.

Por decisión del mismo Cabildo, San Martín fue investido de la autoridad civil y militar, con el título de Protector del Perú. Por esta actitud fue muy criticado en sus tiempos por quienes presentaban la situación como una contradicción a la conducta seguida en Chile, donde colocó en el poder y el gobierno a su amigo 0'Higgins, es decir a un chileno. ¿Por qué ahora cambiar de actitud? La razón mayor fue, en opinión de una gran mayoría de historiadores, la falta de un líder peruano, una personalidad con prestigio y carácter reconocido que transmitiera firmeza y orden en la conducción de la gestión gubernamental. El pensamiento y la conducta queda así explicada en carta dirigida al mismo O'Higgins con fecha 10 de agosto de 1821 donde dice: "Los Amigos (así, con mayúsculas) me han obligado terminantemente a encargarme de este gobierno: he tenido que hacer el sacrificio pues conozco que al no hacerlo así, el país se envolvía en la anarquía". Aclárase que "Los Amigos" es una parábola para referirse a la Logia Lautaro. También por esto es válido el compromiso de San Martín de ejercer el cargo "hasta tanto se reúnan los representantes de la Nación Peruana y se determine su forma y modo de gobierno" como aclaraba el decreto de nombramiento. Es decir que la primera etapa de vida institucional del Perú estuvo en manos de San Martín y es en esta circunstancia que pone en práctica pura su pensamiento político, ético y moral que lo coloca a la par de los grandes estadistas de la historia.

Su primera medida fue anular la Constitución de Cádiz reemplazándola por el Estatuto Provisional del 8 de octubre, por el cual declara asumir las funciones ejecutivas y legislativas "hasta que el pueblo forme las primeras nociones del gobierno sobre sí mismo" y, más adelante, expone "me abstendré de mezclarme jamás en el solemne ejercicio de las funciones judiciarias porque su independencia es la única y verdadera salvaguardia de la libertad del pueblo".

En otros apartados, defiende el dogma católico como religión del nuevo Estado a cuyo cargo quedará el protegerla y sostenerla, sin menoscabo de tolerancia para con los diferentes credos.

La sección octava proclama la igualdad de derechos entre los ciudadanos de los que no pueden ser privados sino por el pronunciamiento de la autoridad competente dado conforme a las leyes. En ese sentido asegura la libertad de opinión y de prensa Amante de la ilustración y de la educación como camino seguro para la felicidad y prosperidad de los pueblos, solía decir que "nuestros enemigos temen mas a las bibliotecas y escuelas que al filo de nuestras espadas" y así fue que donó gran parte de sus libros para inaugurar la Biblioteca Nacional del Perú.

Finalmente, creemos dejar bien en claro por qué San Martín cumplió con coherencia de principios su papel de "Libertador" y "Protector" del Perú, lo que lo inviste de estadista prestigioso y sintetizae por que hasta el día de hoy, el pueblo peruano le honra con profundo respeto, estima y admiración.